White Wolf +18 Parte 2  -Parte 1- (WhiteRose RWBY)  

Primero quiero aclarar antes que nada que no siempre sigo el mundo exáctamente como lo diseñó Monty, suelo cambiarlo o agregarle cosas. Saludos!

Género: Romance, Drama, Yuri (lésbico) , Adulto, Dominación/Sumisión, Sadismo/Masoquismo, Erótico, Futanari. (La historia puede contener lenguaje violento y escenas sexuales entre los personajes, no me hago responsable de los menores que puedan llegar a leer esta historia, gracias por su atención)

Sinópsis: Desde que Ruby se volvió líder del equipo RWBY, Weiss intenta demostrar que ella puede ser mejor en cada misión, mostrando que el lado infantil e inocente de Ruby sólo puede llevarlos a fracasar; hasta que cierto día, la líder se le revela de una manera insesperada.

Kiranaru- ♥ (Hana) 

Al día siguiente, Ruby había amanecido con los ojos hinchados de tanto llorar.

Yang: ¿Aun duermes Ruby? Se te hará tarde y el profesor te regañará, si habla así de rápido no me imagino como regañará a su velocidad -se queda pensando.

Blake sólo las miraba de reojo mientras se preparaba.

Ruby: Me duele el estómago... Adelántense... -dice con poca gana.

Yang: ¿Segura? -se acerca a la cucheta- ¿No quieres que me quede contigo?

Ruby: No Yang, gracias...

La rubia la observa preocupada.

Weiss: Yo me quedaré con ella, pueden ir adelantándose.

Blake: Sabes que puedes tener una tardanza por esto, ¿no?

Weiss asiente y deja su cepillo en la mesita para acomodar su colero.

Yang suspira y asiente, aun preocupada. No le gustaba la idea de dejar a Ruby en ese estado.

Blake: Estará bien... -coloca su mano en la espalda de la rubia- Si necesitan ayuda me vendré contigo también.

Yang: Gracias... -le hace una corta sonrisa.

Yang palmea a Ruby sobre las sábanas para despedirse y se marcha con la peli negro. Weiss se apoya en la pared ubicada al costado de la cama, ojeando de vez en cuando el bulto blanco e inmóvil que desprendía un aura de depresión por toda la habitación.

Ruby: No es necesario... que te quedes...

Weiss: ¿Bromeas? No voy a dejarte sola, no quiero volver y que estés colgada de una soga en el techo -dice drásticamente.

Ruby se voltea y asoma un poco la cabeza para ver a su compañera, se veía peor de lo que imaginaba. Sus ojeras destacaban por no haber dormido casi nada y su color gris estaba apagado en aquellos ojos donde sus globos oculares eran acompañados por finos hilos rojos provocados por el llanto.

Ruby: No haré eso... Exagerada... -sonríe un poco.

Weiss se queda observando la triste y perdida mirada de la morena, le dolía ver el cambio brusco que tuvo de ayer a hoy y lo fuerte que debió haber sido lo ocurrido anoche. Si Yang se enteraba seguro iba a dejar sin hijos a Cardin.

Weiss: ¿Quieres leche con chocolate? -indaga intentando colocar su mejor sonrisa, aunque no era tan agradable como la que Ruby solía regalarle siempre.

Ruby: En quince minutos sonará el timbre para entrar al curso...

Weiss: Ya lo sé, pero no pregunté por el curso, sino por una leche con chocolate.

La muchacha de ojos grises suspira y comienza a salir de la cueva lentamente, estirando cada parte de su cuerpo.

Ruby: Primero, iré al baño. Luego iremos a clases -avisa, bajando de la cama.

Weiss: ¿Estás segura...?

Ruby: ¡Claro que sí! -le sonríe de oreja a oreja- Verte sonreír a la fuerza significa que estoy preocupándote de más, no quiero eso -toma su ropa y cepillo de dientes.

Weiss: ¡N-no me estoy preocupando! -exclama cruzada de brazos y con un leve sonrojo en las mejillas.

Ruby se gira con una corta sonrisa para acercar su cuerpo y abrazar el de la ojiazul. Le dio las gracias y salió por la puerta, Weiss sólo se quedó roja mirando por dónde había salido quien la dejó inmóvil, luego comenzó a cambiarse.

Llegaron un poco tarde a clases pero Ruby al menos ya no la delataba tanto su rostro, el cual se veía mejor. En el recreo, las cuatro desayunaron en el comedor mientras charlaban de exámenes, prácticas de batallas y algunos temas de comida que sólo Yang y Ruby sabían discutir. Antes de entrar al curso un pequeño temblor se presentó en todo el lugar, no le prestaron mucha atención hasta que se volvió más fuerte, la alarma comenzó a sonar y un terrible escándalo se propagó por toda la academia; algunos profesores intentaban tomar el control pero los alumnos salían corriendo de las aulas que empezaban a desmoronarse por lo ocurrido.

Yang: ¡¿Qué rayos está pasando?! -indaga mientras corre hacia la salida.

Weiss: ¡Algo no va bien, iré a revisar! -se adelanta.

Ruby: ¡Weiss, no vayas sola! -la persigue.

Yang: ¡Hey! -les grita, pero cuando voltea hacia atrás se da cuenta que la peli negro no estaba con ellas. Frunció el ceño y volvió a entrar a la academia.

