La Plaga (Fanfic Yuri RWBY)

Atención: El siguiente fanfic no tiene relación alguna con Beacon o la historia de Monty Oum, lo que estoy realizando, es un yuri de Bumblebee (BlakexYang) con temática propia.
Género: Drama, Romance, Yuri, Psicológico (puede contener lectura +18 en algunos capítulos)

Sinópsis:

Narra la historia en la que el mundo comienza a dividirse entre humanos y faunos, donde la discordia y el honor comenzó a ser lo primordial, llevándolos a desacuerdos permanentes y guerras continuas. Mientras el mundo se dividía por raza, estos no se daban cuenta de que algo peor venía en camino.

-¡¡Atrápenla!! -grita un hombre robusto armado.

-¡Se ha metido al bosque! -avisa otro sacando un aparato eléctrico.


     La chica que estaba siendo perseguida descaradamente, luego de que destruyeron el pueblo en el que estaba viviendo, se movía velozmente entre los árboles pero el peso de haber perdido su hogar la hacía correr, de vez en cuando, más lento. Las lágrimas fueron un obstáculo a la vista cuando bajó por uno de los árboles y chocó con algo que la tumbó al suelo, cuando pudo observar bien, se trataba de una chica de cabellos dorados con una intensa mirada de desprecio hacia el ser con el que se había topado. La muchacha de cabello negro frunció un poco el ceño intentando defenderse pero la voz de los soldados que venían detrás hizo que girara la cabeza y sus ojos se llenaran de pánico nuevamente. Se puso de pie como pudo y sin prestarle atención a la persona con la que había chocado continuó corriendo.

-¡Yang! -grita el hombre robusto- ¿Dónde está el maldito fauno?
La chica sólo lo miró de reojo y con su mirada llena de desinterés respondió.
-¿Qué fauno?

-¡Ts! ¡Maldita sea, por aquí no ha pasado! ¡Sigamos! -ordena y continúan corriendo.

Yang se queda mirando hacia la dirección en la que los soldados habían corrido y suspira, luego comienza a caminar en dirección contraria.

Al año, muchas cosas cambiaron: había un incremento muy grande de desempleados, pobreza, contaminación y terremotos continuos que llevaron a muchas ciudades a la ruina. Sólo la gente adinerada se mantenía medianamente bien, hasta que algún ataque terrorista les caía encima. Luego de unos meses de terrorismo las aguas comenzaron a calmarse, las guerras se detuvieron y el mundo sólo se dividió en faunos y humanos.

Ciudad Gladnis.

En el centro de la ciudad se iba a llevar un espectáculo de circo, donde todos estaban invitados. Yang se había acomodado en esa ciudad y hacía muchos que no veía un circo activo así que decidió ir con uno de sus amigos: Jhin. Un caza recompensas.

Jhin: Te ves mejor -le da un empujón amistoso mientras paga las entradas.
Yang: Hm... gracias -dice un poco desganada y con una corta sonrisa.

Ambos tuvieron buenos asientos, cercanos al espectáculo, el cual se vio muy interesante y grandioso, hasta que el dueño llamó la atención del público para anunciar un espectáculo especial.

-¡Damas y caballeros! ¡Esta noche, hemos traído desde las remotas tierras naturales, un ser fantástico que nos deleitará con su actuación! -aclama mientras cierra la conversación lanzando algo al suelo, abriendo una cortina de humo para luego dejar a la vista a aquella muchacha de cabello negro intenso, sus muñecas estaban atadas y su mirada reflejaba cansancio, pero la gente comenzó a aplaudir y apoyar la moción cuando apareció un cirquero con un látigo, azotando sus piernas y haciéndola caminar sobre una cuerda bastante elevada de altura.

Jhin se rasca el mentón y mira a Yang.
Jhin: ¿Quieres irte?
Yang se mordía el labio inferior de vez en cuando y respondió molesta.
Yang: No...

Al principio todo marchó bien pero la muchacha comenzó a perder el equilibrio, el cirquero le daba latigazos en la espalda para despertarla porque parecía que su problema era que tendía a cerrar los ojos por el cansancio, el público comenzó a arrojar basura al escenario pidiendo que trajeran algo mejor, lo que provocaba que golpearan más a la chica pero un rugido hizo entrar a la gente en pánico y una gran figura felina comenzó a ocasionar que las personas se dispersaran y empezaran a salir del lugar.

