White Wolf +18 parte 4 (White rose RWBY) Parte 3

Género: Romance, Drama, Yuri (lésbico) , Adulto, Dominación/Sumisión, Sadismo/Masoquismo, Erótico, Futanari. (La historia puede contener lenguaje violento y escenas sexuales entre los personajes, no me hago responsable de los menores que puedan llegar a leer esta historia, gracias por su atención)

Sinópsis: Desde que Ruby se volvió líder del equipo RWBY, Weiss intenta demostrar que ella puede ser mejor en cada misión, mostrando que el lado infantil e inocente de Ruby sólo puede llevarlos a fracasar; hasta que cierto día, la líder se le revela de una manera insesperada.

Kiranaru- ♥ (Hana)

¿?: Weiss, levántate, es hora de que asistas al colegio.

La voz del padre de la peliblanca la hizo sentarse rápidamente en su cama, sus pequeños pies buscaban sus pantuflas con torpeza al estar un tanto dormida.

Padre: Ya te he dicho que con siete años ya deberías levantarte sin necesidad de que yo lo haga -dice seriamente.

Weiss: Lo siento papá, tuve pesadillas... -friega sus ojos.

Padre: No es motivo para tu impuntualidad, lávate la cara y come algo, Roxane te ha hecho el desayuno, date prisa o llegarás tarde -se retira.

Mientras Weiss tomaba su desayuno, el padre hablaba con unos hombres, no había visto a su hermana en dos semanas.

Padre: Hoy llegaré tarde, tienes clases de esgrima a las siete, sé puntual, ¿entendido?

Weiss: Si padre.

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¿?: ¡Oye, tú tienes muchos cuadernos y útiles, danos algunos! -le quita uno de sus libros.

Weiss: ¡Espera! -intenta agarrarlo pero la otra la empuja hacia atrás.

¿?: No seas tacaña niña rica.

Weiss: Mi padre se enfadará si no tengo todo -susurra.

¿?: No puede enojarse porque tienes mucho dinero -se retira.

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Padre: Ya he demandado a la familia de esos mocosos, siempre es lo mismo -toma asiento para cenar.

Weiss: P-padre... no era necesario eso... Sólo fue un libro...

Padre: Silencio, estamos en la mesa. Come.

Weiss baja la mirada y come lentamente.

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¿?: ¡Sé que fue tu culpa! ¡Mi padre está en prisión ahora pro tu culpa! -la empuja.

Weiss: Lo lamento, de verdad lo lamento -agacha la cabeza intentando levantarse.

¿?: ¡Eres mala, como tu padre! -la patea.

Profesora: ¿¡Niños, qué hacen!? -se acerca preocupada y los aleja de la peliblanco.

¿?: ¡No debería estar aquí!

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Weiss: Auch... -gime de dolor mientras venda una de las heridas.

Sirvienta: Señorita Schnee, ya casi es hora de cenar, su padre está impaciente -golpea la puerta.

Weiss: S-si... Lo siento, Roxane, estoy... algo indispuesta. Voy enseguida.

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Padre: ¡Demandaré ese maldito colegio! -grita enfadado.

Los moretones y raspones de la pequeña eran inevitables, por lo que un día su padre armó mucho escándalo allí. Desde entonces, nadie se acercaba a ella, los profesores la aprobaban con facilidad y los chicos ni la miraban.

Cuando cumplió los once, alguien le mandaba cartas, con lindas palabras que nadie le había dicho nunca. Estas eran constantes y un día le pidió verla detrás del colegio, pero dos chicos aparecieron y no fue para nada lo que esperaba; comenzaron a manosearla y orinarse en ella.

Weiss: ¡Basta, por favor! -pedía intentando escapar, pero le habían amarrado los pies.

¿?: Ahora nosotros seremos los ricos y tú la de clase baja -sonríe uno de ellos y toma una varilla, golpeando sus piernas y haciéndola gritar de dolor- ¡Arrodíllate ante tus reyes!

