La Plaga 3 parte 1

 

Un nuevo inicio

Summer: ¿En un contenedor de metal? -pregunta, un tanto confusa.

Ruby: Lo juro por mi padre-

Raven: No tienes -se cruza de brazos.

Ruby: Lo juro por mi madre mitad hombre, que estaban ahí -uno de los pequeños se sube a su cabeza.

Blake: Estaban ahí, yo estuve con ella.

Summer: ¿También el oso? -gira para mirarlo por la ventana, el animal se asomaba de vez en cuando para ver dentro de la casa.

Ruby: ¿Me lo puedo quedar? Está bien lindo -intenta convencerlas, mirando a ambas.

Summer: Ah... Pero...

Raven: Es un osote, ¿dónde lo vas a meter?

Summer: No es el tamaño lo que realmente me preocupa -intenta aclarar.

La pequeña empieza a correr por el comedor, subiéndose a las sillas y la mesa, bajando y saltando en los muebles. Tirando uno que otro objeto.

Raven: A mí me preocupa más esa niña que el oso -la señala.

Summer: Es pequeña, no es muy diferente a cuando Ruby tenía su edad -se le acerca con una galleta para llamar su atención.

Ruby: ¿Yo me calmaba con galletas?

Raven: Fue el secreto para evitar que dieras vuelta toda la casa -se acerca a Blake- Esta pequeña no es como las otras dos -observa a la bebé que cargaba el fauno.

Blake: N-no...

Ruby: Tiene orejitas como Blake -se acerca a la bebé para moverle los piecitos- ¿A que no es bonita? -le sonríe.

Summer: Deberíamos ir y revisar la zona. Probablemente sus padres las dejaron allí -alza a la más rebelde- ¿Se imaginan lo preocupados que pueden estar si no los encuentran?

Raven: Probablemente el oso las cuidaba.

Blake: Es que... Hay algo que no les dije... Es bastante extraño...

Todos se quedaron mirando a la pelinegro, quien trataba de acomodar sus pensamientos.

Blake: Ese contenedor apareció de la nada. No estaba allí cuando yo me encontraba buscando las frutas.

Ruby: Tal vez cayó del cielo.

Blake: Hablo enserio, Ruby... -le frunce el ceño.

Raven y Summer se miraron entre ellas, intentando responder a eso o buscando una manera de hallar una solución.

Summer: De cualquier forma, hay que ir otra vez.

Ruby: Está bien -suspira, tomando a la pequeña que se encontraba sujeta a su cabeza para dársela a Raven.

Las cuatro, junto con las pequeñas, incluyendo al oso; se encaminaron nuevamente al lugar donde todo había ocurrido, pero se encontraron con algo que no se esperaban. El extraño contenedor ya no estaba.

Summer: ¿Seguras que era aquí? -mira a los alrededores, en eso, la pequeña revoltosa se escapa de sus brazos y comienza a correr por el césped- ¡Hey, no debes andar sola!

Raven: Tranquila amor, mientras no se aleje, no hay de qué preocuparse -le sonríe, tratando de relajar sus preocupaciones.

Blake: Estuvo aquí. No estaría la enorme marca de no ser así -señala.

Raven: Era grande -olfatea- No siento la presencia de nadie realmente. Summer, ¿te parece bien que revisemos el bosque y por los alrededores de Vale?

Summer: Me parece bien. Ruby, vuelvan a casa junto con los niños.

Ruby: ¿Y el oso?

Blake: El oso nos sigue sin que lo jalemos, es más obediente que tú -carga a la bebé y trata de tomarle la mano a la péquela de cabello blanco.

Ruby: No es cierto... -se cruza de brazos y camina detrás de ella.

Blake: Mira, ese parece un patito. Te sigue a todos lados y sin mucho esfuerzo. Es como el oso, ya tienes dos contrincantes a batallar por mejor obediencia.

Ruby: Son un oso y una niña pequeña -remarca, señalándolos.

