White Wolf +18 Parte 3 (White Rose RWBY) -Parte 2-

Género: Romance, Drama, Yuri (lésbico) , Adulto, Dominación/Sumisión, Sadismo/Masoquismo, Erótico, Futanari. (La historia puede contener lenguaje violento y escenas sexuales entre los personajes, no me hago responsable de los menores que puedan llegar a leer esta historia, gracias por su atención)

Sinópsis: Desde que Ruby se volvió líder del equipo RWBY, Weiss intenta demostrar que ella puede ser mejor en cada misión, mostrando que el lado infantil e inocente de Ruby sólo puede llevarlos a fracasar; hasta que cierto día, la líder se le revela de una manera insesperada.

Kiranaru- ♥ (Hana)

Weiss pasó la noche debajo de un árbol, el aire helado la despertó y sentía los ojos pesados por haber llorado toda la noche. Movió un poco su cabeza para verificar sus cinco sentidos; le dolían varias articulaciones pero, con desgano, se puso de pie, ayudándose con el tronco.

Caminó varias horas sin saber a dónde ir; el cuerpo le pasaba mucho, aunque sabía que el peso venía acompañado de mucho dolor. La cabeza le dolía y no podía borrar los gritos de Ruby, que se hacían más fuerte en su mente mientras caminaba; lo que le impidió escuchar las voces de soldados que estaban patrullando el bosque, tuvo que tomar carrera al ver que se venían sobre ella.

¿?: ¡Atrápenla! ¡Es el monstruo blanco!


¿El monstruo blanco? No había entendido qué podía significar eso. Podían haberla etiquetado así por lo que andaba con Ruby, ella se había transformado en algo que para los guardias de Atlas, seguramente llevaría un nombre similar.

El aullido de un lobo, no muy lejos de ahí la hizo cambiar de ruta, escuchaba pasos veloces cerca del bosque. Recordó que a las afueras de la ciudad, habían dejado la máquina del tiempo. Continuó corriendo hasta llegar a ella, ingresó sin más, se abrochó el cinturón y apenas sintió más pasos cerca, cerró la cabina y apretó el botón.

Ruby: ¡¡Weiss no!!

El grito familiar desde afuera la hizo reaccionar, abrió los ojos al reconocer la voz de Ruby y comenzó a golpear la puerta mientras tocaba todos los botones, intentando detener la máquina, pero ya era tarde. Desapareció en segundos.

A penas se abrieron las puertas, salió a mirar las afueras con la poca fuerza que tenía, pero ya no había nada, sólo la pequeña brisa en la punta de un monte.

Weiss: Ruby... -susurró.

Ni siquiera ella entendía por qué había vuelto a usar la máquina. Se sentía estúpida y a la vez traicionada por su cuerpo, que lo sentía tan pesado que no pudo dar más de cinco pasos para luego caer al verde pasto. La pequeña punta de las hojas rozaba una de sus mejillas; hacía frio, pero no como antes de viajar.

Weiss: Lo siento... De verdad lo siento... -solloza- Si estás viva en esta línea... No te encuentres conmigo... Soy tu peor error... -comienza a llorar.

Lloró hasta que su cuerpo se adormeció y su mundo oscureció por completo, no podía moverse ya. Sólo podía escuchar una voz en su mente, que no reconoció.

Ella espera su momento. Aquella que quiere despertar y crear. Su interior lleno de veneno desea sacar. Cuando la tierra sea cenizas y el infierno, hielo; ella recordará el dolor y fuego que tapaba sus pulmones. Podrá presenciar sin ver y saber sin aprender. Los demonios tomarán vida y cada semilla se extinguirá. Cuando despierte, podrá escribir un nuevo libro. Respirar otro aire y explorar otros océanos. Pero todos sus esfuerzos sacrificarán vidas. Los sueños escritos por el tiempo, estarán muertos.

Entre tanta oscuridad, podía escuchar voces; algunas conocidas y otras no. Comenzó abrir los ojos lentamente y la primera figura que vio no logró reconocerla.

¿?: Ha despertado -avisa, girando el rostro.

Ruby: ¿Weiss? ¡Weiss! ¿Estás bien? -la observa preocupada.

Los ojos de la peliblanco se abrieron de golpe.

Ruby: Tiene fiebre todavía tío Jhin.

Jhin: Se ve pálida. No tiene color en la piel, deben faltarle vitaminas -se levanta de la silla y sale por la puerta.

La morocha toma asiento mientras espera que la persona que se puso de pie volviese. Weiss no podía dejar de mirar a aquella persona que tanto apreciaba, no sabía qué hacer; si contarle lo sucedido o continuar fingiendo algún desmayo.

Ruby: ¿Cómo llegaste ahí? Luego de lo que pasó en Beacon no pude dar contigo... Estaba muy preocupada Weiss -suspira.

Weiss: ¿Beacon? -indaga casi susurrando.

Ruby: Bombardearon... Ataque terrorista, aún nadie sabe mucho. Atlas está en eso pero mi madre ha salido a buscar información por si hay algo que ocultan.

La peliblanco recordó el bombardeo pero ella había ido a la nave de su padre luego de eso.

Weiss: ¿Mi padre no estaba allí?

Ruby: Si... Se comportó raro conmigo. Me asustaba su mirada, creo que no le agrado -baja la mirada- Pero no entablé mucha conversación con él. Cuando estaba buscándote en el bosque, para no caerle con alguna noticia pesada, dos extraños me atacaron e inyectaron algo en mi brazo. Por suerte, el tío Jhin me ayudó a luchar. Una amigo de mi madre vino a hacerme unos análisis de sangre, mañana estarán los resultados.

Weiss: Ruby... -la observa preocupada. También recordaba a su padre colocándole una inyección antes de que pasara todo ese embrollo con la máquina ¿Qué era mejor? ¿Callar... hablar?

Ruby: Dime, te escucho -le regala una corta sonrisa.

Weiss: ¿Dónde está Yang?

La sonrisa de la muchacha de ojos grises desapareció y volteó para mirar a otro lado, buscando las palabras adecuadas.

Ruby: No lo sabemos... La buscamos por todos lados pero no ha aparecido. Mi tío fue por ella cuando Beacon se estaba derrumbando; sólo vio a Yang cargar a Blake en brazos y salir corriendo. Había mucha sangre en el suelo... No sabemos qué pudo haber ocurrido -se lleva la mano a la frente- Iré con él a buscarlas esta noche.

Weiss: Debo ir con mi padre...

Ruby: Te llevaré con él cuando mejores, estás muy débil -intenta fingirle una sonrisa.

Weiss: No lo estoy -intenta sentarse, pero se mareó inmediatamente, cayendo a la cama como si esta hubiese jalado de ella.

Ruby: ¡No hagas eso! -le pide preocupada, acomodándola y verificando que esté bien.

Weiss da un suspiro pesado y se lleva una mano al rostro.

Ruby: Todo estará bien, debes relajarte.

Weiss: No lo estará... -acomoda su brazo sobre sus ojos, intentando no llorar. No podía evitar preocuparse por Ruby, el recuerdo la torturaba.

Ruby: ¿Ha pasado algo malo?

Weiss: Si...

Ruby: Puedes decírmelo Weiss, yo haré lo que pueda para ayudarte -coloca su mano sobre la de ella, la tenía tensa en la cama.

Weiss: Tuve una pesadilla... Donde morías... Te hacían daño... -su voz empieza a quebrarse- Y yo no pude hacer nada... -sus lágrimas comenzaron a caer por montones, tanto, que su acompañante tuvo que pasar su otra mano para limpiar sus mejillas.

Ruby: Weiss... Tranquila, estoy aquí -le sonríe- No me pasará nada, estaré contigo.

Weiss: ¿Lo prometes? -pide aun sollozando.

Ruby: Lo prometo.

Luego de unos segundos, la morocha acaricia el cabello de la muchacha. Ruby siempre sintió que necesitaba cuidarla por alguna razón, no sabía si estaba enamorada o simplemente era un impulso; pero cada vez que miraba a la princesa de hielo su corazón se descontrolaba al igual que sus sentidos.