Pudo ver a tres chicas a los lejos, que miraban lo que estaba pasando, intentó hacerle señas para pedirles ayuda pero ellas se alejaron corriendo. Eso la dejó atónita, recibió otro varillaso en la espalda y las órdenes que le daban los dos niños comenzaban a retumbarle en los oídos. Sentía que algo comenzaba a apoderarse de su cabeza, una ira muy grande, podía escuchar a su padre dándole órdenes a pesar de que no estaba allí; el suelo comenzó a congelarse y con un solo grito lleno de agonía dejó salir hielos en punta hacia delante que atravesaron a ambos niños. Al ver esto, intentó correr pero estaba amarrada, no era consciente de ello después de lo ocurrido, se levantaba una y otra vez, tantas como las que caía al suelo, intentando huir, el charco de sangre comenzaba a mezclarse con el hielo del suelo, haciéndola caer sobre esto; gritaba desesperada que no quería estar allí. Pedía ayuda pero nadie respondía, detrás del colegio había un campo que lo rodeaba un cerco, por lo que casi nadie pasaba por ese lugar. Tras unos minutos llenos de terror, la cuerda se cortó con el filo de su misma creación helada. Salió disparada como una bala, corriendo tan rápido como sus pequeñas y delgadas piernas se lo permitían, hasta llegar a su casa y encerrarse en la habitación, se dejó caer de espaldas, apoyada en la puerta, dejando escapar un llanto con llevaba mezclas de muchas emociones, tenía ganas de vomitar y no llegó al baño, a penas de puso en pie, tuvo que devolver en el mismo sitio que estaba. La sirvienta ingresó junto con el padre y al ver todo aquello, se armó un revuelo que Weiss no pudo evitar.

Su padre cerró el colegio y cambió a otro, recibieron denuncias por el asesinato de los jóvenes pero con tantos abogados de alto poder, para su padre fue fácil cubrir el crimen, y más siendo su hija de menor edad. Era como si nada hubiese pasado, pero para Weiss, fue algo que la perturbó durante mucho tiempo.

A los trece asistió a un colegió bastante caro también, aunque habían nuevas personas, sabían quién era ella, por lo que rara vez le platicaban. Los que no la conocían se acercaban para entablar conversación.

¿?: ¿Y dónde vives, Weiss?

¿?: Si, cuéntanos, ¿tu mansión cuantas habitaciones tiene? ¿Te dejan tener mascota?

¿?: Oye, no te coles.

Weiss sólo alzó la vista y las observó seriamente, podía ver a lo lejos la superficialidad que llevaban ambas personas, seguramente la mayoría de su curso.

Weiss: Vivo lejos de aquí. Mi mansión tiene treinta habitaciones y no, no se me permiten las mascotas -responde con seriedad, luego baja la cabeza para continuar con la tarea.

¿?: Mmm... La mía tiene más habitaciones.

¿?: Eso es porque tu padre es un mujeriego -ríe.

¿?: ¡Hey! -la empuja despacio.

Weiss: ¿Pueden retirarse? Estoy intentando terminar mi tarea -pide sin levantar la vista.

¿?: Okey...

Ambas chicas le hicieron una mueca de desagrado y se retiraron. A ella no le importaba, mientras la gente no se le acercara, se sentía tranquila.

Su carácter cambió a uno bastante engreído. Se dio cuenta que en el nuevo colegio, la mayoría eran como ella, millonarios o con altos rangos en la milicia. Sólo debía sonreír cuando se debía fingir alguna estupidez por parte de sus compañeras y no acercarse a la clase baja. Comenzó a ser constante en sus entrenamientos de esgrima, demasiado. Asistió y ganó muchos concursos de batalla cuerpo a cuerpo y se limitaba a responder dos o tres palabras en su colegio, hasta que logró graduarse.

Padre: Mañana será tu primer día en Beacon, espero no me decepciones y seas un orgullo como tu graduación en el colegio -coloca una servilleta en su cuello para comenzar a comer.

La peliblanca sólo asiente seriamente y come.

Al llegar a Beacon, hizo lo mismo que en su antiguo colegio, ingresó seria, seguida por sus guardaespaldas hasta que sintió que sus maletas cayeron al suelo, al girarse pensó que se trataba de un muchacho, pero era una chica, si no fuese por esa falda, no hubiese podido distinguirla bien, aunque la falda era corta y simple, tenía puesto unos pantalones negros; Weiss sólo se acercó para ponerla en su lugar.