Blake simplemente dejó salir una risa sencilla y continuó charlando con su compañera mientras Raven y Summer se encargaban de encontrar alguna pista sobre los padres de los pequeños. Pero la noche llegó y no hubo respuesta a sus dudas. Buscaron por la ciudad, el bosque y recorrieron lugares cercanos, aún así, no hallaron nada. Blake debía volver a su aldea, por lo que la bebé quedó a cuidados de Summer. No imaginaron lo difícil que iba a ser hacerse cargo de unos pequeños perdidos. La bebé no dejaba de llorar y a causa de eso, las otras dos niñas, no dormían. Sobre todo la más revoltosa, parecía tener tanta energía que no iba a agotársele nunca.

Raven: ¿Qué haremos? -suspira, tomando asiento.

Summer: La bebé no come y-

El sonido de otro frasco roto interrumpe a la mayor.

Raven: Yo voy -se pone de pie y se acerca a la pequeña, que se encontraba viendo el envase roto- No está bien que hagas eso, ¿entiendes? -la alza y sienta sobre la mesada.

Mientras la pelinegro buscaba algo para recoger los vidrios, su pareja vigilaba a la otra niña. Los pasos de Ruby frotándose los ojos hace que su madre voltee a verla.

Summer: Lo siento cielo, no puedes dormir así.

Ruby: No se preocupen -estira los brazos y se lleva una mano a la boca para bostezar.

Todo parecía no ir mejorando, pero se puso peor cuando la más pequeña se puso a llorar, llamando a su madre. El llanto provocó un efecto bastante negativo sobre la otra niña, quien se puso a chillar con ella. Y para peor, la bebé comenzó a hacer lo mismo. Raven y Summer, no sabían qué hacer realmente, lo habían intentado todo y ellas sabían que las niñas podían sentir la ausencia de la madre si ya habían estado con ella. Por suerte nadie vivía cerca de la cabaña.

Summer: Tal vez tengamos que buscar ayuda en Vale...

Raven: Para nada. Van a engañarte con falsas palabras y luego las dejarán a su suerte. Sabes que sé de eso -dice un tanto enfadada.

Summer bajó la mirada y dio a entender que ya no sabía qué hacer. Los llantos parecían no detenerse hasta que alguien llamó a la puerta y al menos sirvió para distraer a las dos pequeñas, las cuales se dirigieron a la puerta rápidamente y daban pequeños saltos. Ruby se acercó y medio abrió, para luego abrirla por completo al ya ver de quien se trataba.

Ruby: ¡Tio Jhin! -exclama contenta.

Cuando Jhin ingresa a la casa se queda mirando a las niñas que lo observaban con una mirada de decepción, al parecer, no era a quien esperaban.

Jhin: Si que se reproducen rápido ustedes dos -señala a su hermana y a Summer.

Raven: No son nuestras... Es una larga historia -se apoya en la mesada.

Jhin: Bueno, dejaré mis cosas en el establo y podremos hablarlo mientras tomamos cerveza. Enserio necesito una -se saca su abrigo y se aparta de la puerta- Me encontré a alguien en el camino.

Ruby: ¿Blake? -encorva una ceja al asomarse para ver de quien se trataba.

Blake: Sólo... quería saber si se les ofrecía algo -dice un poco avergonzada.

Ruby: No eres de venir por las noches.

Blake: No... Es sólo que... Bueno, hoy encontramos a esas pequeñas niñas y quería saber si ya habían podido averiguar algo sobre sus padres.

Ruby: Si quieres ver a la bebé, está con mi mamá -le señala.

Blake: N-no es por eso, tonta... -mira hacia un costado.

Raven: Pasa Blake. Mientras mi hermano arregla sus cosas, Ruby me ayudará a ordenar un poco aquí. Tenemos problemas con la bebé.

Blake: ¿Qué le sucede? -indaga mientras cierra la puerta.

Summer: No quiere comer... Le conseguimos leche maternizada pero la rechaza. Sería grave que no pudiésemos lograr que tome... Puede enfermar.

Blake: Deje que me encargue un momento de ella. Debería descansar -indica, sentándose en el sofá donde se encontraba la muchacha de caperuza blanca.

Summer: ¿Segura? ¿Tu abuelo sabe que has salido?

Blake: No se preocupe por mi abuelo. Además, no le hará bien no dormir después de todo lo que ha recorrido hoy.

Ruby: No te preocupes mamá, yo me quedaré aquí con ella. Si sucede algo te lo haré saber -le sonríe.