¿?: ¿Yang, a dónde vas? -se gira al ver el acto de la rubia, uno de los profesores.

Yang: ¡Lo lamento, Profesor Gepetto, debo ir por ella! -continúa el trayecto.

Prof. Gepetto: ¡Vuelve, tu madre me matará si algo te pasa! -le grita. Pero ya era tarde, la rubia se había marchado.

Entre búsqueda y búsqueda, sólo hallaba cuerpos muertos y aplastados, hasta que logra verla a lo lejos debajo de un muro.

Yang: ¡¡Blake!! -grita preocupada, corriendo hacia ella.

La peli negro sólo abrió los ojos hasta la mitad y un hilo de sangre caía por su boca. Yang se acerca e intenta levantar el muro pero estaba bastante pesado.

Blake: Déjalo...

Yang: ¡No! -grita enojada y hace otro intento.

La rubia realiza varios intentos pero el muro no cedía, detrás estaba lleno de rocas.

Blake: Yang...

Yang: ¿Por qué...? -se arrodilla en el piso aun intentando empujar el muro. Sus guantes se habían roto por los intentos.

Blake sólo agacha la cabeza, dándose cuenta de lo que estaba por ocurrirle y más aún por las réplicas del terremoto.

Por otro lado, cuando Weiss salió fuera de la academia, notó cómo varios aviones negros volaban sobre ella.

Weiss: No es un terremoto... Están bombardeando la Academia -se queda inmóvil, al bajar la cabeza logra ver una nave blanca familiar.

Ruby había perdido de vista a su compañera pero cuando logró visualizarla a lo lejos, alguien la jaló hacia atrás, tomándola de la capa.

Cardin: Hola, chica pantalones -sonríe, tomando el arma de la morena y arrojándola al suelo.

Ruby: ¡¿Qué estás haciendo?! -indaga en voz alta.

Cardin la patea hacia atrás, toma su arma y con un gran golpe aplasta la de Ruby, partiéndola en varios pedazos. La morena sólo se quedó con los ojos bien abiertos por la impresión de ver algo muy importante destrozado frente sus propios ojos.

Ruby: ¿Por qué haces esto? -lo mira con el ceño fruncido.

Cardin: Nunca me cayó bien tu arma... Al igual que tu presencia... -le sonríe maniáticamente y vuelve a tomar el arma, apuntando a su cuerpo.

Un disparo atraviesa el pecho de Cardin, dejándolo sin vida en el piso. La figura del atacante quedó a simple vista detrás del cuerpo.

Ruby: Tio Jhin... -lo observa con algo de temor.

Jhin: No creas que no me enteré de los abusos que te hizo de más niña. Fue la gota que derramó la bala sobre su asqueroso cuerpo -lo mira con desprecio- Sal de aquí.

Ruby: Pero... Yang...

Jhin: Iré por ella, sal de aquí Ruby. Uno de los reinos ha montado guerra, es todo un caos -recarga su arma.

Ruby: ¡Pero nadie dijo nada!

Jhin: ¡Ha! ¿Desde cuándo los directores de este maldito lugar son puntuales para este tipo de cosas? -sale corriendo.

La morena no alcanza a decirle nada, no le quedaba de otra que ponerse de pie intentando evitar lo ocurrido y buscar a Weiss, pero esta ya no estaba en el mismo lugar...

Dentro de la nave blanca, resultó estar el padre de la ojiazul, con una extraña máquina y dos soldados a su alrededor.

Weiss: ¿Papá...? -indaga al ingresar a la sala.

Padre: Weiss... -se gira para verla- ¿Qué soldado te trajo?

Weiss: Ninguno, vine por mi cuenta, ¿dónde está mi hermana?

Padre: Liderando una tropa en la batalla -se acerca a ella con una jeringa- Weiss, debes entrar a esa máquina.

Weiss: ¿De qué estás hablando? Ni siquiera me has dicho qué sucede... -lo mira preocupada.

Padre: Descubrimos una fábrica organizada por el Colmillo, ahí dentro esconden algo. Tú hermana logró infiltrarse. Debes ayudarnos en este momento difícil...

Weiss: Papá, ¿los aviones de afuera son soldados faunus? -frunce el ceño.

El hombre asiente y baja un poco la cabeza.

¿?: ¡No lo escuches! -entra una chica delgada y de cabello blanco, enfadada por la situación.

Weiss: ¿Winter? Pensé que estabas en...

Padre: No te metas en nuestra charla, Winter -dice enfadado.

Winter: Tu padre quiso adueñarse a la fuerza de una fábrica donde estaban creando un refuerzo para un virus que provenía de los faunus -explica.

Padre: ¡Nos contagian de su mugre y nos esconden la cura! -exclama enojado.

Winter: ¡El virus inició en una de tus empresas, no puedes culparlos así e iniciar esta guerra!

Ruby: ¡Weiss! -entra a la nave agitada, aliviada por encontrar a su compañera, pero los rostros enfadados de los ocupantes del lugar no se veían agradables.

Weiss: Ruby... Debes irte... -la observa preocupada.

Padre. ¡No! -chasquea los dedos.

Los soldados toman a Winter de los brazos y le colocan una especie de trapo en la cara para anestesiarla.

Weiss: ¡¿Padre qué haces?! -indaga preocupada.