Weiss: ¿Qué crees que haces? -lleva sus manos a las caderas y la observa con el ceño fruncido.

¿?: Lo siento -dice mientras intenta sentarse en el suelo.

Weiss: ¿Lo siento? ¿Tienes idea del daño que pudieses haber causado? -la regaña al ver que una de las maletas estaba casi abierta.

¿?: Ah... -toma una maleta para ayudarle.

Weiss: ¡Dame eso! -se la arrebata y la observa para verificar si había daños- Esto es Dust, extraído y purificado de la compañía Schnee.

¿?: Ah... -se lleva una mano a la cabeza al no saber qué decirle.

Weiss: ¿Qué eres, retrasada mental? -indaga al ver que no le respondía correctamente, parecía no comprender nada- ¡Dust! -repite, alzando la voz- Fuego, agua, rayo, energía.

La muchacha de ojos grises sólo se puso de pie y movía el rostro de un lado a otro, cerrando los ojos, la peliblanca ni siquiera notaba que le estaba espolvoreando el rostro al mover el frasco.

Weiss: ¿Aunque sea estás escuchando? ¿Qué puedes decir en tu defensa? -vuelve a moverle el frasco el rostro para señalar la gravedad que significaba para ella este tipo de cosas, pero la morena sólo pudo responderle con un estornudo, que produjo una pequeña explosión en el sitio donde se encontraban- ¡Increíble! ¡Esto es a lo que me refería! -dice más enfadada, limpiándose el rostro.

¿?: D-de verdad lo lamento, lo siento mucho -agacha la cabeza para mostrar que estaba arrepentida, subía su mano de vez en cuando para limpiarse también.

Weiss: Ni siquiera lo sientes, sólo aléjate mocosa -se retira seriamente, los sirvientes tomaron las maletas y siguieron a la princesa malhumorada.

Desde entonces, la misma chica se acercaba a ella intentando mostrarse amistosa, pero Weiss sabía de qué iba todo ese rollo, parecer simpático y luego sobornarla o agredirla. Cuando la asignaron a un nivel inferior en el nuevo grupo, su padre le dijo que estaba decepcionado, pero que esperaba que al menos fuese una gran cazadora. Ella sabía que era mejor que esa tal Ruby, pero con el pasar del tiempo y convivir en la misma habitación, se dio cuenta que su líder era mucho más de lo que todos veían o esperaban de ella. Eso, por su parte, le daba envidia y esa envidia la tiraba sobre sus compañeras. A pesar de ello, Ruby no se apartaba ni le mostraba desagrado, todo lo contrario, se ponía un tanto cargosa y trataba de comprender a la princesa todos los días, eso comenzaba a descongelarla interiormente, pero sabía que no debía hacer eso, tenía tantas frustraciones que sólo podía tratar mal a su grupo, muy de vez en cuando les daba un cumplido. En parte... les estaba tomando cariño y sentía que si ella no era dura con ellas y exigente, les iba a pasar cosas malas. Hasta que ese día llegó... el día en el que Ruby la arrinconó en la pared, estando en la biblioteca y le dijo cosas que cambiaron su total forma de verla. Realmente estaba haciendo lo mismo que su padre sobre ella... sobre sus compañeras. Las hería, en especial a Ruby... Se estaba encariñando con la morena, sin darse cuenta, la alejaba; tenía malos recuerdos... Pero a diferencia de los momentos en los que intentaban abusar de ella o le pegaban, el que la chica de ojos grises la tratase de esa manera le había gustado... Se sentía enferma por sólo mojarse mientras se tocaba, pensando en Ruby... tratándola igual que esa vez ¿Acaso su infancia la había enfermado? ¿Qué era lo que ocurría? ¿Por qué... le excitaba pensar en Ruby... haciéndole cosas de manera violenta?

Cuando comenzó a abrirse más a ella, a conocer sus secretos, aún así, nunca pudo decírselo.

En el hotel, la morena comenzó a abrir los ojos, sentía una extraña incomodidad debajo, por lo que se movía más de lo normal, abrazando a Weiss cada vez más fuerte.

Weiss: Amor... no puedo respirar bien... -avisa somnolienta, dando un pequeño bostezo para continuar durmiendo.

Ruby: L-lo siento... -susurra.

