La Plaga parte 2 (Fanfic yuri RWBY) (Parte 1)

Atención: El siguiente fanfic no tiene relación alguna con Beacon o la historia de Monty Oum, lo que estoy realizando, es un yuri de Bumblebee (BlakexYang) con temática propia.
Género: Drama, Romance, Yuri, Psicológico (puede contener lectura +18 en algunos capítulos)

Sinópsis:

Narra la historia en la que el mundo comienza a dividirse entre humanos y faunos, donde la discordia y el honor comenzó a ser lo primordial, llevándolos a desacuerdos permanentes y guerras continuas. Mientras el mundo se dividía por raza, estos no se daban cuenta de que algo peor venía en camino.


Blake y Yang caminaron durante todo el día hasta llegar al pie de las montañas.

Blake: Si continuamos, mañana podremos llegar hasta tu amigo -dice agitada.

Yang: Está anocheciendo y hace muchísimo frío, lo mejor es buscar un sitio cálido cerca de las montañas y prender una fogata.

Blake: Pero...

Yang: Tranquila, él no se moverá de ahí hasta que lleguemos mañana. Es peligroso viajar de noche -advierte juntando algunas ramas y hojas.

Blake asiente y le ayuda. Un helicóptero pasa no muy lejos de allí en dirección a la ciudad, mientras pasa por ella la peli negro nota algo.

Blake: Están rociando un líquido...

Yang: Mm... Es verdad -entrecierra los ojos para intentar ver mejor-¿Habrá ocurrido un incendio?

Blake: Puede ser.

Yang: Tienes muy buena vista.

Blake: Hm... es en lo único que me destaco, vista y oído. O correr como tonta -suspira girando la cabeza- ¿En qué te destacas tú?

Yang: Ha... en ser testaruda supongo... -suspira.

Yang se pone seria y comienza a caminar hacia el lugar que le parecía más adecuado para prender la fogata, pero sólo deja las cosas a un lado y se queda mirando el bosque.

Blake: ¿A dónde vas? -indaga al ver que su compañera comienza a caminar en dirección al bosque.

Yang: No es nada... es sólo que, los bosques de noche me traen algo de nostalgia -continúa mirando hacia delante- Mi hermana, Ruby, era un lobo, por parte de mi padrastro. Cuando mi padre falleció, mi madre se enamoró de un hombre lobo, que comendó lo que quedaba del pueblo -se acerca a uno de los árboles y posa su mano en el tronco- Pero mi hermana nunca pudo dominar el descontrol de la luna llena... y mató a mi madre... Mi padre, perdido en su orgullo intentó matarla en el mismo momento, cuando estaba protegiéndola, me tomó del cuello... Ruby se tiró sobre él y le mordió el cuello, ahorcándolo... -cierra el puño y lo aprieta contra el tronco.

Blake: Yang... -se acerca lentamente y coloca una de sus manos sobre su puño.

Yang: Ruby intentó matarme... tuve que... usar un arma de plata en mi propia hermana... -aprieta los dientes.

Blake: No fue tu culpa...

Yang: Nunca ayudé a Ruby cuando mi padre intentaba hacerlo, el sólo verla amarrada me destruía... Yo los maté a todos Blake -se lleva la otra mano al rostro y comienza a llorar.

Blake: No es así... -se muerde el labio inferior- Intentabas ayudarla a tu manera.

Yang: ¡No es así! ¡Sólo la solté, ni siquiera era consciente de las cosas! -grita golpeando el tronco.

Blake la abraza por detrás y frota lentamente su cabeza en la espalda de la rubia, la cual deja caer unas cuantas lágrimas.

Yang: Lo siento Blake... -dice más calmada, llevando una de sus manos hasta su cintura, para juntarla con la mano de la peli negro.

Blake: No pasa nada... Puedes confiarme esas cosas -dice aún apoyada en la espalda de Yang.

Yang: Luego escapé de casa... y una gatita frágil chocó conmigo... -dibuja una pequeña sonrisa en su rostro al recordarla.

Blake: ¿Debo alegrarme por recordar que me venían persiguiendo tres soldados armados? -dice irónicamente sonriendo.

Yang ríe un poco y luego niega lentamente.

Blake: Oye... la luna está iluminando de manera muy linda el centro del bosque y el costado de las montañas -gira el rostro mientras mira.

Yang: No llevo ninguna cámara de fotos conmigo en estos momentos -bufa.