El albino se acercó a la morena, la tomó del brazo y le inserta el líquido en el mismo a través de la aguja con la jeringa que llevaba en la mano, Ruby dio un pequeño quejido de dolor y comienza a marearse.

Padre: Yo te mostraré el por qué Weiss, debes acabar con los faunus -arroja a la muchacha a los brazos de la ojiazul, la cual es empujada junto con su compañera dentro de la extraña máquina.

Cuando las puertas se cierran, Weiss intenta decirle a su padre que se detenga pero este hace caso omiso a todo, sólo se centra en apretar varios botones y una luz blanca obliga a la peliblanco a taparse los ojos y sujetarse fuerte de su compañera; un movimiento brusco las mueve dentro y luego un silencio horrible se presenta dentro del lugar, seguido de una sed incómoda que comienza a atormentarlas. Por suerte, dentro de la máquina había botellas de agua, Weiss las sujetó con mucho deseo y comenzó a tomar. Nunca había tomado tanta agua en su vida, acto seguido, agarró otras dos botellas y las colocó a un lado para dárselas a Ruby, aunque ella salió corriendo de la máquina para vomitar en un lago. Cuando la peliblanco sale, se encuentra en un lugar totalmente diferente, rodeada de árboles y ahora, el lago vomitado por la morena. La ojiazul estaba mareada por todo lo ocurrido, ni siquiera caía aun en lo que su padre había hecho, sólo prosiguió en acercarse a su compañera y acariciar su espalda, pasándole una botella de agua, que le costó tomar con lentitud, Weiss tenía que frenarla de vez en cuando para recordarle que había vomitado recién.

Luego de varios minutos, se sentaron al lado de la máquina para relajar la mente y no enloquecer.

Ruby: ¿Cómo hemos llegado a un bosque? -indaga abrazando sus rodillas y con la cabeza escondida en las mismas.

Weiss: No sé qué ha hecho mi padre... Sólo nos empujó dentro de esa cosa... Lo siento...

Ruby no responde nada, luego levanta la cabeza y mira el cielo.

Ruby: Deberíamos salir de aquí... Tal vez nos envió lejos por seguridad...

Weiss: Esta bien... -se pone de pie, sacude su ropa y le presta su mano para ayudarle a levantarse.

La morena acepta la ayuda pero se marea al instante. Sin embargo piensa que el viaje extraño puede aún estarle ocasionando mareos, por lo que decide no decir nada.

Luego de caminar por el bosque por varios minutos, se encuentran con un pueblo, el cual llevaba una fecha que las llenó de dudas. Este marcaba medio año atrás de la actual con la que habían amanecido esta mañana.

Continuará.   

Weiss: Esto... debe de ser una broma -dice aterrada, apoyándose en la pared de un almacén.

Ruby: Pues... Hemos revisado todas las revistas, periódicos y preguntado a mucha gente, no creo que estén mintiendo con la fecha -se coloca a su lado, llevando sus manos a los bolsillos.

Weiss: Ademas, estamos muy lejos de Beacon ahora...

Ruby: Yo aún no sé en qué pueblo caminamos.

Weiss: Es un pueblo al norte del monte Ital, se llama Pondiu. Pero me parece extraño que haya tan poca gente...

Unos gritos salidos de un área comercial las hizo ponerse casi en posición de batalla, un fauno de ojos rojos salió embravecido del lugar, corriendo sin control y atacando a la gente. Cuando ellas estaban por intervenir varios soldados de traje blanco aparecieron y le arrojaban cuerdas para atarlo.

Ruby: Son soldados de Atlas...

No pudieron hacer nada, más que mirar. Cuando lograron apresarlo, lo metieron a una camioneta blanca y se lo llevaron; ambas se acercaron para intentar recolectar un poco de información.

Weiss: ¿Qué ha pasado? ¿Por qué ese fauno actuaba así? -se dirige a uno de los civiles.

Civil1: No lo sé, estaba comprando y de la nada escuché a esa bestia descontrolada. Está en su naturaleza supongo -gira y se marcha.

La morena frunce el ceño ante el comentario y baja la mirada.

Ruby: Ni siquiera sabe lo que pudo haber ocurrido con ese fauno...

Weiss nota el suspiro pesado de su compañera y se arrima para verificar su estado.

Weiss: Deberíamos buscar alojamiento por el momento, relajarnos...

Ruby: Pensé que perderías la cabeza primero que yo -sonríe un poco mientras rasca su cabeza.

Weiss: Claro que no, ¿quién es la madura de las dos? -coloca ambas manos en sus caderas con un semblante de superioridad.

Ruby: Amm...

Weiss: Hey, ¿estás dudando?

Ruby: No, no -mueve sus manos de un lado a otro.

Weiss: Iremos a un hotel, descansaremos, recuperaremos fuerzas y luego pensaremos con claridad las cosas -se gira para comenzar a caminar.

Ruby le asiente y sigue. A Weiss le costó decidirse por un buen hotel, era un pueblo, no una ciudad para algo lujoso, pero ella era muy exigente. Cuando pudieron alojarse en uno, tomaron un baño y pidieron comida a la habitación.

Ruby: ¿Oooh, esto es calamar? -lo saborea.

Weiss: Lo es. Era un plato bastante regular en mi casa, creo que por eso me gusta tanto.

Ruby: ¿Lo preparaba algún mozo?

Weiss: N-no... Era una comida típica de mamá... -se queda mirando el plato.