La morena tomó asiento en la cama lentamente y al notar de qué se trataba se ruborizó y salió corriendo al baño.

Ruby: No, no... Si ayer me corrí mucho... ¿Por qué tienes que venir así? -se queja, tenía una erección matutina, no entendía bien, pero se estaba muriendo de ganas por correrse, había tenido erecciones antes, pero no de este tipo. Caminó en el baño para distraerse pero nada, su pene se ponía más erecto y se sentía agitada, perdida en el deseo de querer volver ahí... con Weiss.

Al salir, vio a Weiss girarse y quedar de espaldas a ella, podía ver su hermosa nuca desde donde se encontraba, su mente estaba casi en blanco, sentía caliente abajo y el rozar con la bata era peor, por lo que fue quitándosela hasta quedar sentada en la cama nuevamente. Se giró para ver a la peliblanca de reojo y se acomodó para abrazarla, ya no podía distinguir el pudor de lo excitante al notar que estaba rozando su pene en la cola de su amante; levantó la bata para rozarle más directamente, lo que comenzaba a sacar pequeños gemidos de su boca, la cual llevó al cuello de Weiss para morderla.

Weiss: ¿Qué sucede Ruby? -indaga un tanto somnolienta aún, pero no podía evitar el sentir la parte erecta de la morena debajo, las mordidas y los gemidos.

Ruby: Lo siento, princesa... Estoy... muy erecta... -comienza a sentarse sin dejar de mover las caderas en dirección a las de Weiss, pasó un brazo para rodearla y colocar la fuerza del empuje sobre sus manos en la cama.

Weiss: E-espera... ¡Ah! -gime al sentir una mordida más fuerte por parte de quien mostraba gran interés por hacerlo- R-Ruby... espera... es...toy... ¡ah...! Estoy... algo dormida... -no podía evitar comenzar a sentirse bien allí debajo pese a su cansancio, la morena le estaba rozando el clítoris bastante bien.

Ruby: L-lo sé... Lo lamento... n-necesito correrme... necesito hacértelo Weiss... -le susurra al oído, mientras sentía cómo su miembro entraba con más facilidad en el interior de la peliblanca, podía sentir sus fluidos y los gemidos que comenzaba a dejar escapar con fuerza, no sabía qué hora era, por lo que llevó su mano izquierda a taparle la boca. El hacer eso inconscientemente le había gustado, callarla y sostener todos los gemidos de Weiss en su mano...

Weiss sintió cómo Ruby tapaba su boca y la penetraba a la vez, levantó su cadera por inercia al sentir cómo el placer volvía a recorrer su cuerpo, no podía evitar admitir que se sentía tan bien, que ni el cansancio podía contra esto. Quería que Ruby la penetrara más rápido y fuerte, que le hiciese más cosas, pero no podía al estar callada, el sólo hecho de pensar que tenía que contenerse también la mojó mucho. La morena empezó a meter uno de sus dedos en la boca de Weiss, la cual lo lamía, rodeándolo y provocándola más.

Ruby: Q-quiero... escucharte gemir más fuerte... -ya no le importaba nada, ni qué pensaran fuera del hotel. La sujetó con fuerza de los hombros y con un poco de brusquedad, la giró para ponerla de espaldas, tomó el hermoso cabello de la peliblanca y lo enroscó en una de sus manos para jalarla hacia atrás mientras que con la otra mano le sujetó el brazo para realizar la misma acción, jalar ambas cosas provocó mucha lujuria en Weiss, había comenzado a gemir muy fuerte, gritando lo bien que se sentía, Ruby comenzaba a desconocerse, se sentía una bestia al hacerle cosas así a Weiss, embistiéndola con tanta fuerza, pero no podía evitarlo, cada vez quería ver más y hacerle más cosas.

Ruby: ¡Gime más! -le grita, soltándole el brazo para nalguearla con fuerza.

Ese movimiento Weiss no se lo esperaba, se había sentido tan bien que le hizo abrir la boca y sonreír a la tercer nalgueada.

Weiss: ¡¡Si, nalguéame más!! ¡Ruby, me encanta, más fuerte! -grita entre gemidos mientras disfrutaba cada nueva sensación en su cuerpo, sobre todo el interior.