Blake: Muy graciosa -hace una pequeña sonrisa y luego se separa un poco de su compañera- ¿Quieres... correr conmigo? -gira el rostro algo sonrojada.

Yang, al notar que podía estar preocupando de más a su compañera intenta componer su rostro y ánimo.

Yang: ¿Es una cita felina? -sonríe mientras pasa una de sus manos por los ojos.

Blake: ¡N-no! Sólo... -responde nerviosa apretando su chaleco negro con las manos.

Yang: Me encantaría -sonríe.

Blake vuelve a girar el rostro apenada y luego sale corriendo para brincar sobre uno de los árboles.

Yang: ¿Será una carrera? -indaga curiosa tomando la forma del tigre.

Blake: Tendrás que descubrirlo cuando me alcances gatita grande -sonríe a modo de competencia y comienza a saltar de árbol en árbol.

Yang: ¿A si? Ya veremos quién será la gatita aquí -comienza a perseguirla por debajo de los árboles a gran velocidad.

Ambas corrían a una velocidad impresionante, a los minutos Blake baja para correr al lado de Yang, quien intentaba darle pequeños cabezazos para jugar, su competencia comenzó a convertirse en un juego de "atrápame si puedes" entre los árboles, entre saltos, risas y empujones Yang logra alcanzarla y tirarse sobre ella, la luz de la luna posaba suavemente sobre sus cuerpos cansados, que aún reían y se empujaban mutuamente, Blake colocando sus manos sobre el sedoso pecho de Yang y ésta pasando de vez en cuando su enorme cabeza por los costados de la de Blake, corriéndola con suavidad y cariño. Poco a poco, ambas guardaron silencio y sus miradas comenzaron a encontrarse; los puños de Blake comenzaron a abrirse, para meter sus dedos entre el pelo de Yang, el cual encontraba suave y sus ojos y rostro, majestuosos. El tigre comenzó a acercar su cabeza hasta la frente de quien la observaba con enormes y brillantes ojos amarillos. Un silencio especial en el que sólo la respiración de ambas podía escucharse se hizo presente en el bosque, la brisa helada daba espacio a que Blake rodeara el cuello del tigre con sus brazos, pero al abrir los ojos, se encontró con los enormes ojos lila de Yang, quien la miraba con dulzura.

Blake: T-tengo frío... -dice sonrojada, girando el rostro y llevando una de sus manos al mismo para taparlo.

Yang le dedica una corta sonrisa al darse cuenta que estaba incomodándola y comienza a ponerse de pie, para luego estirar su mano y ayudarle a levantar.

Yang: Debemos ir a prender esa fogata o terminarás encendiéndola aquí -le guiña un ojo.

Blake se sonroja aún más y la empuja por los nervios, Yang comienza a reír mientras le pide disculpas.

Luego de llegar y prender la fogata entre medio de dos grandes rocas, sacan el tazón metálico para preparar el arroz que habían encontrado, para sorpresa de Yang, Blake sabía condimentar muy bien.

Yang: Wow, está muy rico, ¿en qué momento sacaste las especias? -pregunta maravillada por el sabor.

Blake: Las encontré mientras buscaba un poco de sal -contesta mientras se lleva un bocado a la boca.

Yang: Debes enseñarme tu secreto, siempre fui mala condimentando -ríe.

Blake: Haha, claro, cuando gustes.

Luego de comer, Yang se acomoda apoyando la espalda en una de las rocas, cubriéndose con el mismo abrigo.

Blake: Yang... Cuando encontremos a tu amigo... -se queda mirando el piso por un momento sin seguir la oración.

Yang: No te preocupes, te ayudaremos a volver a la tierra de faunos -se queda mirando la luna.

Blake intenta responder algo pero se queda en silencio.

Yang: ¿Algo va mal? -la mira preocupada al notar su rostro triste.

Blake: N-no... Estoy cansada, hemos corrido mucho -le finge una sonrisa.

Yang: Jaja si, fue muy divertido. Gracias Blake, me hizo bien -le sonríe y se queda viéndola a los ojos.

Su compañera la mira por unos segundos y luego gira el rostro, recostando el cuerpo en el suelo, tapándose con su abrigo. Yang se queda pensativa intentando comprender la reacción, pero al no comprender bien cierra los ojos y a los segundos estornuda. Blake se gira un poco para verla de reojo.

Blake: ¿Todo bien? ¿No estarás pescando un resfriado?

Yang: No lo creo, sólo me dio algo de frío -sonríe. Luego vuelve a taparse, apoyando su frente en sus rodillas, la cabeza había comenzado a dolerle un poco.