Ruby: ¿Dejó... de prepararla?

Weiss: Si... Hace unos años -su rostro se pone bastante serio.

Ruby: Ah... Amm... ¿quieres de mi jugo? -le pasa su vaso al notar la expresión que comenzaba a tornarse triste en su amiga.

Weiss le regala una corta sonrisa al notar la preocupación de la morena, no pudo evitar rozar sus dedos con las manos de aquella chica que recordaba haber pasado momentos que comenzaba a olvidar por todo lo que estaba ocurriendo.

Weiss: Algún día... me gustaría volver a ese parque... otra vez... -baja la mirada y un leve sonrojo se apodera de su rostro.

Ruby: ¿Hmm? Pensé que eras la madura entre las dos -le sonríe.

Weiss: ¡C-calla! Soy consciente de que cuando volvamos probablemente algo no ande bien... Pero no quiero perder esos recuerdos... -levanta un poco el rostro para mirarla- Ruby... si no fuese por ti... mi vida sólo estaría llena de recuerdos tristes, eres la única que me ha dado algo lindo para recordar después de mamá... Gracias...

Su amiga se queda observándola con una mirada serena y una sonrisa comprensiva, en el fondo, tenía ganas de acercarse y besarla; pero su mente cobarde no la dejaba... como siempre. No quería perder a Weiss, no quería perder a quien la miraba con esos ojos celestes que cargaban con tanta profundidad que podía hundirse y sentir vértigo por ello, pero a su vez, llevaban ese aire frío y solitario, que pedía a gritos una caricia.

Ruby: No es nada... Me gusta tu amistad. Eres muy sincera y transparente, eso te hace muy dulce. Me encanta lo dulce -le sonríe de oreja a oreja.

Su compañera se sonroja completamente y evade la mirada de la chica que la cautivaba con sólo sonreír, estirando las manos hacia delante, en señal de cansancio.

Ruby: ¿Por qué habremos regresado atrás en el tiempo?

Weiss: Esa máquina debió hacerla mi padre, mañana iremos a revisarla otra vez antes de marcharnos.

Ruby: Espero que las demás estén bien...

Weiss: Lo están... Si hemos regresado atrás, entonces ellas están bien. Termina de comer tranquila, si piensas en cosas malas mientras comes te caerá mal -se pone de pie para dirigirse a su cama y quitarse el vestido.

Ruby: Eres como mi mamá, pero más guapa -la mira de reojo y sonríe.

Weiss: Hey... No quiero que me compares con tu madre -dice roja.

Ruby: Lo decía por tus consejos... -se queda mirándola directamente cuando su compañera se voltea para subir las manos y terminar de quitarse la prenda.

Weiss: Hmm... ¿Y no puedo darte consejos sin parecerme a tu madre? -indaga bajando las manos para acomodar lo que estaba quitándose, quedando en ropa interior y tomando una camiseta de mangas largas color blanco de un mueble.

La morena se había quedado embobada, mirando cada paso que daba la peliblanco como si se tratase de una fina muñeca de porcelana, su piel clara como la nieve hacía que su cabello se perdiera en su espalda, con tonalidades hermosas que para Ruby estaba comenzando a ser un problema, ya que se ve despertada de su bello sueño al sentir que le apretaba la parte de adelante.

Ruby: Cómo te odio... -susurra apretando su intimidad, no con mucha fuerza.

Weiss: ¿Cómo? -se voltea.

Ruby: No, no. A ti no, Weiss -dice apenada, dando un largo suspiro luego.

Weiss: Ruby... No tiene que avergonzarte estar en la misma habitación que yo -avisa sin mirarla.

La morena se queda un tanto inmóvil ante lo dicho por su compañera.

Ruby: No sé a qué te refieres -gira el rostro nerviosa, buscando un cambio de tema.

Weiss: No es nada, lo siento -se coloca la parte de arriba y se sienta en la cama.

La joven de ojos grises la miraba de reojo pero el comentario de Weiss le había dado curiosidad, ¿a qué se refería? Nervios y ansiedad comenzaron a pasar por su cuerpo pero no quería parecer muy obvia así que se puso de pie para recostarse en su cama.

Weiss: Escuché... lo que Cardin te dijo esa noche... -sólo se quedó mirando el suelo al sacar más conversación.

Si bien, la peliblanco sabía que Ruby podía llegar a odiarla por meterse en temas así, tenía una extraña sensación recorriéndole por todo el cuerpo, en especial el pecho. Nunca nadie se había interesado en ella de verdad, evadiendo preguntas sobre sus riquezas o compromisos.

Ruby: ¿Qué escuchaste exactamente?

Weiss: No quiero recordarte sus palabras... Pero era como si el llegara a la conclusión de que tienes... -se queda en silencio unos segundos.

Ruby: ¿Miedo? -indaga mirándola fijamente, tragó saliva intentando que la palabra a la que se refería Weiss no saliese de su boca.

Weiss: No es eso... Ruby, no busco incomodarte...

Ruby: No me incomodas... Me asusta que descubras más de mí.

Weiss: No quiero que sientas eso... Yo... No soy nada buena expresando lo que siento, lo que quiero... -aprieta las frazadas con sus manos.

Ruby: Si no eres buena en eso, ¿cómo sé que si me conoces a fondo no fingirás que soy normal? -frunce un poco el ceño.