-¡Es un tigre dorado! -exclamó el dueño del circo-¡Lo quiero, atrápenlo!

Mientras los cirqueros perseguían al tigre, la chica que aún mantenía ágilmente el equilibrio sobre la soga se quedó viendo al felino con bastante atención e interés, tanta que comenzó a bajar como podía de allí pero al escucharle hablar, tanto ella como los cirqueros se quedaron inmóviles.

-¡No te acerques tonta! ¡Vete! -dice entre rugidos.

El dueño se queda algo impactado y luego toma una lanza.

-¡No es un tigre cualquiera! ¡Es un fauno! Uno muy valioso, ¿qué esperan para atraparlo? ¡Lo quiero vivo o muerto!

Una bala inesperada atraviesa al dueño del circo y los demás cirqueros se quedan quietos.

-Vete Yang, yo me encargaré de esto, vete con ella -dice Jhin apuntando hacia otro de los integrantes del circo.

Yang: Pero...

Jhin: Estaré bien, nos encontremos en el Valle de las torres antiguas en dos días, recuerda que aún me debes un trago bien fuerte -sonríe- Anda...

Yang asiente y da un gran salto sobre los cirqueros acercándose a la muchacha lentamente, la rodeó en un semicírculo, la chica se acercó al tigre y este, con una de sus garras logró desatar sus muñecas.

Yang: Sube... -se gira.

Al principio, su acompañante sólo se quedó observándola pero luego se acercó y con lentitud comenzó a subirse a la espalda del tigre. Hecho esto, salió corriendo a toda velocidad. En el camino, los ojos de Yang comenzaron a brillar.

-¿Te gusta correr? -pregunta la chica aún con el rostro cansado.

-Mucho... -admite mientras aumenta la velocidad y salta, de vez en cuando, sobre algunas cosas que se topaba en el camino.

-A mí también me gusta, sólo que, desde que me encerraron en el circo, no tuve oportunidad de volver a ir de árbol en árbol... -apoya su cabeza en el lomo del tigre sin dejar de sujetarse con fuerza y hace aparecer una sonrisa en su rostro, disfrutando cómo el paisaje pasaba a gran velocidad por sus ojos.

-Tu nombre.

-¿Eh?

-Cuál es tu nombre, conoces el mío ¿no? Quiero saber el tuyo.

La chica recordó el momento en el que los soldados la llamaron por su nombre un año atrás.

-¿Yang...?

Ella sólo se limita a asentir y continuar corriendo, bajando un poco la velocidad.

-Si... si te recuerdo, cuando tu amigo pronunció tu nombre... -se queda mirando el paisaje unos segundos y luego responde- Blake...

-Lamento no haberte ayudado antes -dice algo angustiada en relación a lo ocurrido un año atrás.

-Pensé que eras humana, no tienes rasgos de fauno -encorva un poco sus orejas hacia abajo sintiendo que podía estar ofendiéndola.

-Lo sé, mi padre era un hombre tigre, un licántropo; y mi madre era humana. Ambos lideraban un grupo que quería unir a humanos y faunos pero no funcionó.

Luego de ese comentario, Blake prefirió no volver a decir nada que pudiese atormentar el pasado de Yang. Luego de un largo recorrido, pudieron llegar a un bosque, pero un terremoto comenzó a sacudir el suelo.

Continuará.

     El suelo comenzó a moverse de manera tan violenta que Yang no podía mantener el equilibrio sobre la tierra, luego de tomar forma humana otra vez, ambas comenzaron a correr intentando esquivar cada árbol que se derrumbaba hasta que lograron salir a una carretera donde un auto había chocado contra una gigantesca roca. Blake intentó acercarse para intentar verificar si el conductor aún vivía pero el suelo comenzó a abrirse, Yang no había notado que se había separado por lo que tuvo que devolverse.

-¡¿Qué haces?! -dice algo molesta al ver lo que intentaba hacer, la toma de la muñeca y la jala hacia ella, evitando que el suelo que estaba abriéndose la lastimara. Luego comienza a correr sin soltarla.