Esa noche, Yang comenzó a tener algo de temperatura y dolor muscular.


Yang había amanecido con mucha fiebre, con una especie de gripe bastante fuerte, por lo que Blake tuvo que buscar algún refugio; por desgracia, no dio con ninguno y tuvo que optar por hacer uno ella misma en una pequeña cueva.

Yang: No estoy tan mal... no te preocupes... -dice apoyada en la pared intentando convencer a su amiga de que todo marchaba bien, pero su rostro pálido y enfermo no ayudaba.

Blake: Sé que debemos ir por tu amigo, pero tienes mucha temperatura -dice mientras mueve una roca cerca de la entrada, le costaba bastante.

Yang: Voy a preocupar demasiado a Jhin... -suspira triste apoyando su frente en las rodillas.

Blake: Yang... lo siento, pero si cruzamos las montañas contigo así, puede que te pongas mucho peor, si te desmayas y no encontramos refugio o nos atacan... no creo poder defendernos a ambas -intenta hacerla reflexionar.

Yang: Entiendo... -levanta el rostro y lo coloca contra la pared.

Blake se acerca a ella y vuelve a tocar su frente.

Blake: Iré por nieve, la colocaré en el recipiente metálico y buscaré comida -se pone de pie- Espera aquí, ¿sí? Prometo ir rápido.

Yang: Tranquila, toma tu tiempo y ten cuidado, si ves que algo va mal, regresa -pide, abriendo un poco sus ojos cansados.

Blake asiente y sale rápidamente por lo que necesitaba con la mochila en su espalda. Pudo recolectar ramas y hojas pero no hallaba alimento, necesitaba algo más que arroz con condimentos para su amiga ahora. Al cabo de un rato comienza a escuchar que varios aviones ocupan el cielo y arrojan misiles en la ciudad, al ver esto, Blake comienza a saltar de árbol en árbol para llegar de inmediato con Yang pero al ingresar a la cueva, la rubia se queda mirándola preocupada.

Yang: ¿Qué ha sido todo ese ruido? ¿Estás bien?

Blake: Están bombardeando la ciudad... -avisa mientras observa cuidadosamente por el costado de la roca.

Yang: ¿Qué? ¿Terroristas?

Blake: No lo sé, eran bastantes, pero no pude verlos bien.

Yang: ¿Deberíamos dejar este lugar? -sugiere intentando ponerse de pie.

Blake: El bombardeo ha sido lejos, parece que aquí no corremos riesgo y creo que salir en una situación como esta sería aún más peligrosa.

Al cabo de unos segundos, un tiroteo se escucha muy cerca del lugar, cuando Blake se asoma, ve a varios niños corriendo, escapando del mismo; la escena era macabra, los soldados los mataban sin vacilar.

Yang: ¿Qué rayos...? -frunce el ceño y se acerca a la salida, Blake la detiene a la fuerza con sus ojos brillosos. La rubia aprieta los puños por la rabia, sabía que salir iba a ser para morir sin salvar nada.

Pero unos cuantos disparos acompañados por una lluvia de pétalos agregó esperanza a la situación.

Yang: ¡Jhin! -exclama alegre.

Su amigo bajó de los árboles para caer sobre los soldados y hacer una batalla más justa, Yang y Blake salieron de inmediato a ayudarle, para cuando terminaron desgraciadamente todos los niños parecían haber sido asesinados.

Yang: ¿¡Qué demonios les pasa!? -indaga enfadada, la cabeza le había comenzado a doler otra vez.

Jhin: Hay un nuevo virus rondando en el continente y están buscando una vacuna a escondidas del mundo, para ello, lanzan la vacuna en alguna ciudad casi destruida para ver los resultados, si son negativos, matan a todos -informa guardando su arma.

Blake: ¿De dónde sacaste tanta información?

Yang: Es un caza recompensas, saca información hasta de los bolsillos -se apoya en uno de los árboles.

Jhin: ¿Estás bien?

Yang: Si... Estoy algo engripada -se lleva una mano a la frente.

Blake se acerca a ella y la toma del brazo.

Blake: Debes descansar, anda -dice preocupada.

Jhin: He encontrado una cabaña abandonada más adelante, está un poco lejos, pero es mejor que allí -señala el lugar donde ambas estaban ocultándose antes. Blake gira el rostro y frunce el ceño- ¿Qué? Sólo opino que ahí se pondrá peor.