Weiss: Lo sé... Merezco que opines así de mí, soy insegura... Pero tú también tienes inseguridades, ¿verdad? Pero si supieses algo de mí, no te alejarías... No me dejarías sola... Nunca lo haces... -cierra los ojos intentando apaciguar pequeñas lágrimas que buscaban salir.

La morena se queda en silencio, buscando las palabras correctas. La habitación estaba llena de un ambiente sofocante, lleno de preguntas y pocas respuestas; nervios y ganas de salir corriendo en algunas ocasiones, pero no era el momento, para nada lo era.

Weiss: N-necesito salir... -traga saliva conteniendo el llanto.

Ruby: No te dejaría Weiss... -la observa- Me asusta que alguien con quien comience a encariñarme demasiado me deje... Pero nunca te abandonaría, no te haría algo que sé lo doloroso que significa...

Weiss: ¿Y por qué eres así conmigo? Si te aterra perder a alguien, ¿por qué te estás aferrando tanto a mí?

Ruby: Porque a medida que te fui conociendo no pude alejarme... Cuando conozco a alguien tiendo a sonreírle y llevar una amistad a medias, pero no pude contigo... No pude dejar de preocuparme, aún no puedo... No puedo dejar de mirarte, de querer cuidarte... de buscar al-

Weiss: Esp-espera... -se sonroja y coloca los ojos grandes al comenzar a escuchar las palabras que se volvían cada vez más vergonzosas al salir de la boca de su compañera, baja la mirada por los nervios y vuelve a tragar saliva.

Ruby: Me estoy enamorando de ti Weiss... Quiero que me conozcas más que cualquier persona... Pero a la vez eso me asusta, porque soy diferente a otras chicas...

Weiss: ¿E-enamorada? -pone ojos grandes y se lleva una mano al rostro para tapar su sonrojo que se hacía cada vez mayor.

Ruby: Si, mucho... -baja la mirada, al parecer sentía que la reacción de la ojiazul no mostraba nada de entusiasmo- Lo siento... No pretendía que pasara...

Weiss: N-no, yo... Ruby... -titubea- N-no...

Ruby: Lo sé... Sé que no...

Weiss: ¡No! -exclama y levanta la mirada hacia la morena al darse cuenta que la estaba malinterpretando. Esta la miró sorprendida, podía ver sus ojos lagrimosos, a punto de llorar- No es eso Ruby, lo lamento, me estoy expresando mal. Estoy nerviosa... Nunca se me han confesado...

Ruby: Pensé... que estabas pensando en lo que dijo Cardin...

Weiss: ¿Eh?

Ruby: Pensé que decir lo que sentía te quitaría de la cabeza el pensar que soy diferente... -baja la mirada.

Weiss: Ruby, no estoy pensando en lo que Cardin dijo... -la mira comprensiva- Estoy pensando en que acabas de confesarte y que soy demasiado vergonzosa para expresarme yo también...

Ruby: Eres rara... -le sonríe un poco.

Weiss: Hey... -le devuelve la sonrisa y se quedan mirándose una a la otra por unos segundos.

Ruby: ¿Puedo... acercarme a ti? -indaga roja.

La peliblanco asiente sonrojada y nerviosa, su corazón comenzó a latir bastante rápido a penas su amiga se puso de pie para caminar lentamente hacia ella. La morena sólo se quedó frente a Weiss, sin tomar asiento, agachó un poco la cabeza y con una de sus manos comenzó a acariciar el mentón de su compañera. La respiración se les entrecortaba de vez en cuando o aceleraba, una onda de sensaciones pasaba por sus cuerpos, llena de ansiedades y nervios.

Ruby: Quiero besarte... -le susurra en los labios, estaba bastante cerca.

Weiss entrecerraba los ojos por la situación y el mundo ya había desaparecido, el entorno estaba lleno de sólo aquella chica de grandes ojos grises, que la miraban con deseo; sólo pudo acercar más sus labios, ni siquiera se tomaron el tiempo de dar besos cortos, comenzaron con unos bastantes bruscos que llevó a la ojiazul a la rodear el cuello de aquella persona que la empujó a la cama con rudeza, pasaba sus manos por el cabello, revolviéndolo en cada respirar, acariciaba su espalda y la apretaba con los dedos.

Ruby: Lo siento... -dice agitada sobre la boca de Weiss, quien sólo la jaló para continuar besándola de la misma manera, como si no se hubiesen visto en mucho tiempo.

Los besos eran tan placenteros para la peliblanco que sólo gemía con las lamidas que la morena aplicaba en sus labios, las mordidas y al presionarla más fuerte contra la cama, todo hacía un combo que había comenzado a mojarla por debajo.

Ruby sentía que en cualquier momento iba a devorar a la pequeña blancanieves, si continuaba así no iba a poder detenerse; pero el sólo sentir cómo ella la jalaba más e incitaba a seguir le producía ansiedad y ni siquiera notaba como su miembro había comenzado a agrandarse por debajo de tal manera que ya rozaba con la intimidad de su compañera, lo que hizo que Weiss se excitase más, ella se daba la idea de lo que la morena tenía y jamás la haría a un lado por algo como eso, le provocaba más deseo, pero Ruby se tuvo unos momentos al entrar en razón.

Ruby: No... no debería seguir... -dice algo asustada aunque su cuerpo estaba que reventaba por el éxtasis.