Al rato el terremoto se detiene y Yang le suelta la mano.

Yang: ¡Podrías haber muerto sólo por intentar salvar a uno... de esos...! -dice enojada.

Blake: ¿Humanos? Somos mitad humanas también -aclara sin mirarla y sobando su muñeca.

Yang: ¿Esa es tu excusa para suicidarte así? -frunce el ceño.

Blake: Es mi excusa para explicar que si estaba vivo, tenía tanto derecho de salvarse como nosotras dos -contesta seriamente mirándola a los ojos.

    Yang hace un gesto con la mano para mostrar desinterés en el último comentario de su compañera y lanzando un rugido al girar la cabeza, no tan similar al tigre, sino a uno lleno de frustración. A los pocos segundos, ambas levantan la cabeza en señal de que habían escuchado algo que provenía a lo lejos de la montaña. Cuando llegaron a la orilla de esta y miraron por debajo, la ciudad estaba siendo arrasada por una fuerte corriente de agua, proveniente del mar que se hallaba no muy lejos de esta.

Yang: Hay que subir más, no creo que estemos seguras aquí.

    Blake asiente. En el transcurso se notaba el rostro de preocupación de Yang, seguro por su compañero, pero ella confiaba en él y sus habilidades para escapar de peligros así, hasta es probable que se enterara del tsunami mucho antes que la gente que se encontraba en la ciudad.

    Mientras subían por la montaña para evitar el agua, Yang se detiene al escuchar los gritos de un hombre, al girar la cabeza, lo ve corriendo por la orilla, de lo que se había formado, un río sin control alrededor de la montaña, este estaba intentando salvar a un niño al cual llamaba con desesperación al ver que el agua se apoderaba de su pequeño cuerpo y lo arrastraba con facilidad. Blake se gira y lo primero que ve es a su acompañante lanzándose en picada al río.

-¡Yang! -grita preocupada, intentando acercarse al mismo sitio.

    Yang, con mucho esfuerzo logra alcanzar al niño pero la corriente era muy poderosa y la llevaba de un lado a otro, golpeándola contra algunas rocas. El agua ingresaba a su boca muy fácilmente y su cuerpo comenzaba a cansarse hasta que escucha los gritos de Blake, que se hallaba sobre la rama de árbol sobre el río, esta dobló sus piernas sobre la rama para quedar colgando de ella y bajar sus brazos para poder tomar a Yang, la cual logró atrapar su mano, pero la corriente era muy fuerte, se le dificultaba mantenerse.
-¡La rama no va a aguantar el peso por mucho tiempo, toma al niño y suéltame! -dice en voz alta.

-¡¿Estás loca?! ¡Si te suelto la corriente te va a llevar!

-¡Es eso o nos lleva a los tres! -grita intentando levantar el brazo con el que sostenía al niño.

Blake se queda mirando intentando comprender la situación lo mejor que podía y en eso la rama comienza a quebrarse.

-¡¡Blake rápido!! -grita Yang desesperada levantando al niño con toda la fuerza que le quedaba.

Blake toma al niño y Yang le suelta la mano.

-¡¡Yang!! -grita intentando tomarla de nuevo pero la corriente se la lleva a una velocidad aterradora.

    La peli negro sube con facilidad por la rama, deja al niño en el suelo y se topa con el que parece ser el padre, quien, al ver sus orejas en la cabeza le frunce el ceño, ella sólo lo evita y comienza a correr en la dirección que Yang fue arrastrada, pero por más que buscaba no encontraba nada y mientras más pasaba el tiempo su rostro más se llenaba de angustia. Comenzó a subir árboles para buscarla por lo alto mirando el río, pero nada. Los minutos los sentía horas y una angustia de su pasado comenzó a inundar su mente y pecho, el no querer sentir ese pesar otra vez, continuó buscando, saltando de árbol en árbol, hasta que a lo lejos, detrás de una roca logró verla. Pensó que encontrarla iba a aliviarla pero el pensar lo peor la aterrorizó más. Se acercó a gran velocidad para tomar su muñeca, tenía el pulso muy bajo y no estaba respirando.