Blake: Esta bien... Pero, ¿puedes cargarla?

Yang: No es necesario...

Blake: Si lo es -la acerca a Jhin, quien lanza una pequeña risa burlesca y Yang lo fulmina con una mirada.

Jhin: Lo siento, es que hacía mucho que alguien no se preocupaba de manera tan maternal por ti -la acomoda en su espalda aun con su sonrisa bufona.

Yang: Calla...

Mientras se dirigían a la cabaña, Blake sintió que alguien los perseguía, cuando notó de dónde venían las pisadas dio un salto rápido y alto hacia esa dirección en posición de ataque, pero al encontrarse con su víctima, que cae al suelo por el susto, sólo se queda observándola. Se trataba de una niña de cabello gris claro y ojos celestes como el cielo.

Jhin: Debe haber estado siguiéndonos

Yang se queda mirando a la pequeña de reojo.

Blake: ¿Lograste escapar antes del tiroteo o te has perdido? -pregunta arrodillándose frente a ella.

La niña mira de reojo sus orejas y luego los ojos de la peli negro para negar moviendo la cabeza de un lado a otro.

Blake: Ah... Bueno, no hace falta que recuerdes algo que no quieres, ¿cómo te llamas? -le hace una pequeña sonrisa.

¿?: N-no... lo recuerdo -baja la mirada- Lo siento... estoy algo asustada -se lleva las manos a los ojos.

Yang: Tranquila, no comemos niños, haz de cuenta que estás con pinocho y una gatita. Descarta en lo que me puedo convertir yo -mueve una de sus manos de manera despreocupada.

Jhin: ¿Pinocho? -curva el ceño.

Blake: ¿Qué hacemos? No parece recordar mucho -mira a sus dos acompañantes.

Jhin: Déjala allí, sus padres deben estar cerca.

Yang: Si la llevamos tendremos que cuidarla -agrega.

Blake les frunce el ceño.

Jhin suspira y se lleva una mano a la cabeza.

Yang: Blake... no podemos traerla, no sabemos si sus padres están buscándola.

Blake: ¿De verdad opinas eso después de ver lo que sucedió hace un momento?

Yang: Mira, ¿quieres traerla? Tráela -dice algo enfadada y gira el rostro.

Jhin: En una batalla tenerla con nosotros será un riesgo bastante grande -agrega.

Blake sólo baja la mirada al sentir los comentarios negativos de ambos y se queda mirando a la niña, luego intenta regalarle un pequeña sonrisa, para luego agacharse, ayudarla a levantarse y sacudirle la ropa.

Blake: No te preocupes, yo te cuidaré -le brinda una sonrisa más cálida. La niña le devuelve la sonrisa y toma su mano para caminar junto a ella.

Yang gira el rostro un poco para verlas de reojo a ambas con una mirada triste. Ella y su amigo iban un poco delante por la situación que había pasado.

Jhin: Debes haberte encariñado mucho con ella para sentirte así de mal luego de algo así -dice en voz baja, como para que sólo su compañera lo escuche.

Yang sólo da un pequeño suspiro y cierra los ojos, por alguna razón, le había costado mucho usar sus brazos en la batalla contra los soldados.


Luego de un largo trayecto, llegan a la cabaña. No se veía en mal estado.

Yang: ¿Has intentado limpiarla verdad? -indaga mirando alrededor, bajando de su espalda.

Jhin: Oye, no empieces con eso, tú no sabes cocinar un sobre de sopa, pues a mí no se me da la limpieza... Y a ti tampoco -agrega algo molesto acomodando unas sillas.

Yang: Juu, que sensible. Sólo bromeaba -le da unas palmaditas en la espalda- Hey, si sé cocinar un sobre de sopa -se queda parada en el lugar analizando lo que había dicho su compañero.

Blake: A parte de los sobres de sopa, aquí en la cabaña has encontrado algo más para comer -pregunta mirando a Jhin mientras busca en las estanterías.

Jhin: ¡Oh! Mira Yang, podrás hacerte de comer si te da hambre -bufa y se apoya en la pared, Yang sólo lo mira de reojo con el ceño fruncido y entra a otra habitación- En el mueble de allí hay latas de picadillo y una bolsa de fideos.

Blake: Que bien, eso ayudará más a Yang -sonríe y toma una lata de picadillo, junto con la bolsa de fideos. La niña sólo la seguía de un lado a otro como un patito.

Jhin sonríe un poco y se acomoda su chaleco.

Blake: ¿Pasa algo? -lo mira.