Weiss se tomó asiento lentamente, impulsándose con el brazo de Ruby, para rodear su cuello con los brazos y abrazarla con fuerza; lo que ya dicho antes, aceleró su ritmo cardíaco.

Jhin: Lamento molestar, pero aquí traigo algunos vitaminas -tose disimuladamente para llamar más la atención y hacer notar su presencia.

Ruby sólo volteó a mirarla con un fuerte rubor en sus mejillas, Weiss se quedó apoyada en el pecho de la morocha, sin soltarla.

Ruby: N-no interrumpes nada tío Jhin -sonríe nerviosa.

Jhin: Claro. He escuchado esas cosas antes -le devuelve la sonrisa y realiza un gesto de ya comprender demasiado con sólo ver el rubor de su sobrina.

Weiss tomó las vitaminas y tomó leche con galletas; logró dormirse sosteniendo la mano de la muchacha de ojos grises, quien besó su frente y se levantó para ir a la cocina.

Jhin: Debemos ir por Yang, Ruby. Preferiría que me dejaras buscarla por mi cuenta pero conociéndote vendrás detrás de mí -suspira.

Ruby: Sip -sonríe mientras se coloca su abrigo.

Su tío le suspira pesado y abre la puerta. Sabía que su sobrina era muy impulsiva y le gustaba ayudar a todos, pero eso le preocupaba. No le traía... buenos recuerdos.

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Jhin: Raven... No creo que sea buena idea que vayas por ella. Es muy peligroso.

Raven: Ella me salvó una vez... Es mi turno de hacerlo -frunce el ceño.

Jhin: ¡Es alguien que conociste en Beacon, no puedes sacrificarte así! -avisa enfadado.

Raven: ¡¿Crees que solo la conocí Jhin?! -apoya con fuerza el puño en la mesa de madera- ¡La amo, por eso iré por ella!

Jhin: ¿Qué? ¿Desde cuándo te animas a abrir tu corazón así? Pensé que sólo bromeabas cuando me hablabas de ella.

Raven: ¿Bromear? ¿Nunca me escuchas?

Jhin: Si lo hago, pero después de lo que pasaste no pensé que podías abrirle tu corazón.

Raven sólo gira el rostro y sale por la puerta, azotándola con fuerza.

Jhin: ¡¡Raven!! -le llama preocupado.

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Hospital de Vale. Cuarto número trecientos dos.

White: Lo siento Raven... Esto es culpa mía... -se lleva una mano al rostro, sollozando.

Raven: Hey... Nada de disculpas. Deja que elija cuando quebrarme -le sonríe con ternura, tomando su mano que descansaba cerca de la suya.

White: Te ves muy mal... -intenta arreglar su voz al estar sollozando.

Raven: He estado peor -le palmea la mano.

Jhin: Lo has estado -dice seriamente- Por la misma razón que ahora, ayudar a alguien que no terminaste de conocer -sale de la habitación.

White sólo baja la mirada.

Raven: No le prestes atención... Me cuida demasiado -explica, colocando un rostro sereno.

White: Eso es lindo -le devuelve la sonrisa- Es agradable saber que cuidan así de ti.

Raven: ¿Cómo está tu esposo?

White: Él... está bien -le finge una sonrisa.

Raven: Puedo ver los moretones asomarse por tus mangas... -gira el rostro.

La morocha se baja las mangas lo más que puede, como si eso provocara que no lo notara su acompañante.

Raven: Por favor... No te pido que te alejes de tu hija, sólo de él.

White: Si... Pensé... que no lo habías notado, lo siento...

Raven: Primero pensé que podían ser moretones por algunos golpes en batalla, pero no soy tonta...

White: Lo siento Raven...

Raven: No debiste mentirme... Decirme que estás feliz así, ¿crees que no lo notaba?

White: No quise hacerlo... Sólo temía que te dañara si te enterabas... Me dijiste que alguien asesinó a tu madre por ser diferente...

Raven: Lo sé... Le hicieron muchas cosas antes de eso... No necesito recordarlo para hacer algo por ti -frunce el ceño.

White se queda callada, sentía que estaba tocando algo que no debía.

Raven: Si voy a pensar en qué puede ocurrirme cada vez que te ayudo... Podría entrar en pánico. Sólo necesito decirme a mí misma que debo ir por ti... Y ya.

White: Está bien... Lamento lo que dije...

Raven: No pasa nada, Summer. No estés triste... Algunos temas me dejan muy seria -intenta recuperar su sonrisa, apretando la mano de la morocha con ternura.

White: Te ves linda seria -le devuelve la sonrisa.

Rave: Jaja Qué va... Gracias.

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Jhin: ¿Por qué has levantado un juicio contra Ruk? ¿Sabes que está demente no?

Raven: Por eso, no tiene derecho a quitarle la hija.

Jhin: Raven... ¿Por qué estás metiéndote en líos así?

Raven: Ya te lo dije...

Jhin: Lo sé... Pero arriesgarte a que ese tipo mande a alguien y te mate no es algo muy sabio.

Raven: ¡La golpea Jhin!

Jhin: Lo sé... Ya me lo habías dicho. Pero no es tan sencillo... Es un ex general de Vale.

Raven: Lo sé, no seas pesado. Sé lo que me espera.

Jhin: Cuentas conmigo... -suspira pesado.

Raven: Sé que si bobo -le da una golpe amistoso en el hombro.

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Ruk: ¿Cómo te atreves a meterte en los problemas familiares de otros?

Raven: ¿¡Problemas!? ¿Eres idiota?

White: Por favor... No peleen...

La pequeña Yang se encontraba detrás de las piernas de su madre, temblaba un poco.

Ruk: No tienes idea en qué terreno estás caminando -la observa con desafío.

Raven: Créeme, cuando me topo con gente como tú, sé muy bien por qué terreno camino -le devuelve la mirada.

Jhin se encontraba espectando el momento pero estaba alerta, para salir en ayuda de su hermana si era necesario.

Ruk: ¡Eres una maldita zorra Summer! ¿Cuándo pensabas decirme que esperabas el hijo de alguien más?

Todos se quedaron en silencio por unos segundos, hasta que la muchacha de ojos rojos frunció el ceño y mostró los dientes; enfadada, se acercó al tipo y le colocó una espada larga en el cuello.

Raven: Aléjate de aquí.

El general se da la vuelta y camina en dirección opuesta a ellos. Su mirada reflejaba mucho odio. Raven caminó hasta Summer (White) y acarició la cabeza de Yang.

Raven: Tranquila, ya pasó todo -le sonríe.

Jhin: No quiero meterme en el ambiente pero de dónde sacas tantos hijos -mira a White.

Raven: Eso no era necesario de preguntar, hermano... -le frunce un poco el ceño.

White: Tranquila... Es tu hermano, tiene derecho a saberlo -intenta sonreír, aunque la situación anterior la había dejado algo paralizada.

Jhin se queda con los ojos grandes, mirando a su hermana e imaginando la posibilidad de...

Raven: Es mío...

Su hermano se lleva la mano al rostro pero luego intenta regalarle una sonrisa.

Jhin: Nunca dejas de sorprenderme... Ok, no haré más preguntas. Por alguna razón me esperaba esto -suspira y se cruza de brazos.

  • ----------------------------------

Cuando Ruby nació, Raven ya había construido una cabaña junto con su hermano en el bosque, para buscar paz. Trabajaba de caza recompensas con Jihn, aunque a veces debía ir sola. Siempre que llegaba del trabajo le llevaba una rosa a Summer; si no podía encontrar en la ciudad, buscaba alguna en el bosque.

Raven: Ruby, si no puedes levantar esa cuchara, la vida será más complicada para ti -la observa detenidamente, la pequeña intentaba agarrar la cuchara para jugar.

White: No la molestes, todavía no deja el pecho -ríe un poco.

Raven: Lo sé, pero recuerda, esa niña será muy veloz y fuerte -abraza a White por detrás, quien se encontraba haciendo la cena.

White: Sólo espero que no se convierta en un cachorro de lobo con alas y destroce la casa -sonríe y besa el cuello de su amante.

Raven: Si eso sucede, saldré con ella a correr fuera para dejarla bien cansada -se menea mientras recibe el beso.

White: Jaja Está bien.