-No... por favor, no hagas esto... -coloca sus manos sobre su pecho y comienza a presionarlo.

Mientras intenta ayudarla aparecen dos policías, los cuales se asustan al ver tal escena y toman a Blake de los brazos, alejándola de Yang.

-¡No! ¡Esperen, ella aún está viva, déjenme ayudarla! -grita angustiada.

    Los dos policías sin prestarle atención la tiran contra unas rocas y uno de ellos le apunta al pecho, el disparo sale dirigido hacia el brazo al ser interrumpido por un fuerte golpe en la nuca, provocada por Yang, quien se encontraba detrás de este tosiendo y sosteniendo su abdomen con gesto de dolor. El otro policía saca su arma pero Blake se tira sobre él y le tuerce el brazo. Luego ambas salen corriendo, aunque la pelinegro tuvo que sostener del brazo a Yang durante todo el trayecto.

    El cielo se había nublado completamente y unos fuertes truenos comenzaron a ocupar los cielos. Yang y Blake continuaron subiendo la montaña sin decir nada, pero Blake cargaba con muchas emociones juntas aún y una herida en el brazo que no paraba de sangrar. Yang estaba pálida y tenía varios golpes en el cuerpo.

-Allí... -señala la rubia. Había una abertura en la montaña, lo que podía servirles muy bien como refugio por el momento-Tomemos... algunas ramas y hojas secas... -dice pasando su mano por la garganta para calmar el dolor por haber tragado tanta agua.

    Blake la deja cerca del lugar y luego se retira no muy lejos para recoger varias ramas secas y hojas, junto con dos piedras, la lluvia la tomó por sorpresa y tuvo que tapar con su cuerpo el cargamento aunque igual se mojó un poco. Por suerte Yang era buena prendiendo fogatas y logró encenderla sin problemas.

Yang: Pudo ser peor... -hace una corta sonrisa apoyando su espalda en la rocosa pared.

Blake: Calla... No quiero hablarte ahora...

Yang suspira y gira la cabeza, luego de unos segundos intenta decir algo nuevamente.

-¿Estás enojada?

-No.

-Entonces hablemos, no me gusta mucho el silencio.

-¡Y a mí no me gusta ver morir a quienes aprecio! -alza la voz frunciendo el ceño.

Yang se queda mirándola con los ojos abiertos de par en par y luego baja la mirada rápidamente.

-¿Me aprecias? -pregunta sonriendo un poco.

-No sé qué pretendes que te responda, ¿quieres un si para que no vuelvas a suicidarte como lo hiciste recién? -responde enfadada.

Yang no responde nada y Blake se queda mirándola, haciendo hincapié a que ella ya le había gritado algo similar.

-Sólo... no lo vuelvas hacer... Si quieres ayudar a alguien al menos avísame -pide con una voz llena de angustia.

-Nunca hice algo así... Ayudar a una persona, nunca lo hice...

Blake se queda mirándola atentamente.

-No quiero que pienses que soy un monstruo... como mi papá... Sólo, opinaba diferente pese a lo que veía y mi carácter es algo testarudo -explica aun pasando su mano por el abdomen.

Blake suspira y se acerca un poco más a ella.

-No eres un monstruo... Y no busco cambiarte, lamento si te hice sentir mal, suelo ser demasiada directa para hablar -vuelve a mirarla de reojo-Lo siento...

Yang dibuja una sonrisa despreocupada en su rostro y gira un poco su cabeza para verle.

-Tranquila, ya pasó. Lo importante es que estamos bien -dice mientras toma parte de su ropa y la rompe. Blake se le queda mirando sin entender qué estaba haciendo- No voy a desnudarme aún -ríe mientras le limpia la herida.

Blake: ¿Aún? -arquea las cejas.

Yang: Hey, necesito que mi ropa se seque -agrega, rompiendo otro poco de ropa para envolver la herida.

Blake: Si continúas rompiendo tu ropa no habrá mucho que poner después -sonríe mientras mira lo que hace su compañera.

Yang vuelve a reír y luego se acomoda en la pared.

Blake: Gracias... -se queda mirando la zona en la que Yang la había vendado y pasa su mano.