Weiss: Yo quiero que sigas... -la abraza con fuerza.

Ruby: No... Weiss...

Weiss: Por favor... déjame llegar a ti... Te necesito, Ruby...

La morena se quedó unos pocos segundos en silencio y luego comenzó a frotarse en la intimidad de la peliblanco otra vez, se sentía tan bien que ni siquiera podía pensar en el temor de lo que pensara su compañera.

Weiss: Si... -gime moviendo las caderas, aunque lo sentía sobre la ropa, lo estaba disfrutando mucho, nunca se había sentido así- Quiero más...

Algo en Ruby no andaba bien, sentía deseos que dentro de ella sabía que no estaban del todo bien. Quería parar y a la vez no. Se puso de pie dejando a la peliblanco en la cama y mirándola sin comprender el por qué se había detenido.

Weiss: No te vayas... -junta las piernas para intentar suprimir la molestia y se sienta en la cama.

Ruby: No me iré... -estira su mano para acariciar el rostro de la peliblanco, lleva su mano lentamente hasta la nuca y comienza a jalarla cerca de su intimidad; con la otra mano acomodó la parte de delante de tal manera para dejar su miembro al aire- ¿Puedes... ? -indaga algo inquieta, su intimidad se movía casi por sí sola, la peliblanco la volvía loca con sólo tenerla ahí.

Weiss: No lo... sé... Nunca lo he hecho... -se queda algo impresionada al ver no sólo el tamaño, sino un pene por primera vez.

Ruby: Quiero que lo hagas... -la jala más, obligando a la ojiazul a abrir la boca para meterla dentro, una de sus manos las colocó en las piernas de la morena y la otra en el brazo que la empujaba hacia delante- ¡Ah... si, si Weiss! -gime al sentir cómo su miembro era envuelto la boca de su compañera.

La peliblanco estaba nerviosa, nunca había chupado ninguna vejiga pero Ruby parecía excitarse con el sólo hecho de tenerla dentro de su boca.

Ruby: Mueve... la lengua... -pide mientras comienza a mover sus caderas, de vez en cuando la jalaba para meterla más adentro pero Weiss hacía algunas arcadas por lo que sólo se limitaba por el momento a dejar que la peliblanco buscase hasta donde podía meterla.

Comenzó a mover la lengua en círculos, rodeando la punta del miembro de Ruby, este parecía ponerse cada vez más grande a medida que lo hacía. La saliva mezclada con los jugos que ya salían del pene de la morena caía por el cuello de Weiss, a veces se lo tragaba y otras lo dejaba caer al suelo.

Ruby: ¡Weiss, muévela más rápido! -ordena mientras le da pequeñas embestidas; la cabeza de la peliblanco se movía hacia atrás con brusquedad por la fuerza que aplicaba la morena en ella- ¡Ah, sí! ¡Si, así, lo estas estás haciendo muy bien! -lleva ambas manos a la cabeza de su compañera y comienza a moverse más rápido.

La peliblanco no podía hacer mucho con la poca experiencia que estaba teniendo, sólo mover la lengua en los lugares que parecían gustarle a Ruby y sujetarse fuerte, las arcadas le eran algo molestas pero el sentir que la morena lo estaba disfrutando tanto lo hacía pasar por alto.

Ruby: ¡Me corro! ¡Oh Weiss, quiero correrme en tu boca!-comienza a moverse más rápido dentro de la ojiazul, quien trataba de no dar arcadas- ¡¡No puedo parar!! ¡¡Va a salir, aah!! -dio una embestida metiendo casi todo su miembro, por no decir "todo" en la boca de Weiss y una oleada de placer la envolvió al sentir que la peliblanco pasaba su lengua por debajo de su pene mientras se corría en su garganta, era tanto el placer que le apretó el pelo al cerrar los puños y jalarla hacia adelante, pero Weiss salió por inercia hacia atrás al sentir que el semen estaba siendo demasiado para ser tragado, por lo que Ruby se masturbó un poco más con su mano y continuó corriéndose en las piernas de la peliblanco, quería hacerlo en el rostro pero no le pareció correcto al verlo lleno de lágrimas por las arcadas que le había hecho tener y ya de por sí había bastante semen cayendo por su cuello.

Weiss tosió un poco más y pasó su brazo por la boca para limpiarse.

Ruby: L-lo... lamento... No pude detenerme...

¿El placer la había manejado? No... Esa sensación tan fuerte de antes sabía de dónde provenía: el instinto de un terrible licántropo... con una mezcla de despreciables fetiches al parecer. Quería que la tierra la tragara.

Weiss: Tranquila... Es normal -le sonríe- Yo te provoqué mucho.

Ruby: Si... Pero siento que te he utilizado para explotar en tu boca...

Weiss ríe un poco con dulzura y la toma de la mano.

Weiss: No dejas de ser quien me gusta sólo por eso... -se sonroja y presiona la mano.

La morena se relajaba y emociona al sentir las palabras que habían salido de aquel ser tan hermoso, se acercó a ella y la besó, seguido de un pequeño de gesto asqueado.

Ruby: Deaj... Yo te hice tragar eso... -se limpia la boca.

Weiss: Es amargo, pero no me resultó desagradable.

Ruby: Tú haces que me sienta menos rara... -le sonríe con ternura, acariciándole el rostro y llevando un mechón de cabello detrás de su oreja.