Yang: ¿Ruby aprende aunque no te entienda aún? -observa a Raven, su voz sonaba aún muy inocente a sus ya tres años de edad.

Raven: ¡Claro que sí! Los bebes aprenden muy rápido -le sonríe de oreja a oreja.

Yang: ¿Y yo puedo aprender rápido también? -indaga asombrada.

Raven: Por supuesto. Yo te enseñaré muchos trucos -le guiña el ojo.

Yang: ¡Gracias! -corre hasta sus piernas y la abraza. La pelinegro acaricia el cabello de la pequeña y le sonríe con ternura.

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Una mañana, la tragedia llegó a la familia... Dejando mucho dolor y pesar. Raven fue encontrada por Jhin y dos soldados de Vale en el río, metida en una bolsa negra, sin vida. Se especuló que fue torturada para algo o por algo, pero cuando se dirigieron a la primera persona que resultaba sospechosa, Ruk, resultó no tener nada que ver con su asesinato. Raven había tenido problemas con algunos de sus clientes a los que les trabajaba, pero Jhin sospechaba que uno de esos, podía ser el causante de la muerte de su hermana, debido a que muchos de ellos, sabían que era un licántropo alado; pero lo que la llevaba a traer problemas desde joven, fue la dura discriminación hacia su cuerpo, no sólo su parte fauno, sino también aquel que no era de una mujer completa. La veían como una plaga que podía expandirse y provocar cambios. Y al ser diferente, intentaban matar todo lo proveniente de esa familia, que dio a luz una niña que, para el ojo de muchos, no era natural.

White sufrió mucho la muerte de su esposa y sintió culpa durante años, tanto, que enfermó. Yang tuvo que trabajar desde joven cuando Jhin salía de viaje por recursos o misiones. Lo que la llevó a buscar ayuda en Ruk. No lo deseaba, pero al ver la situación, aceptó ayudarla; con la condición de que White no se cruzara en su camino.

Cuando Ruby creció, su entrenamiento fue igual de duro que el de su hermana, pero Ruk siempre la miraba con desprecio. Para él, fue la razón por la que no pudo seguir con sus planes de tropas al lado de Summer, quien decidió fortalecerse por sus hijas, intentando reponerse lo más rápido posible y así ayudarlas en todo. Y Jhin, se encargó de vigilarla siempre desde las sombras, a medida que los años pasaban, pudo ver la luz que su hermana una vez vio en White, esa mujer que podía levantarse siempre pese a las dificultades de cada cosa que pasaba por su camino. Sentía amor... Pero no podía ver de otra manera a la que una vez lo fue todo para Raven, por lo que se limitaba a ayudarla en todo lo que tenía a su alcance.

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Raven: Si alguna vez me sucede algo Jhin... Por favor, cuida de mi esposa e hijas -detiene la pincelada que estaba realizando en la puerta que barnizaba.

Jhin: No digas ese tipo de cosas mujer, no te sucederá nada. Seguirás siendo una piedra en el zapato de todos, como siempre -dice con una pequeña sonrisa, mientras martillaba los clavos en la ventana de la cabaña.

Raven: Enserio. Son muy importante para mí. Necesito que me hagas esa promesa -lo mira con seriedad.

Su hermano se quedó en silencio unos segundos, suspiró y respondió.

Jhin. Te lo prometo. Haré todo lo que pueda para tenerlas siempre a salvo.

Raven le regaló una sonrisa y una mirada tranquila, para luego continuar con el trabajo.

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Ruby: Tío Jhin, ¿cómo era mi mamá? -indaga mientras se abre camino por el bosque.

Jhin se quedó en silencio unos segundos, intentando mantener su estado anímico fuerte para responderle correctamente.

Jhin: Impulsiva, valiente y tenía tu sonrisa... -la observa de manera agradable. Ruby le recordaba mucho a su hermana, por lo que evadió el tema. Su sobrina lo notó, por lo que sólo le siguió el paso- Pero sobre todo...

Ruby se gira para verlo de manera expectante.

Jhin: ¡Era bien burlesca y problemática! Rayos, siempre tenía que perseguirla -coloca su rostro cansado, imitando a alguien muy maltratado.

Ruby: Jaja Entonces te quería mucho. Gracias tío... por cuidar de madre.

Jhin: Siempre fue un placer... -le palmea la cabeza. Ambos se brindaron una pequeña sonrisa y continuaron con su camino.

Continuará.

Jhin y Ruby buscaron toda la noche pero no lograron hallar nada, fue más el disgusto que tragaron por la noche, que el mismo frío nocturno. Regresaron al amanecer; White no había regresado, algo que a Jhin no le gustaba...

Jhin: Iré a la ciudad por Summer, necesito saber si está bien -avisa sin ingresar al hogar.

Ruby: Está bien, tío. Ten cuidado -pide preocupada. Éste se despide con una sonrisa forzada, para ir en busca de White.

La morocha ingresó a la habitación para ver si Weiss seguía en el mismo sitio que la había visto por última vez, su cama. Y sí, allí estaba, dormida profundamente. Cerró la puerta con cuidado y dirigió a la cocina para preparar un desayuno nutritivo. No podía dejar de pensar en su hermana, madre y Blake, temía que podían pasar por algo malo, pero debía ser fuerte.

Mientras esperaba que el agua se calentase, tomó asiento en uno de los sillones que adornaba la esquina de la cocina, cerca de una estufa eléctrica. Cerró los ojos pero al cabo de unos segundos, escuchó que la puerta donde descansaba Weiss se abría. La princesa blanca se quedó observándola por un momento, parecía preocupada.

Ruby: Estoy bien, Weiss -sonríe con una mirada agotada.

La peliblanco suspiró y acomodó el abrigo que se había colocado, al parecer de la muchacha ojos grises; para luego acercarse a ella con una mirada que sabía todo el significado que llevaba.

Ruby: No pasó nada, literalmente -se lleva una mano a la frente. Le había empezado a doler un poco la cabeza.

Weiss: Ruby... Te ayudaré a buscarlas. Iré a buscar a mi padre y pedirle que mande a alguien a hacer lo mismo que nosotros.

Ruby: No lo sé...

Weiss: ¿Por qué? Si se han ido lejos, es muy difícil que tres personas puedan hallarlas. No sabemos donde puedan estar.

Ruby: No quiero que te ofenda esto que diré... Pero no confío en tu padre -baja la mirada.

La ojiazul se quedó pensando, intentando tragar las palabras de Ruby. No podía retarla ni negarle que su padre era de confianza. No tenía buenos recuerdos de él la última vez que lo vio.

Weiss: No te pido que confíes en él... Confía en mí. Haré todo lo que pueda para ayudar -pide una vez más.

Esta vez, la morocha suspiró, sin soltar su frente y asintió.

Ruby: Pero primero debes desayunar, ¿sí? -intenta sonreír nuevamente, poniéndose de pie luego, para ir a apagar el fuego.

Weiss: Claro.

Weiss se quedó observando a su compañera, desde que se levantó del sillón, hasta llegar a la tetera. No podía quitarle los ojos de encima y eso, de alguna manera, la hacía sonrojar de inmediato.

Ruby: ¿Pasa algo, Weiss? -se gira mientras acomoda dos tasas sobre la mesada de mármol.

Weiss: ¿Eh? -indaga desprevenida, llevando una de sus manos para sujetarse el brazo y apretarlo, un indicio nervioso de no saber cómo reaccionar a esa pregunta- N-nada, me sorprende el haberme equivocado contigo -lleva ambas manos hacia atrás, intentando retomar su postura elegante- Eres más madura de lo que pensaba.

Ruby: ¿Gracias? -ríe un poco y se gira por completo, para apoyar las manos y espalda sobre la mesada- Había olvidado que siempre me has tratado como una niña.

Weiss: ¿No lo eres? -pregunta, intentando tomar la rienda de la conversación.

Ruby: Tenemos casi la misma estatura, en ambos sitios -sonríe, bajando un poco la mirada para observarla, dando a entender a lo que se refería.

Weiss: ¡O-oye! -se cruza de brazos, acercándose un poco para rivalizar- Tú eres menor que yo, la estatura no significa nada. N-ninguna estatura... -agrega, se gira un poco, mostrando seriedad en sus palabras.