Ruby: ¡R-rayos! -saca su miembro rápidamente y comienza a correrse en la espalda de Weiss, quien sintió una sensación horrible al sentir que se salía de golpe.

Weiss apretaba su interior como podía mientras sentía cómo la morena se corría en su espalda, había sido mucho. Ruby notó el cómo la peliblanca se retorcía al perder la rica sensación.

Ruby: L-lo siento princesa... -dice agitada- Cuando gritaste exploté... No pude aguantar... -se sienta un tanto arrepentida.

Si, Weiss estaba muriendo al no poder haberse corrido, pero no podía culpar a Ruby por venirse primero.

Weiss: Tranquila... Me hace feliz haberte hecho correr así -sonríe con esfuerzo y suspira.

La morena se acercó a ella para acariciarle el cabello y besarle la frente.

Ruby: Ven... levanta un poco la cabeza.

Weiss: ¿P-para qué? -la observa.

Ruby: No quiero dejarte así... Ven... -coloca su mano en la cabeza de la ojiazul y se arrodilla un poco, dándole a entender lo que buscaba.

Weiss: ¿Quieres... que lo meta en mi boca?

Ruby: ¿P-puedes...? No necesitas meterlo entero... Me gustaría que me lamieras... -pide sonrojada.

La primer experiencia que había tenido con ella fue así; sólo asintió y bajó la piel con una de sus manos, la cual cubría la parte rosada que recordaba el cómo le había gustado antes. Comenzó a lamerla lentamente, luego jugueteaba con ella, moviendo la lengua en círculos.

Ruby: L-lo haces... demasiado bien...

Comenzó a masturbarla, moviendo su mano de arriba abajo y metió el miembro dentro de su boca, chupando y lamiendo la parte que hacía temblar de placer a la morena; podía sentir cómo iba endureciéndose dentro de su boca.

Ruby: M-me encanta... Pero... espera... para -la aleja lentamente.

Weiss: ¿Pasa algo malo? -la mira confundida.

Ruby se bajó de la cama y caminó hasta la mesita donde se encontraban los preservativos.

Ruby: Ven princesa... -comienza a colocarse uno.

Weiss podía darse una idea de lo que la morena quería, aun se sonrojaba cuando realizaba cada acción así de desnuda delante de ella. La muchacha de ojos grises se sentó en la cama, apoyándose en el respaldo de la cama. Jaló a la peliblanca para que se sentara sobre ella pero antes de meter su miembro, la acercó hacia ella, abrazándola y acariciando con cuidado su cabeza.

Ruby: Eres hermosa Weiss... Y te amo con todo mi corazón -le besa el cuello con delicadeza, provocando un gran rubor en la ojiazul- Perdona si al momento del acto sexual soy algo tosca y fría, me pierdo demasiado en ti -admite un tanto angustiada, era la verdad, cuando estaba penetrándola su mente se ponía en blanco y a veces olvidaba decirle algo lindo o ser más delicada.

Weiss: Te amo así... Y-yo... también te amo... y las palabras no me salen cuando haces que me pierda... -apoya su barbilla en el hombro de su amante, podía sentir la calidez que desprendía, nunca había imaginado que podía amar tanto a alguien, sentirlo con todas sus fuerzas. Pero aún no se animaba a decirle ese extraño fetiche que tenía...

Ruby comenzó a besarle el cuello y Weiss se fue directo a sus labios, le gustaba cómo besaba su lobo, era dulce y adictivo mezclar salivas, la morena la atraía cada vez más hacia ella y la peliblanca no pudo evitar comenzar a mover las caderas, el no haberse podido correr antes la había dejado muy sensible, Ruby la ayudó a ingresar su miembro nuevamente y abrazándola con fuerza se movía de arriba abajo.

Weiss: Se siente... diferente así... -avisa entre gemidos.

Ruby: ¿Es mejor la otra posición? -indaga mientras muerde un poco los hombros de su princesa.

Weiss: Ambas me gustan... Sólo que... esta es nueva para mi... Me encanta -la abraza con más fuerza.

Ruby: Tal vez es porque tu clítoris roza mejor.

Weiss: T-tal vez... N-no es necesario que digas eso...

Ruby: ¿Qué roza mejor tu clítoris?