Yang: No es nada -sonríe apoyando la cabeza en la pared y girándola para mirar a Blake-Por cierto, aún tengo curiosidad, ¿mitad qué eres? ¿Pantera?

Blake: Hey... -frunce el ceño, luego mira hacia abajo y se sonroja- No es la gran cosa... no necesitas saberlo... -hace círculos en el suelo con su dedo índice.

Yang: Anda, tengo curiosidad. Dime, porfis -suplica con una sonrisa y ojitos compradores.

Blake pone puchero y luego suspira, al sentir que estaba perdiendo completamente contra su rival.

-Una... gata... -susurra y se sonroja.

Yang se queda mirándola por unos segundos y luego se tapa la boca con la mano, girando el rostro.

-¿Te estás burlando? -se queja frunciendo el ceño aún con el rostro rojo.

-Hahaha no no, hay... perdóname enserio... -pide intentando cortar la risa.

-¡Eres cruel! -se cruza de brazos y se apoya en la pared toda enfadada.

-Hey... no digas eso... lo lamento, sólo me tomó por sorpresa -avisa con una sonrisa intentando disculparse- Es sólo que todos los faunos que he visto hasta ahora han sido mitad de animales muy grandes y cuando dijiste el tuyo me pareció... muy tierno.

Blake sólo gira la cabeza y continúa con sus brazos cruzados.

-Anda... lo siento, ¿me perdonas? -junta sus manos y se le acerca un poco.

Blake comienza a girar lentamente su cabeza, mira a Yang de reojo y asiente.

Yang: ¡Gracias! -la braza intentando evitar su herida. La peli negro se sonroja, pero no le niega el abrazo, sólo se queda mirando hacia abajo sonrojada. Luego se aleja para quitarse la ropa, dejando sólo la interior y acomodarla cerca de la fogata. Su cuerpo tenía varios moretones y algunas heridas.

Blake: ¿Te duelen? -la mira algo preocupada de reojo para no incomodarla.

Yang: Un poco, pero ya sanarán -sonríe y se poya en la pared, cerrando los ojos- Intenta descansar Blake -pide.

La peli negro asiente y se recuesta en el suelo, al cerrar los ojos, se queda dormida a los pocos minutos, el cansancio que llevaba era muy grande.

Continuará.

    Al amanecer el cielo seguía con sus nubes negras y el aire soplaba frío constantemente. Las chicas decidieron dejar su escondite cuando el agua bajó y tranquilizó para rondar por la destrozada ciudad en busca de algo para comer, ambas eran vagabundas ahora.

Blake: ¿Hacia dónde queda el lugar en el que tú amigo ira?

Yang: Detrás de aquellas montañas -señala.

Blake: Está bastante lejos...

Yang: No me esperaba un terremoto acompañado del tsunami...

Mientras caminaban en busca de alguna casa vacía para intentar tomar algo, Blake miraba hacia abajo, el ver a las personas muertas o caminando sin rumbo le hacía daño; Yang la mira de reojo y trata de cambiar el ambiente.

Yang: ¿Cuál es tu sueño?

A su acompañante la toma desprevenida su pregunta y se queda mirándola.

Yang: Claro... quiero decir, ¿qué te gustaría cumplir antes de morir?

Blake: Ah... Pues... aun no tengo definido el qué...

Yang: Ya veo...

Blake: ¿Y tú?

Yang: Correr en un enorme prado verde -levanta las manos y cierra los puños.

Blake: ¿Eh? Haha... Pensé que sería algo más como... Ser una guerrera que comande algún grupo de faunos -ríe un poco.

Yang: Na. Soy más sensible de lo que parezco -le guiña un ojo.

Blake vuelve a reír y se lleva una de sus manos a la boca para evitar una carcajada.

Yang: Hey, eso es malvado de tu parte. Ahora ya no voy a querer verme fortachona -ríe con ella.

Blake: Me lo debes, tú empezaste anoche -sonríe sin quitar su mano de la boca.

Yang: Jaja ¿Sí? No sabía que había comenzado una guerra contigo.

Luego de unas cuantas risas Yang vuelve a mirarla de reojo, Blake nota sus miradas constantes y la mira de la misma manera.

Blake: ¿Pasa algo?