Ruby: No te enojes, Weiss -ríe nuevamente con suavidad- Sólo intento ponerme al tanto de la conversación madura que estamos teniendo -se cruza de brazos y piernas, sin dejar de apoyar la espalda en la mesada para el equilibrio y continuar mirando a su compañera.

Weiss: No es madura -gira el rostro para mirar a la morocha, quien mostraba su semblante sonriente, algo que producía mariposas en el estómago de la ojiazul.

Ruby: Wow, debe haberte enfadado mucho la pequeña charla. Estás roja -ríe nuevamente.

Weiss: ¡N-no lo estoy! -se gira por completo para darle la espalda y llevarse una mano al rostro, y sí, estaba ardiendo.

Ruby: Jaja Está bien, no te enojes Tinkerbell -sonríe con picardía y se gira para colocar café en ambas tazas.

Weiss: Comienzo a comprender a esa estúpida hada -gira un poco el rostro, mostrando el ceño fruncido.

Ruby: Anda, no te enfades, sólo estoy bromeando un poquito -se acerca para tomarla de la mano, pero la ojiazul se suelta bastante rápido ante el tacto de su amiga- L-lo siento, Weiss -se aleja un poco y lleva una mano a la nuca, mostrando una mirada llena de culpa.

Weiss: N-no ha pasado nada -intenta cambiar la voz, por una más tranquila- Sólo... me he sorprendido, ¿sí?

Ruby: Está bien... -intenta hacerle una corta sonrisa para luego girarse y continuar preparando el café con leche.

Weiss nota la triste mirada de la morocha y se acerca lentamente hasta ella, colocando ambas manos en la espalda de Ruby.

Weiss: De verdad lo siento... -pide con una voz llena de arrepentimiento. No le gustaba ver esa mirada en Ruby.

La morocha se sorprende al sentir a Weiss tan cerca, no esperaba el cambio de actitud, lo que produjo un rubor en sus mejillas.

Ruby: T-tranquila, no tienes que ponerte así. Te sorprendí, la próxima te avisaré, ¿quieres? -indaga nerviosa, su corazón latía muy rápido.

Weiss: Si... -apoya su frente en la espalda de la muchacha.

Se quedaron así mientras Ruby, con su corazón acelerado, finalizaba el desayuno agregándole unas cucharadas de leche en polvo para colocar el agua caliente, las manos le temblaban un poco.

Ruby: ¿Puedo... tomar tu mano? -titubea un poco.

La peliblanco sólo asiente y lleva una de sus manos hacia delante, para colocarla en el pecho de Ruby, quien la sujetó y acercó con fuerza al mismo sitio sin girarse, ninguna podía verse el rostro en este momento. Weiss podía sentir el corazón acelerado de Ruby, latía bastante rápido, pero era una sensación muy linda; si era por ella que latía así, el suyo bailaba de alegría. La chica de ojos grises no podía apretar más la mano de lo que ya lo estaba haciendo, sentía a Weiss tan frágil debajo de la suya que sólo se limitaba a acariciarla con el pulgar.

Ruby: Gracias, Weiss -se gira un poco sin soltarle la mano, moviéndola de un lado a otro, como jugando para quitar los nervios de encima; mostrando la sonrisa que tanto gustaba mirar su compañera.

Weiss: N-no ha sido nada... Sólo... sé directa conmigo -avisa ruborizada sin mirarla.

Ruby: Está bien -ríe con suavidad y la jala un poco para que tome asiento, acercándole la taza luego; al soltarle la mano, ambas sintieron una extraña sensación. No sabían cómo explicarla, pero deseaban volver a juntarlas- Te queda bien mi abrigo -toma un sorbo para despejar la mente.

Weiss: Es abrigado -pasa la yema de sus dedos sobre la mano que había estado sujeta a la de Ruby, se quedó pensando un poco, intentando analizar lo que había sentido. Aunque ella sabía mejor que nadie lo que sentía por la morocha. Luego subió una de ellas para tomar la taza y dar su primer sorbo- Está rico -le regala una pequeña sonrisa.

Ruby se quedó observándola sin responder nada, lo que provocó tensión nuevamente en el ambiente, aunque duró unos pocos segundos, ya que Weiss tampoco podía dejar de mirarla; bajaba de vez en cuando la mirada, pero no podía evitar volver a ver el atractivo rubor de su acompañante, quien fue acercando el rostro con lentitud; los ojos de Ruby estaban perdidos en los labios de Weiss; pero los nervios de la peliblanco provocó que la su taza se voltease y derramara la leche caliente en la mesa, Ruby tuvo que levantarse pero el líquido caliente le había llegado a una de sus manos.

Weiss: ¡L-lo siento, lo siento! -se pone de pie con rapidez, mirándola preocupada.

Ruby: Tranquila jeje -mueve la mano dañada de un lado a otro para evitar el dolor.

Weiss: Debes ponerla bajo el agua o te dolerá más, rápido -la empuja hasta el grifo y lo abre para dejar salir el agua. Entre el embrollo de su preocupación varios vasos de plástico cayeron al suelo, haciéndola suspirar por su torpeza.

Ruby: Hey, relájate, Weiss. Estoy bien, sólo me quemé un poco -se gira sin quitar la mano del agua.

Weiss: ¿Tienes propóleo o algo que sirva?

Ruby: En el refrigerador hay una crema para quemaduras -suspira, mientras la peliblanco va en busca del líquido- Weiss, no estás escuchándome, estoy bien -le sonríe.

Weiss: Está bien, te creo. Pero puede ponerse peor, debes atender la quemadura -abre el frasco y se acerca para colocarle la crema.

La morocha sólo suspira y se apoya en la mesada mientras su rostro mostraba una pequeña sonrisa, las atenciones de Weiss no eran muy vistas por todo Beacon, por lo que las apreciaba mucho; la veía tierna.

Weiss: Trato de cuidarte... -agrega con seriedad, pero su rostro se mostraba sereno y aun preocupado.

Ruby tomó a Weiss del cuello y la acercó para besarla, provocando en la ojiazul una sorpresa que no esperaba. La morocha se apartó un poco, pero en segundos Weiss acercó el rostro y la besó casi con brusquedad, estaba nerviosa pero quería besarla. Ruby sintió el impulso de tomarla por la cintura, levantarla y sentarla sobre la mesada, mientras la peliblanco rodeaba su cuello con los brazos para profundizar otro beso. Las caricias entre ambas eran desenfrenadas y la morocha la besaba por todos lados: cuello, mejillas y oreja; lamía los mismos sitios y mordía otros, lo que provocaba en su compañera bastante placer.

Ruby: Estás gimiendo mucho -sonríe sin dejar de acariciar y lamer.

Weiss no podía responder, estaba extasiada. Ruby se detuvo de golpe y comenzó a respirar de manera agitada.

Weiss: ¿Por qué paras? -pregunta con el mismo ritmo cardiaco.

Ruby: No deberíamos hacer esto... Debo ir a comprar -se lleva una mano a la frente.

La peliblanco no pudo evitar mirar hacia abajo y ver lo que probablemente era la causa de que la morocha se detuviese así. Parecía bien "emocionada"

Weiss: No es necesario que pares...

Ruby: Lo siento, Weiss...

Weiss: Sé que te detiene -mira hacia abajo, lo suficiente obvio para que su compañera lo notara.

Ruby: ¿Q-qué? -indaga titubeante. Intentó cambiar de tema pero Weiss giró el rostro mostrando desinterés.

Weiss. Cuando estábamos en Beacon, antes de detener a Cardin, escuché las cosas que te decía, no deb-

Ruby: Para... -interrumpe, girando el rostro con disgusto.

Weiss: No es necesario que me ocultes cosas... No voy a-

Ruby: No se trata de ocultar -interrumpe nuevamente, molesta.

Weiss: Lo siento... -baja la mirada.

La morocha suspira y trata de relajarse, el cuerpo le temblaba, no quería perderla por ser una deformación de la naturaleza, como le decían antes.

Ruby: ¿No te alejarás de mí? -indaga con un tono bastante triste. Cuando se ponía así, Weiss recordaba la primera vez que la conoció.