Weiss le devuelve la sonrisa y abraza con fuerza. Era la primera vez que ambas sentían que ese abrazo era verdadero, si bien antes jugaban entre ellas con cosas similares, este resultó estar lleno de calidez, confianza y seguro... un sentimiento más fuerte que iba a comenzar a apoderarse de ambas.

Continuará.

Cuando Ruby abrió los ojos, se encontró con el cuello de la ojiazul, una tez blanca y suave que olía a un perfume que siempre sentía en ella cuando se le acercaba; parecía fresa. Habían tomado un baño y se acostaron en la misma cama, no pudieron evitarlo después de lo ocurrido.

Ruby: Weiss -le susurra al oído, mientras acomoda un pequeño beso en el cuello- Weiss... -repite, llamándola y rodeando su cadera con el brazo.

La peliblanco comenzó a dar pequeñas señales de que escuchaba la voz de alguien familiar, se volteó con suavidad y escondió su cabeza en el cuello de la morena.

Ruby: Tenemos que irnos... -le avisa con una pequeña sonrisa. Le gustaba meter sus dedos entre los finos y sedosos cabellos de su pequeña princesa.

Weiss hizo unos gemidos extraños, como quejas de que aún tenía sueño y le costaba abrir los ojos; además de que el cariño de Ruby la adormecía más.

Weiss: Cinco minutos más...

Ruby: ¿Cinco? ¿Segura? -besa su frente y sonríe.

Weiss: Si me das más no me quejaré... -responde algo dormida y le da un pequeño beso en el cuello.

La chica de ojos grises pasó su mano por la frente de su pequeño tesoro y besó una de sus mejillas; sonrió, comenzó a acomodarse para tomar asiento en la cama y así, poder colocarse la ropa. En pocos segundos sintió que la ojiazul la toma con suavidad de la muñeca y abre un poco sus ojos.

Weiss: Te amo Ruby...

Su acompañante le brindó una cálida sonrisa y acercó el rostro para besar sus labios.

Ruby: Y yo te amo a ti Weiss...

Le costó bastante levantarse luego de las dulces palabras de aquel ser que quería tanto.

Luego de vestirse salió fuera de la habitación para ir a alguna máquina expendedora del hotel. Encontró una para tomar un café y sacar unas galletas, tomó asiento en un pequeño comedor que se encontraba al frente del lugar mientras leía el periódico. Aún no podía tomar enserio la fecha actual, aunque habían cosas que le resultaban más preocupantes.

Ruby: ¿División de razas? Qué rayos...

Parecía haber comenzado una fuerte división entre los faunos y humanos bastante complicada pero no entendía el por qué habían elegido tanta guerra y demás. En esta fecha, cuando nada había ocurrido aún con la máquina, no recordaba ninguna guerra entre razas, sabía que había cierta división, pero guerra... Se puso de pie y caminó a paso acelerado hasta la habitación para zarandear a su compañera.

Weiss: ¿Qué sucede? -friega sus ojos con las manos.

Ruby: Algo anda mal Weiss, ha comenzado una fuerte guerra entre faunos y humanos.

Weiss: Espera, ¿qué? -se sienta y la observa con más atención.

Ruby: El diario está lleno de información sobre eso, tenemos que ave-

Alguien toca la puerta y ambas se quedan inmóviles.

¿?: Inspección -avisa con tono desganado, al parecer un hombre que había madrugado.

Ruby: ¿Inspección? -le susurra a Weiss quien también tenía la cabeza llena de dudas al no entender de qué hablaba el tipo- ¡No hemos pedido ninguna inspección! -dice en voz alta.

¿?: Esto no se pide señorita, es obligatorio ¿Puede abrir la puerta o desea que llame a seguridad?

Weiss: Deja que entre, no debemos meternos en problemas -le dice en voz baja a la morena, quien asiente y se acerca para abrir mientras su compañera se cambiaba rápido.

Ruby: ¿Qué necesita inspeccionar? -indaga observando a un hombre robusto que la observaba con mala cara, no parecía estar de ánimos.

¿?: ¿Nunca pasó inspección por su casa o el departamento? -prende un pequeño aparato del tamaño de un celular y aprieta algunos botones- ¿En qué nube vive señorita?

La peliblanco se pone de pie y coloca al lado de Ruby, para observar con detenimiento el aparato.

Weiss: Parece un Under Bick...

Ruby: ¿Qué? -cambia la mirada hacia la ojiazul.

Weiss: Es un aparato rastreador y examina patrones desconocidos, sangre y...

El objeto empieza a pitar, el hombre las observa con mala cara y saca un teléfono para apretar un botón de llamado rápido. Ambas, sin entender, se quedan observando.

¿?: Tengo un código nueve y dos aquí, solicito a seguridad -cuelga y empuja a las chicas a la habitación.

Ruby: Espere, ¿qué demonios hace?

¿?: Me han tocado dos bestias que no entienden nada, mejor para mí -toma la muñeca de la peliblanco para amarrarlas.

Weiss: ¿Pero qué le pasa? -se queja intentando zafarse.

Ruby se acerca y toma del brazo al hombre para alejarlo de Weiss. Este saca un arma y dispara una bala hacia arriba para pedir respeto, pero un sonido metálico comenzó a sonar en los oídos de la chica de ojos grises; se hizo para atrás y llevó sus manos a la cabeza.