Weiss sólo asiente avergonzada.

Ruby: Pero si hace un momento gritabas muy rico... -le lame el cuello, mientras lleva una mano al pecho de Weiss, le gustaba presionar sus pequeños pezones.

Weiss: ¡Ah! Y-ya...

Ruby: ¿Ya? -le susurra al oído mientras mostraba una sonrisa pícara- Si no me dices lo que te gustaría que te haga sólo puedo estar sentada aquí mientras te mueve bien sensual -continúa susurrándole.

Weiss se sentía bien así, pero quería que Ruby le hiciese más cosas... Le costaba mucho ser...

Ruby: Puedes ser sucia conmigo, Weiss... No debes ocultarme nada... Yo haré lo que me pidas que te haga, pero debes ganarlo, como una batalla -la sujeta de la cintura para poder moverse un poco, intentando persuadir a la hermosa chica que tenía entre sus brazos.

Weiss: Q-quiero... que seas... -se queda en silencio unos segundos.

Ruby: ¿Qué sea...?

Weiss: Quiero que seas más brusca... Me gusta cuando... eres tosca y...

Ruby: Que linda eres... -ríe por debajo mientras le besa el cuello.

Weiss: N-no te burles... tonta... -se sonroja bastante.

Ruby: A ver... -se gira en busca de algo, toma las fundas que cubría ambas almohadas y las quita de las mismas- No te asustes, si esto no te gusta, sólo debes decirme, ¿sí?

Weiss tenía curiosidad al ver lo que le decía, sólo asintió y dejó de mover las caderas mientras que Ruby comenzaba a vendarle los ojos con una de las fundas.

Ruby: Lleva tus manos hacia atrás y júntalas -pide, luego le ata las muñecas- Listo... -lleva su mano a la cabeza de Weiss para acercarla a su rostro- Ahora harás lo que yo te diga, si lo haces bien, te daré premios, ¿te gusta?

Weiss estaba perdida ante lo que le decía, Ruby no la dejaba ver ni mover las manos, se asustó un poco, nunca le habían hecho algo así, pero le llamaba la atención lo que quería mostrarle, y más por el hecho que debía obedecerla.

Ruby: Cuando tengamos sexo... Ya no me dirás Ruby, sólo puedes llamarme "lobo" y tú serás la princesa, ¿está claro?

Weiss asiente.

Ruby: Debes responder "si lobo"

Weiss: S-si lobo...

Ruby: Bien, es sencillo, ¿lo ves? Ahora, mueve tus caderas -ordena.

La peliblanco comenzó a mover las caderas lentamente, se sentía diferente, al no poder ver ni moverse como deseaba, le ocasionaba mucho placer interno.

Ruby: Lo haces muy bien... -enrosca el cabello de su amante para comenzar a jalarlo hacia atrás, su otra mano la dejó apoyada en la cola de la peliblanco, apretando con fuerza uno de sus muslos. Lo que ocasionaba que Weiss se moviese más rápido, el ser jalada y apretada le estaba encantando- No puedes moverte tan rápido aún, debes ir lento.

Weiss: M-me cuesta... mucho... -baja la velocidad, casi le dolía no poder moverse tan rápido como su interior se lo pedía.

Ruby: No importa, sólo cuando yo diga, puedes moverte más rápido -comienza a morder y chupar el hombro de la peliblanco, sacando algunos alaridos de dolor y placer a la vez- ¿Qué te gustaría que hiciese princesa?

Weiss: Más... Ruby... A-ah... ¡lo siento! L-lobo...

Ruby: Has cometido un error... tengo que castigarte princesa... -le susurra al oído, llevó ambas manos a los muslos de la peliblanco y comenzó a moverse bastante rápido, hizo un cambio brusco que para Weiss fue imposible no gemir de placer. Ruby levantaba al cadera de Weiss como si fuese una pluma, golpeaba su útero tan fuerte que casi dolía y le encantaba.

Weiss: ¡M-más!

Ruby: ¿Más qué? -le muerde la oreja sin bajar la velocidad.

Weiss: ¡Castígame más!

Ruby no pudo evitar volver a ponerse muy dura al escuchar a Weiss decir aquello, comenzó a nalguearla y pudo ver cómo una sonrisa llena de satisfacción comenzaba a asomarse en el rostro de la peliblanca.