Weiss: Claro que no, nunca haré eso -afirma seriamente.

Ruby: Antes me querías siempre lejos... -le sonríe un poco, para calmar sus nervios.

Weiss: Fui idiota... Nunca tuve amigos de verdad y la gente que fingió serlo fue por mi estatus y dinero. Me costó confiar en que alguien me podía querer de verdad -explica angustiada, intentando no perder la firmeza en sus palabras.

Ruby: Yo te amo, Weiss... Nunca podría mirar en qué estatus estás, y si lo hago, será porque me preocupas, no por interés a tu dinero -la toma de la mano- Amo tu sinceridad, belleza y lo atenta que eres. Tu corazón es muy sincero... El mío siempre estuvo asustado, pero a tu lado no puedo estarlo, eres como -corta lo que estaba diciendo al notar que lágrimas caían por las mejillas de la peliblanco- ¡W-Weiss! ¿Estás bien? ¡Lo siento, te he hecho sentir incómoda! -baja la cabeza para disculparse.

Weiss: Claro que no... Tú... Idiota... -se lelva ambas manos al rostro y llora.

Ruby se acercó a ella y abrazó con fuerza, acariciando su cabello para relajarla.

Weiss: También te amo... Tonta -laa abraza con la misma intensidad, intentando calmar el llanto. Se sentía feliz. El temor de haberla perdido comenzó a ser sólo un mal sueño, pero no podía soltarla, necesitaba abrazarla y repetirle lo mucho que la necesitaba.

Oficina principal de la empresa Schnee.

¿?: ¿Encontraron al lobo? -indaga un hombre, sentado en su escritorio, mientras firma unos papeles.

Soldado: No señor, pero podemos mandar otro equipo a buscarla, cerca de donde desapareció.

¿?: Quiero que encuentren a mi hija y la alejen de ese licántropo, no quiero que se repita la historia.

Soldado: ¿Se refiere a los Roses señor?

¿?: *asiente* -No quiero que ocurra lo mismo pero con mis hijas. Sólo búscala, no quiero que ella sea igual. No toleraré asesinos en mi familia. El experimento ha dado frutos y pudimos cambiar a su hermana. Quiero que ella sea normal o acabarán exterminándola -frunce el ceño.

Soldado: Si señor, comenzaremos la búsqueda de inmediato -se inclina y retira.

Continuará.

Al día siguiente, Weiss pudo dar con su padre, el cual le impedía ver a Ruby. La peliblanco tenía la esperanza de que la persona que amaba viniese por ella, pero nunca lo hizo. Luego de tres días, Weiss trató de entablar conversación con quien la tenía cautiva ahí pero según él, las cosas iban a cambiar, el mundo ya no era el mismo, y debía ayudarle a ser humana por completo.

La madre de Weiss provenía de una familia mítica, heredera de dragones de hielo que podían tomar forma humana, pero la princesa de hielo nació con muy poca de esa herencia, por lo que su padre no puso interés. Sus padres, a pesar de estar divorciados, siempre tenían conflictos y su hermana mayor optaba por evitarlos al no estar casi nunca en la mansión, sólo a pasar a verla y darle consejos, pero siempre se encontraba estudiando en altas escuelas para cazadores. En pocas palabras, a medida que Weiss fue creciendo, debía obedecer siempre a un superior, quien la entrenaba para ser buena cazadora y heredera de la compañía Schnee. Durante esos años, ella decidió bloquear la herencia por parte de su madre, sabía que le tenía prohibido a su hermana transformarse y la metió a un plan científico, donde estaba quitándole su esencia de dragón; por lo tanto, la peliblanco decidió callar que ella sentía que podía convertirse, pero nadie le enseñó cómo.

Su padre estaba dudando de ese poder, quería estar seguro de que fuese humana por completo, por eso quería adherirla al mismo plan en el que había estado su hermana, pero se negó, por lo que no estaba teniendo una buena relación con él, pasada la semana de haber vuelto de la casa de Ruby, su padre falleció en un atentado terrorista, no la pasó nada bien en los días continuos, por más que su padre y madre no habían estado allí con ella, cada vez que los perdía, se sentía más vacía. Weiss tomó la herencia desde entonces, pero su padre dejó a cargo a alguien que debía vigilarla, por esa razón, sentía que debía cargar con la empresa, aunque su hermana la ayudaba bastante.

Al segundo mes, luego de firmar unos cuantos papeles, salió de la mansión. Los vigilantes que su padre había dejado a cargo de ella estaban menos insoportables y solía sobornarlos con invitaciones a bailes lujosos.

-¿A dónde la llevo señorita Schnee? -indaga el chofer de la limusina.

-Sólo déjame en la plaza central, quiero ir a comprar ropa -aclara sin dejar de mirar su agenda.

-¿No es muy tarde para salir de compras señorita?

-Por favor Alan, sólo dame un poco de privacidad -pide un poco molesta.

El chofer se arregló el gorro y asintió, dando marcha al automóvil.

Ya ahí, le pidió que no pasara por ella, que le avisaría si lo necesitaba o no. Cuando vio que Alan se retiró de la zona, sacó su abrigo con capucha y entró a un karaoke que visitaba cuando no estaba llena de papeles por firmar y altos señores con quien aclarar negocios. Antes lo había visitado con Ruby, no la detestaba por haber desaparecido, pero si sentía que le había dado palabras vacías ese día. Weiss solía escaparse a buscarla, pero rara vez la dejaba sin vigilancia, temía poner algún secreto o momento que la morocha no quería exponer a la luz.

Pidió un jugo y papas para acompañar, mientras miraba la lista de canciones. Le gustaba cantar pero era en el único lugar que podía hacerlo tranquila. Colocó la música y cuando tocaron la puerta, abrió para recibir la comida, la dejó sobre la mesa y cuando fue a cerrar se encontró con alguien que la dejó pálida, no por ser quien era sino, por cómo se veía.

Weiss: ¿Ruby...?

La morocha estaba apoyada en el marco de la puerta, llevaba unas ojeras y rostro muy cansado.

Weiss: ¿Qué te ha pasado? -se acerca preocupada.

Ruby: Nada... -responde en seco, pero sólo con eso pudo sentir el aroma a alcohol.

Weiss: No... lo parece.

Ruby: Es bueno verte...

Parecía un zombie, no hacía ningún gesto más que estar seria y colocar una corta sonrisa cuando sus ojos recorrían el cuerpo de la peliblanco, de arriba a abajo.

Weiss: Te ves... muy mal Ruby, ¿qué ha pasado? -intenta nuevamente, aunque la muchacha parecía no estarla escuchando.

Ruby: Suelo verte andar mucho por estos lados -se tambalea un poco mientras ingresa y cierra la puerta- Pero... -se gira y queda inmersa en algún pensamiento, estaba muy ebria- No he dejado de pensar en ti -se apoya en la pared.

Weiss: Luego hablaremos de eso, necesito saber qué te ocurre.

Ruby: Me he tocado pensando en ti... -coloca una sonrisa pícara.

Weiss: Ruby... por favor -gira el rostro ante el comentario.

Ruby: ¿Te molesta que me toque pensando en ti? -se lleva la mano a la frente, con un gesto de dolor, agita un poco la cabeza y suspira.

Weiss: No... Pero no creo que sea el tema que desee escuchar ahora.

Ruby: ¿Por qué? ¿Porque no se te antoja? Siempre caprichosa tú... -ríe un poco y vuelve a tambalearse.

Weiss: Debo llevarte a un hospital -se acerca y la toma de la mano, pero la morocha la sujeta con fuerza del brazo y en un giro rápido, la pone contra la pared- ¡¿Q-qué haces?! -indaga molesta.

La morocha lleva su boca al cuello de Weiss y la muerde, haciendo que de un alarido de dolor.

Weiss: Ruby... cielos, ¿qué te pasa? -la mano que su opresora sujetaba fuerte sobre ella había comenzado a temblar.

Ruby: Traigo un preservativo -le susurra.

Weiss: ¿Y- y eso qué? -realmente estaba llevando las cosas a un nivel que no esperaba, podía sentir cómo llevaba la otra mano para juntarla con la que tenía arriba y así sujetar ambas, mientras sentía que la morocha había comenzado a presionar su parte íntima- Ruby... no eres consciente de lo que haces -dice nerviosa, intentando razonar con ella.