Jhin: Deberías ir a hablar con Yang antes de hacer de comer -se rasca la barbilla con su dedo metálico.

Blake no comprende al inicio pero luego recuerda lo sucedido anteriormente y se encorva un poco para hablar con la más pequeña.

-¿Puedes esperar aquí?

La niña asiente y se queda mirando hasta que la peli negro desaparece por la puerta de la habitación en la que su amiga había ingresado, la cual se hallaba recostada con la mano en la frente.

Blake: ¿Te sientes mal? -indaga preocupada.

Yang: Hmm... he estado peor -responde intentando sonar lo mejor posible.

Blake: ¿Física o emocional?

Yang abre un poco los ojos y se queda mirándola.

Blake: ¿Te molesta... lo que hice? -pregunta apoyándose en uno de los muebles.

Yang: Sólo... no quiero que te culpes si algo malo le ocurre...

Blake mira hacia un costado y guarda silencio. En el fondo sabía que su decisión había sido egoísta.

Blake: Si la perdemos en batalla... Lo superaré, no sería lo primero que supero. Sólo... no puedo dejarla sola... -baja la mirada.

Yang se sienta en la cama con esfuerzo y la observa con un rostro comprensivo.

Yang: Yo también me equivoqué -hace una pausa- Fui muy dura allá fuera, con ambas. Lo lamento, Blake.

La peli negro le sonríe con dulzura y se acerca a ella, sentándose a su lado y estirando sus brazos, rodea el cuello de la rubia para abrazarla con cuidado.

Yang: B-Blake... Puedo contagiarte -advierte levantando sus brazos por la acción de su amiga.

Blake: ¿Recuerdas ese día que me preguntaste si tenía un sueño? -se sonroja levemente.

Yang: Si, lo recuerdo.

Blake: Si tengo un sueño, pero siempre me ha dado la sensación de que nunca lo cumpliré. Por eso, decidí ir en busca de otro, que aún no tengo definido, ¿quieres saber cuál es mi verdadero sueño?

Yang se queda inmóvil y asiente.

Blake: Quiero tener... una familia...

Yang guarda silencio unos segundos, tratando de procesar bien cada palabra para decir, no quería herirla. El sueño de Blake... era bastante difícil de llevar acabo en la situación que el mundo se encontraba, pero la rubia sentía con fuerza, que la persona que tenía en brazos, podía ser una excelente madre y hasta se esmeraba por serlo con cada pequeño detalle, eso le estaba partiendo el corazón. Lentamente, Yang comenzó a rodear la cintura de Blake con sus brazos y acariciar su mejilla con la suya delicadamente.

Blake: Yang... Prometo no poner cargas en tus hombros por haber tomado a esa niña, me haré responsable al cien por ciento... Lo prometo -esconde su rostro en el cuello de la rubia.

Yang: No digas eso... -dice casi en susurros- No has colocado ninguna carga... -aparta un poco su rostro para quedar frente al suyo. Una de sus manos habían subido lentamente al rostro de aquel ser de ojos amarillos que la hipnotizaba con el brillo de su mirar, ese que ocultaba lágrimas y fortaleza.

Blake no sabía qué responder, sus mejillas sonrojadas eran acariciadas con delicadeza por la rubia, que posó suavemente su pulgar sobre el labio inferior de la chica que moría por besar. Su mirada fija, la cual no dejaba de ser cálida y la mordida que le daba a sus labios para contener las ganas, la delataban. El corazón de la peli negro comenzó a escucharse fuerte y la respiración de ambas era un poco más agitada que antes, el deseo las estaban carcomiendo, hasta que Yang apoyó sus labios con suavidad en los de Blake, la cual, a los pocos segundos que sintió que su compañera alejó un poco el rostro, acercó el suyo para intensificar más el beso. Los brazos de la rubia comenzaron a rodear la cintura de Blake, trayéndola lentamente hacia ella. La fauno de ojos amarillos pasó la punta de su lengua por el labio inferior de Yang mientras la besaba, para luego meterla dentro de su boca y rodear más su cuello con sus brazos, pasando sus dedos entre los dorados cabellos del tigre. La situación se estaba tornando tan caliente que a Blake se le escapó un pequeño gemido, lo que la hizo apartarse sonrojada y agitada.

Blake: Lo... lo siento... ha sido... sin querer -titubea.

Yang: No pasa nada, ha sonado muy bonito -sonríe de manera cálida sujetando una de sus manos, las cuales temblaban un poco por los nervios de la situación-¿Estás bien?