Yang: No es nada, sólo que me gusta más cuando ríes.

Cuando Blake cae en las intenciones de Yang de hace rato por levantarle el ánimo se sonroja levemente y gira el rostro.

Al cabo de un rato, logran encontrar una casa abandonada que no había sido destruido por completo. Cuando ingresan, se disponen a buscar alimentos y algunas botellas para llenar con agua. Mientras buscaban juntas en uno de los cajones de la cocina Blake saca una barra de chocolate y sonríe.

Blake: ¡Mira, es la marca que te gusta a ti! -se la pasa sonriente, pero al notar lo que había dicho gira la cabeza rápidamente y deja la barra sobre la mesada.

Yang se queda mirándola atentamente y la toma de la muñeca.

Yang: ¿Cómo sabes eso?

Blake: Sólo... se me pasó por la cabeza.

Yang: Blake...

La peli negro suspira y gira el rostro.

Blake: Es... vergonzoso de contar...

Yang: ¿Has estado espiándome?

Blake no hace ningún gesto, sólo se queda mirando hacia otro lado.

Yang: ¿Lo has estado haciendo? ¿En serio? -pregunta confundida.

Blake: Tenía curiosidad... Fuiste la primer persona que no intentó matarme, quería descubrir el por qué.

Yang suspira y le suelta la muñeca.

Yang: Eres macabra, espero que no me hayas espiado en el baño -le hace una pequeña sonrisa pícara.

Blake: ¿E-eh? ¡N-no! -responde nerviosa.

Yang: ¿Y por qué terminaste en ese circo? -indaga mientras saca una bolsa de arroz.

Blake: Un... descuido mío... Caí en una trampa que se encontraba en el bosque.

Yang: Pero Blake, ¿por qué no te fuiste a la zona de los faunas? Ibas a estar segura ahí... -apoya sus manos en la mesada.

Blake no responde nada, sólo se queda mirando hacia abajo con la mirada triste.

Yang: ¿Te quedaste sólo porque querías espiarme...?

Blake: ¿Es malo... interesarse en alguien?

Yang: N-no... pero...

Yang se lleva una de sus manos a la frente, intentando comprenderla.

Blake: Siempre he sido algo extraña, diferente a los demás de mi grupo. Andaba sola e intentaba arreglármelas sola... Cuando incendiaron mi pueblo yo me salvé por el simple hecho de ser una incompetente que se escapaba cuando quería e iba donde se le antojaba en los horarios que se me pasaban por la cabeza -aprieta los puños y la mandíbula.

Yang coloca un rostro nostálgico y posa su mano sobre la de ella, dejándola sobre la mesa de mármol.

Yang: El ser así te salvó la vida... Te hizo tropezar conmigo y despertarme de una terrible amargura, evitaste que cometiera algo estúpido ese día... cuando te vi -mira hacia abajo sin girar el rostro.

Blake tenía los ojos cristalizados por la bronca pero las palabras de Yang comenzaron a ocupar sus pensamientos e hizo que girara el rostro para verle.

Yang: Suena tonto, pero yo no estaría aquí si tu no hubieses chocado conmigo ese día -le brinda una pequeña sonrisa cargada de dolor, luego se arrima un poco para colocar suavemente su frente en el hombro de Blake-Gracias...

Blake, lentamente, comienza a abrazarla, primero con delicadeza, luego con fuerza, hasta dejar escapar el llanto.

Ambas se quedaron en la casa un rato charlando de varias cosas, compartiendo varios sucesos, buenos y malos. Charlas pasadas o pensamientos presentes. Al terminar de recolectar alimento y botellas con agua, las colocaron en un bolso y salieron fuera nuevamente, para sorpresa de las dos, unos copos de nieve comienzan a caer lentamente. Yang siente un escalofrío y estornuda.

Blake: Te dije que hacía frío -sonríe mientras le coloca en la cabeza un abrigo.

Yang: ¡Hey! Que maternal -dice en tono bromista acomodándose el abrigo-Gracias, ya sabes, testaruda presente-se señala riendo.

Blake: Jaja si, lo sé -le da un pequeño empujón.

Les esperaba un largo y frío recorrido hasta las montañas que buscaban.

Continuará.

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