Ruby: Soy muy consciente de que te deseo -comienza a tocar los pechos de la peliblanco de forma brusca.

Weiss: No quiero hacerlo aquí... Ruby no puedo ahora... -cierra los ojos, no podía creer la fuerza que estaba aplicando la chica ida en sus manos, no podía escapar.

Ruby: Necesito... hacerlo contigo... -muerde su hombro- Ya no quiero a nadie más...

Weiss: Espera, ¿qué? Dios Ruby, ¿no me digas que has estado teniendo sexo con alguien? -intenta girar el rostro, pero la morocha no la dejaba.

Ruby: Lo siento... No quería... -su respiración comenzaba a sonar agitada y había empezado a lamer el cuello de la peliblanco mientras continuaba masajeándole los pechos con fuerza, hasta ir bajando a la intimidad de Weiss.

Weiss: ¡N-no! ¡Ruby! -comienza a forcejear- ¡Es enserio, no quiero esto! -alza la voz.

Pero Ruby parecía no ceder, podía sentir el sonido de que abría algo con la boca, posiblemente el preservativo.

Ruby: Te ves linda así... -se acerca para morderla de nuevo mientras se las arreglaba también para acomodar lo que había abierto en la parte baja.

A Weiss no le aterraba tanto la situación, era Ruby... No deseaba intimar con ella de esta manera pero no podía gritar porque la pondría en una peor situación que ahora. Le daba más miedo pensar que la persona que amaba tanto hubiese pasado por algo muy malo y no pudo estar allí.

Ruby le bajó la ropa interior y comenzó a rozar su miembro en la intimidad de la peliblanco, moviendo su cintura hacia adelante y atrás.

Ruby: No te quedes callada... Me excita tu voz... -dice un tanto agitada por la situación, pasando su boca por la oreja de quien escondía los gemidos.

Weiss: No sé... qué decirte... -baja la mirada, realmente no deseaba perder su virginidad con Ruby estando ebria.

Ruby: Yo puedo ayudarte... -comienza a meter el miembro dentro de la ojiazul, provocando alaridos de dolor.

Weiss: ¡Para, para, duele! -grita, mordiéndose el labio inferior, sentía que estaba desgarrando su interior.

Ruby: Weiss... grita más... -aprieta las muñecas de su víctima, mientras termina de meter todo dentro de ella.

Ya estaba sonando demasiado macabra, ahora si le asustaba y no podía evitar comenzar a derramar lágrimas por el dolor.

Weiss: ¡Por favor Ruby, duele demasiado! -suplica, dando pequeños y agitados suspiros por el dolor.

Ruby: Puedes gritar más fuerte.... -huele el cabello de la peliblanco y aspira como si se tratase de algo muy adictivo- La música está alta... grita más... -comienza a moverse dentro intercalando velocidades.

Weiss: ¡Duele! -araña la pared mientras grita por el dolor.

Ruby: Dolerá si piensas que te causará dolor... -le lame la oreja.

Weiss: ¡¿En qué quieres que piense idiota?! ¡Duele!

Ruby: Weiss... extrañaba tu voz... -deja caer algunas lágrimas sobre el hombro de la peliblanco.

Weiss: Cielos... Ruby... -dice entrecortado, podía sentir cómo la morocha lloraba mientras la penetraba, el dolor estaba cesando pero le torturaba la idea de pensar qué podía estarle pasando.

Ruby: ¡Te he extrañado tanto! -alza la voz mientras gime, soltó las muñecas de la peliblanco para llevar ambas manos a la cintura de esta y hacer fuerza con ellas en cada penetración.

Weiss dejó las manos apoyadas en la pared mientras sentía la dura penetración de la morocha, no podía creer que estaba excitándole, su cuerpo había empezado a arder y desear que Ruby continuara.

Weiss: Y yo...

No podía evitar gemir fuerte, sentía cómo la morocha la penetraba a fondo y cada embestida salía un gemido alto que no podía controlar. Sus fluidos comenzaron a derramarse por sus piernas y las mordidas de Ruby en distintos sitios la estaban enloqueciendo.

Ruby: ¡Weiss...! -comienza a mover las caderas más rápido hasta dar una fuerte embestida dentro que dio lugar a correrse, haciendo presión dentro de la peliblanco mientras lo hacía y daba pequeños gemidos.

La ojiazul aún estaba sumergida en el placer y realmente le incomodó mucho cuando Ruby se detuvo y quitó el miembro de adentro suyo, al girar el rostro, la morocha seguía allí, apoyó la cabeza sobre su hombro y llevó la mano que permanecía en la cintura de la peliblanco para rodear la misma, abrazándola. Podía sentir cómo sollozaba, nombrándola una y otra vez.

Weiss: Vamos al baño... ¿Si? -le pide en un tono calmado, para no alterarla más.

La morocha asintió y Weiss tuvo que ir por los pañuelos de su bolso para limpiarla un poco y envolver el preservativo y arrojarlo al basurero. A penas tocaron el baño, Ruby comenzó a dar arcadas, gracias a la peliblanco, logró vomitar en un inodoro, con lo mareada que estaba, le habría dado un espectáculo desagradable a varios allí.

Weiss: ¿Quieres quedarte aquí mientras voy por algo para que bebas? -le acaricia la espalda.

Ruby sólo negó con lentitud, su rostro se veía muy mal, totalmente deprimido.

Weiss: Está bien... -saca otro pañuelo y la ayuda a limpiarse el rostro.

Se quedó allí con ella unos minutos hasta que parecía que las náuseas se habían calmado y luego le colocó su abrigo para llevarla a un hotel.

¿?: ¡Oh! Señorita Schnee, que sorpresa verla por estos lados -dice el recepcionista.

Weiss: Necesito una habitación -saca su tarjeta sin prestarle mucha atención.

Recepcionista: Claro -le hace una sonrisa forzada, pasa la tarjeta por la máquina y le entrega una llave.

Weiss: No quiero una con camas separadas, que sea matrimonial.

El recepcionista la observa con la boca abierta y mueve el rostro para corregir su error.

Recepcionista: Claro, disculpe por no preguntar -le pasa otra llave.

Weiss: Gracias -se acerca a la morocha y la empuja con suavidad hasta la habitación, donde la hizo tomar asiento en la cama.

Ruby: No deberías ser así... -dice casi en voz baja.

Weiss: ¿Así? -acomoda el bolso en un escritorio.

Ruby: Te violó una borracha... Deberías haberme llevado a la comisaría...

Weiss: No fue exactamente una violación, yo te dejé, que es diferente. Si quisiera haberte congelado y cortado las piernas, lo habría hecho -se quita el colero y suspira- Deja de pensar en eso... Ve a tomar un baño, pediré algo de beber y comer.

Ruby bajó la mirada y se llevó una mano al rostro, para dejar lágrimas otra vez. El rostro de Weiss se mostraba preocupado y triste, pero no quería cargar a la morocha con preguntas, sólo se acercó a abrazarla y acariciar su cabello.

Ruby: Lo siento tanto...

El llanto sonaba desgarrador, se estaba desmoronando en los brazos de la peliblanco y apretaba las frazadas de la cama por la bronca, se sentía desagradable.

Weiss: Ya... Te perdono... Debes relajarte Ruby, puedes volver a descomponerte -avisa con un tono relajado, no sabía cómo ayudarla.

Se quedó con ella hasta que logró calmarse, pero la morocha parecía no querer salir del regazo de la ojiazul. Le dolía verla así, si bien en Beacon veía a una Ruby llorona e infantil, ahora sólo podía ver a una Ruby destrozada y muy delgada.

Weiss: Anda... Me bañaré contigo -la aparta un poco para limpiar sus ojos.

Ruby: ¿No te doy asco? -indaga con los ojos cristalinos.

Weiss: No Ruby... Nunca me has dado asco... Lo sabes, no me gusta que pienses eso... Te amo, ¿lo recuerdas? -indaga un tanto triste, tenía miedo de que la morocha haya olvidado ese gran detalle.