¿?: Si no se quedan quietas voy a matarlas aquí mismo -exige.

Weiss: ¿Ruby? -la observa preocupada al ver el semblante de su compañera, que parecía haber visto algo horrible.

Ruby: El sonido... -susurra- No se quita... -se aprieta con fuerza el costado de la cabeza con ambas manos, intentando calmar esa extraña y horrible sensación, era como si agujas estuviesen pinchando su nuca y resonaba un horrible sonido metálico en la cabeza, como si pasasen una tiza por el pizarrón con fuerza y de manera vertical.

¿?: Oh mierda... -guarda el arma y sale de la habitación, cerrándola con llave.

Weiss aprovecha para acercarse a su compañera quien se veía bastante mal, le estaba cayendo saliva y sus ojos estaban tomando un tono rojizo.

Ruby: Tienes... que irte... -se arrodilla intentando conservar la calma pero su cuerpo no le respondía, se estaba transformando por sí solo, su mundo se estaba oscureciendo y no podía tener control en lo que pensaba.

Weiss intentaba comprender la situación pero al ver que el cuerpo de Ruby se estaba deformando tomó algo de distancia, pelos oscuros habían comenzado a salirle y sus músculos se agrandaban; la tez de su piel estaba tomando un color gris que buscaba llegar al negro y su rostro había empezado a formar la figura de un animal: Se estaba transformado en lobo. La morena llenó la habitación de alaridos por el dolor y rugidos espantosos que provocaban en la ojiazul un temor que la llevó a dar varios pasos hacia atrás. La bestia la observaba con ojos penetrantes con su tonalidad roja que los iluminaba, dejaba asomar los colmillos y dejaba salir unos gruñidos bastante preocupantes para la peliblanco. Intentó calmarla pero la bestia la embistió contra la pared, fue tan grande el golpe que se mareó.

Weiss: Ruby... no...

Su compañera parecía no tener control ya sobre sí misma; en el siguiente ataque con la garras lo pudo evitar gracias a su velocidad pero al ver cómo había dejado la pared se dio cuenta que si lo hubiese recibido la podría haber rebanado. Quería ir por su arma pero el sólo pensamiento de tener que defenderse de quien amaba le estaba partiendo el alma.

El lobo bajó la cabeza y colocó sus patas sobre la misma, el sonido estaba torturándola a más no poder pero ya podía ver un poco con claridad, ¿qué estaba haciendo? No quería mirar, estaba asustada.

Weiss: Ruby... No lucharé contigo... No te haré daño, escúchame... Todo saldrá bien... -intenta hablarle en voz baja y conservando la calma.

Ruby: No puedo... pensar con claridad... -avisa con una voz gruesa pero se notaba su dolor.

Weiss: Sólo escúchame... No necesitas pensar, tranquila... -se acerca lentamente hacia ella, su cuerpo el temblaba.

Ruby: Vete... no sé si vuelva a perder el conocimiento...

Weiss: Si eso pasa, buscaré traerte de vuelta para que me escuches... Te amo Ruby... Estoy asustada, pero no quiero temerte... Quiero amarte de todas las maneras y que tu hagas lo mismo contigo...

Las palabras de Weiss estaban relajando su cerebro, quitó sus patas de encima para abrir los ojos y mirar a su amante, que estaba casi frente a ella con los ojos un poco humedecidos, podía sentir cómo la ojiazul luchaba por comprenderla. Su mirada había tomado un color gris puro y sereno.

Weiss: ¿Ves que eres hermosa? -le brinda una cálida sonrisa, pasando una de sus manos por la barbilla del lobo, acariciándola.

Los ojos de éste comenzaron a humedecerse al sentir la calidez y el amor de la peliblanco recorrerle por todo el cuerpo, esa aceptación... la ayudaba a salir adelante.

Fuera de la habitación podían sentir el sonido de un helicóptero. Weiss dirigió su mirada hacia la ventana y un sonido de muerte atravesó el pecho del lobo, los vidrios cayeron al suelo y la sangre de la peliblanco se congeló al igual que sus pensamientos; le recorrió una horrible sensación por la espalda al ver cómo la criatura hacía un charco de sangre en el suelo.

Weiss: No... -fue lo único que salió de su boca acompañado de un ahogado suspiro.

No tuvo tiempo de analizar mucho, los disparos continuaron dentro de la habitación, por suerte, a otra dirección de la misma. Los ojos de Ruby no tardaron en volverse de un gris pálido, perdiendo el brillo y el aliento. La ojiazul intentó moverla para que se pusiese de pie pero ya no reaccionaba; entre lágrimas y súplicas tuvo que ponerse de pie y saltar por la misma ventana, pudiendo ver con claridad al helicóptero y varios soldados fuera; no podía detenerlos a todos aunque sus ganas de matarlos no estaban muy lejos de sus pensamientos. Su velocidad le ayudó a escapar pero varios disparos pudieron rasparle algunas partes del cuerpo.

Corrió hasta perderlos en el bosque, lo cual fue bastante difícil. Se apoyó en el tronco de un árbol, intentando contener el llanto, pero el sólo recordar a Ruby tendida en el suelo y perdiendo la respiración sin poder hacer nada, hizo que sus ojos se llenaran de lágrimas, en su pecho sintió una presión que la ahogaba y se dejó caer al suelo para gritar en llanto.

Continuará.

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