Weiss: ¡Más, más, más, lobo, hazme más cosas! -comienza a moverse más rápido, no podía evitarlo, su mente estaba en blanco, Ruby le apretaba los muslos y la nalgueaba constantemente, sentía que iba a estallar- ¡Me corro! ¡No pares por favor, sigue! ¡N-no... e-espera! ¡Me-! ¡¡Aaahh!! -un gran alarido lleno de sensaciones la envolvió, podía sentir cómo salía una gran cantidad de líquido de su interior, como una especie de orina transparente que había escapado con fuerza, salpicando todo lo que la rodeaba por debajo, Ruby la abrazó con fuerza y la embistió una vez más, a pesar de que ese orgasmo la había dejado totalmente exhausta, podía sentir cómo el plástico del preservativo se ponía caliente en su interior, era seña de que la morena estaba corriéndose. Para la peliblanca, era muy lindo sentir eso en su interior, y deseaba que fuese sin el plástico con todas sus fuerzas, pero sabía lo que podía ocurrir...

Weiss quedó tendida en el hombro de Ruby, su cuerpo estaba lleno de espasmos y su interior aún lo sentía como si se corriese con menos intensidad, pero era exquisito.

Ruby: Vaya... -le acaricia el cabello, mientras le quitaba las ataduras de ambos lados- Eso se sintió... demasiado bien -avisa agitada.

Weiss estaba tan agotada que sólo pudo asentir. La ayudó a levantar un poco la cadera y así sacar su miembro, sólo por precaución de que el semen comenzara a salirse del preservativo. Se quedaron abrazadas un buen rato, charlando de la nueva experiencia. A Weiss le dio mucha pena mostrarle ese lado masoquista a Ruby, pero ella era la que había comenzado con el juego de "obedéceme y te premiaré" Se había dado cuenta que ambas cosas se sentían muy bien... Tanto el castigo, como los premios. No podía creer que le gustaba ese tipo de cosas...

Ruby: No sientas vergüenza... Ha sido muy placentero, ¿no? -le besa la mejilla.

Weiss: S-si... -admite avergonzada.

Ruby: ¡Aww Weiss... eres tan linda! -la abraza y mueve de un lado a otro.

Weiss: N-no... -niega ruborizada.

Alguien toca la puerta y las deja mudas.

¿?: Am... Disculpe señorita Schnee, le traigo la ropa limpia.

La mujer de la limpieza se escucha un tanto nerviosa. Weiss se colocó la bata rápidamente mientras Ruby se dirigía al baño. Al abrir la puerta la señora estaba un tanto roja, le dejó la ropa que había mandado a lavar y se retiró luego de inclinarse un poco, parecía apurada, al cerrar la puerta Ruby se asomó por la del baño y al cabo de unos segundos, comenzaron a reírse.

Ruby: Te apuesto muchas cosas a que estaba esperando que termináramos -ríe más e ingresa al baño.

Weiss: Dios... pobre mujer -no pudo evitar escapársele una pequeña risita- Pediré comida, nos bañamos y volveremos a la mansión, ¿de acuerdo?

Ruby: Por supuesto mi princesa -dice la morena desde dentro del baño, ruborizando a Weiss, quien se acercó al baño para dejarle el cambio de ropa de ambas, en lo que se marchaba para pedir comida, el abrazo de Ruby por detrás la sorprendió y dejó inmóvil- Gracias por esperarme... Pese a todo... -sonaba algo triste.

Weiss: Tú también pensabas en mí... De cierta forma me esperabas, has dado vuelta mi vida Ruby... Nunca imaginé que pudiese existir este tipo de felicidad en mi vida... Gracias -se voltea para besarla.

Ruby: Y yo...

Weiss se queda expectante.

Ruby: No imaginé que podías ser así de lasciva -le sonríe con picardía.

Weiss: ¡T-tonta, mira lo que dices! -la empuja toda sonrojada y se dirige a pedir la comida, pero a los segundos se volteó para mirarla nuevamente, se veía muy bonita con esa bata- Te amo... tonta... -baja la mirada sonrojada.

Ruby: Y yo a ti princesa... Mucho -le sonríe.

Continuará.

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