Ruby: Weiss... -apoya su cabeza en el pecho de la peliblanco, frotándolo e intentando contener las lágrimas.

Weiss: Te amo... -repite, acariciando su cabeza.

Weiss no era experta en el significado del amor, no lo tuvo. Ruby fue la primera persona en enseñárselo, le quitó esa desconfianza a ser amada y entregarlo todo por quien lo mereciera. Sentir esa calidez en el alma y que puedes contar con esa persona, era un sentimiento reconfortante, que te destrozaba cuando pasaban cosas malas, pero que no se podía evitar... Su corazón no era tan frío como ella lo imaginaba, ahora dudaba si alguna vez lo fue.

Dentro del baño no hablaron mucho, Ruby la evitaba con la mirada y se limitaba a lavarse el cabello, jabonarse e intentar no marearse. Weiss hizo lo mismo, pero veía de reojo a la morocha de vez en cuando, estaba muy delgada y tenía moretones en la mayor parte del cuerpo.

Luego de cepillarse los dientes, salieron, se colocaron las batas del hotel y Weiss pidió algo de comer, pero Ruby parecía no tener mucho interés en eso.

Weiss: Debes comer algo... Es liviano -le acerca un recipiente con sopa y fideos.

Ruby: No tengo apetito... -gira el rostro.

Weiss: ¿Te incomoda comer en la cama? Podemos hacerlo en el escritorio.

Ruby: No... Sólo no tengo apetito...

Weiss: Me voy a preocupar demasiado si no comes...

La morocha la mira de reojo.

Weiss: No te pediré que me cuentes cosas que no quieres... Pero sí que comas algo, por favor Ruby... -le acerca la cuchara a la boca.

Ruby: Es que... no quiero comer... No tengo hambre de verdad...

Weiss: ¿Hace cuánto no comes correctamente?

Ruby: No actúes como mi madre... -frunce el ceño.

Weiss: No necesito ser tu madre para eso, con amarte de la forma que lo hago es suficiente para preocuparme por ti -coloca la cuchara en el recipiente y baja la mirada.

Ruby: Lo siento... -vuelve a mirarla de reojo y al notar el rostro triste de la peliblanco se acerca y deposita un dulce beso en su mejilla- De verdad lo siento... -apoya su frente junto a la de Weiss.

La ojiazul sube la mirada a la altura de los ojos de Ruby y se acerca con lentitud para besarla, el beso fue largo y buscaban intensificarlo más pero la morocha se apartó.

Ruby: ¿Te hice doler mucho...? -indaga nerviosa.

Weiss: Bastante -suspira y se lleva una mano al vientre.

Ruby: Rayos... y yo que quería que nuestra primera vez fuese especial... -dice un tanto molesta.

Weiss: Bueno... No fue como en los cuentos de hadas pero tampoco fue de terror, al inicio fue... doloroso -hace un gesto como intentando buscar una palabra que no sea "desgarrador"- Pero luego se sintió bien...

Ruby: Estaba abusando de ti ¿y te gustó? -la mira sin comprenderla.

Weiss: Oye... -le frunce el ceño- Si lo dices así me haces sentir como una prostituta.

Ruby: N-no... No quiero que sientas eso. Es sólo que... Te obligué a algo que no querías. En serio me siento terrible... Nunca imaginé que estar ebria me llevaría a algo así.

Weiss: Si me obligaste... Y no esperaba que mi primera vez fuese así... -le explica sin mirarla- Pero no era algo que no deseaba... Si quería que... -se sonroja- Ya sabes...

Ruby: ¿Ser tu primera vez? -hace una pequeña sonrisa mientras la observa.

La peliblanco asiente sonrojada, jugaba con la punta de la bata, apretándola por los nervios.

Ruby: Yo también quería ser tu primera vez... -baja la mirada.

Weiss: ¿Con cuantas chicas lo hiciste? -indaga nerviosa.

Ruby: ¿Tres...? ¿Cuatro? No lo sé... Cuando empecé a ir al karaoke, venías a mi mente y una depresión muy grande me invadía, me sentía muy sola... Comencé a juntarme con gente mayor y entraba a las salas a beber mucho... Casi no volvía a casa... Me volví adicta a tomar en ese lugar y cambiaba cerveza por... -se queda en silencio para no pronunciar la palabra.

Weiss: Ruby... ¿Qué pasó? ¿Y tu familia? ¿Yang? -la observa más preocupada que antes.

Ruby: Me alejé de ellos... Mi lado bestia ha comenzado a actuar extraño... Me convertía muy rápido en lobo y dañaba al primero que se encontraba delante de mí. No podía controlarlo cuando sentía una ira muy grande... Mi padrastro comenzó a herir a mi madre porque pasaba por alto mi mal accionar... Ella comprendía que no era apropósito y se negaba a encerrarme en un psiquiátrico o entregarme. Mi padrastro comenzó a atarme seguido a los palos de la granja o en los árboles, casi no me dejaba andar... Me trataba muy mal -se lleva ambas manos a la frente- Decía que con mi accionar podía matar a mi familia... Que era una mal formación traída al mundo... -se aprieta la zona con los dedos.

Weiss: Hey... Ruby... ya... -coloca una de sus manos en la espalda de la morocha para acariciarla, estaba temblando tras narrar lo que le había ocurrido y la peliblanco tenía ganas de cortarle la cabeza a ese tipo- No te obligaré a volver, pero no estés sola... Así no desees estar conmigo, no te quedes sola...

Ruby: No tengo a nadie... Sólo el alcohol...

Weiss: Me tienes a mí...

Ruby: Algún día voy a herirte estando fuera de sí... Y no voy a poder perdonármelo...

Weiss: Cuando llegue ese momento me encargaré de dejarte congelada en el suelo hasta que se te bajen los humos, pero no quiero que te alejes... -le pide preocupada.

Ruby: Prométeme que harás todo a tu alcance para evitar que te lastime...

Weiss: Lo prometo -acomoda unos cuantos cabellos de Ruby detrás de su oreja- Pero ahora quiero que te quedes conmigo...

Ruby: ¿Y tu empresa?

Weiss: ¿Cómo sabes...?

Ruby: Los rumores pasaron por todos los noticieros...

Weiss: Ya veo... No importa, no debe preocuparte la empresa, prométeme que harás el intento de permanecer a mi lado...

Ruby: Me costaría demasiado alejarme de ti ahora... -la toma de la mano con delicadeza y acerca el rostro para besarla.

Al inicio fue corto, pero la peliblanco volvía por otro beso y la morocha comenzó a sentir deseos de volverlo más intenso, metiendo la lengua y acariciando la de su princesa, haciéndola escapar un pequeño gemido. El interior de Weiss no tardó en volver a mojarse, obligándola a cerrar un poco las piernas tras sentir la necesidad del roce, toda su ropa junto a la de Ruby la habían mandado a lavar, por lo que el roce era más deseoso.

Ruby: Rayos... -apoya la frente en el hombro de la peliblanco, intentando contar y relajar su miembro.

Weiss: No es necesario que lo aprietes así... -quita la mano de la morocha, quien intentaba ocultar el bulto de esa manera, pero la ojiazul comenzó a besarla de nuevo.

Ruby: ¿N-no te duele? -indaga agitada en la boca de Weiss.

Weiss: No... Me arde un poco pero estoy bien -apoya su frente en la de la morocha para continuar besándola.

Ruby: Vas a... alterarme... -avisa, bajando desde los hombros lentamente la bata que cubría el cuerpo de Weiss, para acercar el rostro y aplicar besos llenos de pasión en su cuerpo y senos.

La peliblanco comenzó a emitir sonidos ante el tacto que le proporcionaba la boca de la morocha, quien la fue recostando en la cama sin dejar de besar cada parte que podía de su princesa, deteniéndose en sus labios para disfrutarlos y prolongar el beso.

Ruby: L-lo siento... -levanta un poco la cadera al sentir que su miembro había estado rozando la intimidad de la peliblanco, pero ella sólo rodeó el cuello de la morocha con sus brazos y la acercó nuevamente a su boca, moviendo un poco las caderas para sentir a Ruby- Estás matándome, ¿lo sabías? -dice agitada y mostrando un gesto de dolor.