Blake: S-si... sólo... -vuelve a titubear y se lleva una mano al cuello-Yo... debo volver a la cocina, estaba haciendo besos ¡Digo, de comer! -arregla nerviosa cerrando los ojos.

Yang ríe enternecida por la confusión de Blake, toma su mejilla nuevamente con una de sus manos para acercar su rostro y dejar un dulce beso en la peli negro.

Yang: Si necesitas ayuda, no se la pidas a Jhin, quemará toda la cocina -sonríe pasando su pulgar suavemente a modo de caricia en el labio inferior de la fauno sonrojada, que mantenía baja sus orejas por la vergüenza.

Blake asiente, la mira de reojo y se pone de pie con algo de torpeza, para luego caminar hasta la puerta y salir. Ya afuera se lleva una mano al pecho y suspira.


Jhin: Pensé qu-

Blake: ¡Ah! -grita girando el rostro rápidamente. Jhin se sobre salta un poco y se queda mirándola.

Jhin: ¿Esa respiración agitada es por el susto u otra cosa? -le guiña un ojo, acompañado de una sonrisa.

Blake: ¡N-no vuelvas hacer eso, tonto! -dice enfadada envuelta en un sonrojo y se encamina a paso fuerte hacia donde estaba preparando la comida.

Jhin sólo se queda con su sonrisa pícara y vuelve a acomodarse apoyando la espalda en la pared.

Cuando Blake termina de preparar los fideos con el picadillo, cena junto a Jhin y la pequeña, ya que Yang se había quedado dormida y prefirió llevarle la comida luego a la cama.

Blake: Gracias por ayudarme a lavar las cosas -agradece sonriéndole a la niña.

-De nada, tu comida ha estado deliciosa, muchas gracias -le devuelve la sonrisa.

Jhin: Am... Arriba hay dos habitaciones más aparte de esa que tiene cama matrimonial -le guiña el ojo de nuevo.

Blake: Vuelves a hacer eso y te revolearé un plato -frunce el ceño sonrojada.

Jhin ríe y comienza a subir las escaleras.

Blake toma de la mano a la niña y el plato de Yang. Una vez dentro de la habitación se siente a su lado y la zamarrea lentamente, no puede evitar ojear sus labios mientras lo hace y sonrojarse. Se culpaba por pensar en cosas así en este momento. Poco a poco, la rubia fue despertando hasta poder ver a ambas a su lado.

Yang: Hey, aun no moriré no se preocupen -dice media dormida.

Blake: Yang...

La niña se queda mirándola de reojo y luego el suelo, tenía la sensación de que la rubia no quería saber nada con ella.

Yang: Oye... -mira a la niña-Lamento haber sido así allí afuera, suelo ser algo brusca al hablar y mi cabeza no está procesando bien las cosas en este momento. Realmente me alegra que Blake reaccione por mí -se sienta con esfuerzo- ¿Podemos intentar de nuevo?

La pequeña asiente pero se coloca al lado de Blake, tomando su brazo.

Yang: Cuando me recupere te enseñaré como aflojarle los tornillos a Jhin del brazo derecho, vas a ver que divertido -sonríe.

-¿El jugará con nosotras si hacemos eso? -pregunta curiosa.

Yang: ¡Uf! Claro que sí, nos perseguirá por todos lados si llevamos los tornillos en la mano.

Blake: Yang...

Yang: ¿Qué? Es divertido -ríe un poco.

Blake: Para hacer eso debes curarte -le pasa el plato con comida, a la rubia se le iluminan los ojos y lo toma- Que bueno que sigas con apetito -sonríe.

Yang: El día que deje de comer algo tuyo, no seré yo misma -vuelve a reír.

Blake: Jaja Lo tendré en cuenta... -le sonríe con dulzura.

Luego de comer, Yang vuelve a recostarse, para asegurar que la pequeña no pescase algún tipo de resfrío se colocó en la otra punta de la cama y Blake en medio. Cuando apagaron las luces, la luz de la luna pasaba por el vidrio de la ventana de manera tenue. La peli negro estaba de espaldas a su compañera y la niña apoyada en su regazo. Al rato, una sensación de calidez pasó por la cintura de Blake al sentir que Yang había pasado uno de sus brazos por allí, apoyando su frente en la cabeza del fauno, que se había ruborizado levemente.

Yang: ¿Te molesta? -indaga susurrando.

Blake niega lentamente.

Yang: Descansa...

Continuará.

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