Weiss: ¿Por qué? -pasa la yema de sus dedos por los brazos de Ruby y luego se acerca a su oído- Si te dejo entrar... ¿vas a tomar la sopa luego? -le susurra.

Realmente la estaba torturando, podía responderle que comería toda la sopa del mundo con tal de que la dejase apaciguar el deseo que tenía de estar dentro de ella, pero sonaba bastante pervertida.

Ruby: E-está bien... Pero... hay un problema.

Weiss: ¿Cuál?

Ruby: No tengo preservativo... -se sonroja y baja el rostro para esconderlo.

Weiss sonríe ante esa reacción y besa su mejilla.

Weiss: Sobre le mesa de luz hay una caja con preservativos -le informa sin quitar la sonrisa de su rostro- Pensé que la habías visto.

Ruby se gira sonrojada para observar la mesita y con el mismo sonrojo se acerca para tomar uno. Le temblaban las manos mientras intentaba ponérselo.

Weiss: ¿Estás nerviosa? -temía que estuviese trayéndole malos recuerdos de los sucedido hace unas horas.

Ruby: Claro que lo estoy, no es lo mismo haber estado totalmente ida mientras lo hacía que atenta a cada sensación -responde sonrojada.

Weiss: ¿Cómo fue... tu primera vez? -indaga un tanto seria.

Ruby: ¿Alcoholizada? -responde sin mirarla.

Weiss: Lo siento... tenía curiosidad...

La morocha la mira de reojo y suspira.

Ruby: Esta es la primera vez que lo haré por amor... Te pido que me hagas sentir como si fueses la primera en todos los sentidos... Porque así lo siento y no necesito recordar haberme corrido en alguien más que no hayas sido tú... Sentía un vacío muy fuerte...

Weiss la escucha con atención y se sienta en la cama para acercar el rostro y besarla.

Weiss: Está bien... Lamento haberte hecho recordar eso -baja la mirada y la ayuda con lo que estaba haciendo, aunque ella tampoco había puesto uno antes.

Ruby: No imaginé que iba a sentir tantos nervios al saber que estaré dentro de ti...

Weiss: ¿Los nervios te quitan la necesidad?

Ruby: Un poco... Estoy excitada y quiero hacerlo, pero no logro concentrarme bien.

La peliblanco se recuesta en la cama y gira el rostro sonrojada.

Weiss: Puedes... tocarme si quieres...

La chica de ojos grises no puede evitar ver la hermosa figura de Weiss sobre la cama primero, el blanco en su piel hacía que ese sonrojo la hiciese ver más linda de lo que ya era. Dejó el preservativo de lado y se acomodó sobre ella nuevamente para besarla hasta llegar a sus senos, donde comenzó a lamer y morder uno de sus pezones. Con la otra mano recorría las piernas y abdomen de la peliblanco.

Weiss: Se siente bien... -aprieta la frazada con una de sus manos mientras mira como la morocha la mordía y besaba.

Ruby: Sabes que con sólo verte y escucharte me estimulas, ¿verdad? -baja una mano para tomar su miembro y rozarlo con la intimidad de la peliblanco, quien dio unos cuantos gemidos ahogados- Si... a eso me refiero -dice un tanto agitada en el oído de Weiss, tomando nuevamente el preservativo para ponérselo, ahora era más sencillo.

Weiss: Creo... que gritaré cuando entres... -dice apenada.

Ruby: Vas a sentirme más dura si haces eso -le dedica una sonrisa pícara, mientras intenta irse metiendo dentro de la ojiazul.

Weiss: ¡Ah! -se lleva un dedo a la boca para morderlo, se sentía muy mojada y deseaba que la morocha comenzara a moverse dentro- M-me refiero... a que podemos molestar... las otras hab- ¡Aaah! -gime más fuerte al sentir cómo Ruby había ingresado por completo, había sentido un placer que recorrió todo su cuerpo, haciéndola temblar y abrir la boca.

Ruby: Wow... -se queda sorprendida ante la reacción que había provocado en la peliblanco- No sé si preocuparme o moverme.

Weiss: M-muévete... -avisa intentando recuperar el aliento, que comenzó a perder nuevamente al sentir que Ruby se movía dentro.

Ruby: Que bien se siente Weiss... -mueve su cadera lentamente, las veces que había tenido sexo lo había hecho con el propósito de correrse pero esta vez, cada vez que se movía lo disfrutaba mucho, era consciente de eso tan rico que la envolvía y a quien pertenecía.

La morocha se extasiaba con los movimientos de la ojiazul, sobre todo cuando movía sus caderas ante el deseo y cómo apretaba las frazadas con las manos, a veces las soltaba y deslizaba de arriba abajo, los gemidos de ambas eran fuertes, pero Weiss se llevaba la corona si se trataba de gemir alto y constante. Mientras la penetraba, Ruby llevó una mano al rostro de la peliblanco para meter dos dedos a su boca, esta reaccionó lamiéndolos y excitándola más, golpeaba con fuerza el útero de la ojiazul y provocaba que la nombrara entre sus gemidos.

Ruby: Weiss... -le susurra al oído mientras aumenta la velocidad- Me corro... lo siento... no aguanto más...

Weiss: ¡Estoy... en blanco! -avisa ante el éxtasis que sentía al cambio brusco de movimiento.

La morocha estaba tratando de no correrse y mantenerse dura dentro de Weiss para hacerla gozar hasta el final, pero sentía que iba a reventar.

Weiss: ¡Me corro, Ruby no pares me corro! -rodeo el cuello de la morocha con sus brazos y al sentir las últimas embestidas de Ruby, probó su primer orgasmo interno, los primeros segundos fueron realmente magníficos, podía sentir cómo el plástico del preservativo se ponía caliente ante la corrida de la morocha, las piernas le temblaban por el climax y su mente se puso totalmente en blanco durante esos segundos, quería permanecer más así pero Ruby, a los siete segundos de estarse corriendo tuvo que quitar su pene rápido junto con el envolvente, para continuar corriéndose en el estómago de la peliblanco.

Ruby: Lo siento -admite bastante agitada y cae sentada a la cama- Tuve que... quitarlo, me estaba corriendo demasiado -suspira para relajar su respiración.

Weiss: Tranquila... podría haberse rebalsado dentro, lo hiciste por instinto... -le explica agitada con una sonrisa que mostraba su satisfacción.

La morocha se queda observando el rostro de Weiss, transpirado y rojo por la agitación. Se veía hermosa, ambas se miraban de la misma manera, a la peliblanco la volvía loca ver a su amante así de mojada. Ruby se puso de pie para envolver el preservativo en un papel y arrojarlo a la basura, luego se colocó al lado de su princesa para besarle la mejilla con una gran sonrisa.

Ruby: ¡Me gustó mucho! -la abraza y acerca más a ella.

Weiss: A mi igual... -admite apenada.

Ruby: Lo noté -le sonríe con picardía.

Weiss: P-pues... ¿qué esperabas? Te dije que te deseaba... -gira el rostro, frunciendo el ceño.

Ruby: Siiii -le responde alegre y frota su rostro con el de ella, como un cachorro.

Weiss: Ahora, debes comer -intenta cambiar el tema, no podía evitar querer voltearse y besarla hasta el amanecer cuando se comportaba así. Verla así la relajó.

Ruby: Si, señora -le sonríe y alza su mano firme como soldado, tomando el recipiente con sopa que habían dejado sobre el escritorio. Se sentó a su lado y dio el primer bocado -Sabe muy rico, gracias Weiss -agradece sonriente. Sentía mucho apetito y aprovechó que era liviano para comerlo con tranquilidad, sentía la debilidad en su cuerpo desde hace muchos días.

Weiss: Me alegra verte comer... -besa la mejilla de la muchacha con ojos grises, los cuales habían recuperado su particular brillo plateado- Iré a limpiarme al baño, espérame aquí -comienza a bajar de la cama pero la morocha le sujeta el brazo, sólo se limitó a mirarla para saber qué sucedía.

Ruby: Weiss... te amo mucho -dice con una sonrisa cargada de agradecimiento.

La peliblanco le devuelve la sonrisa y se acerca para darle un dulce beso.

Weiss: Y yo Ruby, mucho.

Continuará.

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