Summer: Ha... Está bien. Pero me avisas, ¿sí? -le pasa la bebé a la pelinegro, quien la acomoda en su regazo. El silencio que guardó la pequeña asombró un poco a la cansada mujer que había estado intentando calmarla desde antes que llegase la fauno- Vaya... Creo que has hecho magia -suspira con una sonrisa y se pone de pie.

Blake: ¿Magia?

Summer: He intentado que no llore hace rato. Antes estuvo llorando también -se queda pensando y toma el pequeño biberón que había dejado en la mesa- Intenta darle tú.

Para sorpresa de todos, la pequeña comenzó a tomar sin problemas, mirando a Blake con sus enormes ojos color carmín.

Ruby: Bueno... Tal vez sea por lo que Blake fue lo primero que vio cuando fuimos a observar lo que había dentro del contenedor.

Summer: Es probable... -se queda analizando lo ocurrido- Que bueno que le caigas bien.

Blake se encontraba un tanto sumergida en la mirada de la bebé.

Raven: Ve a descansar amor, te ves muy agotada. Yo hablaré con Jhin y luego de tomar un baño iré contigo -se acerca y deposita un beso en los labios de su pareja.

Summer: No se queden hasta tan tarde -le pide.

Raven: Descuida. Si logro hacer que no se emborrache, iré temprano -dice con algo de sarcasmo.

Una vez que Summer pudo ir a descansar, Ruby le dijo a Raven que se encargaría de ordenar, por lo que ella simplemente se fue al establo -donde habían llevado al oso ya que se sentía inquieto en la casa- con Jhin y una botella de cerveza. Una vez recogido todo, mientras barría, notaba que las dos pequeñas intentaban copiar sus movimientos.

Ruby: Si quieren barrer por mí, no hay problema -apoya la barbilla en la punta de la escoba mientras las observa.

La más revoltosa hacía movimientos con sus pequeños brazos, como si barriese, mientras dejaba salir algunas carcajadas. La más pequeña intentaba imitarla pero luego se acercó a la morena, intentando trepar por sus piernas.

Ruby: Yo creo que los ha estado cuidando un gigantesco gorila de seis metros -deja la escoba apoyada en la pared y se agacha para alzarla- ¿Verdad que si?

La niña de cabello oscuro y mechones blancos, acomodó su cabeza en el pecho de la morena, dando un pequeño bostezo. Su hermana hizo lo mismo y acercó a Ruby, estirándole los brazos.

Blake: Tal vez se han encariñado con nosotras por lo que dijiste... -dice al ver la reacción de las pequeñas con su amiga.

Ruby: Puede ser... -le toma la mano y camina con la más pequeña hasta el sofá.

Cuando la morena tomó asiento, la niña de cabello blanco se apoyó en sus piernas, estiró los pequeños brazos y comenzó a cerrar los ojos.

Blake: Creo que vas a estar obligada a madurar más rápido -le dice con sarcasmo.

Ruby: Hey, yo soy muy madura -admite- Bueno... Más o menos...

Blake: Bueno, tú querías adoptarlas.

Ruby: Lo dije bromeando... No sería buena madre. Ni siquiera me veo como madre -suspira.

Blake: Mmm... -se queda pensando- ¿Y como padre?

La morena se queda un tanto en silencio y la sonrisa nerviosa que traía hace unos segundos, desapareció por un rostro más serio.

Ruby: Eso es imposible... No soy ni una chica... Ni un chico... Lo sabes.

Blake: Pero te sientes más chico que chica.

Ruby no respondió nada. Ella le había dicho eso a la pelinegro meses atrás, pero tenía un severo problema para aceptar el hecho de que podía verse como chico pero no dejaba de ser una chica. Parecía sencillo de pensar, pero no para ella.

Blake: Tal vez... seas sólo tú -agrega, intentando animarla.

Ruby: Pues... Se podría decir que si -intenta sonreír.

Blake: Creo que también voy a ingresar a Beacon...

Ruby: ¿Conmigo? Pensé que serías la heredera de tu abuelo en tu pueblo.

Blake: No es lo que deseo...

Ruby: Oh... No lo sabía.

Blake: Siento esa obligación espantosa en mi pecho de tener que ser algo a causa de ser una heredera... No es un capricho, es... difícil...

Ruby: Puedo darme una idea. Me parece bien. No creo que manejar todo un pueblo sea lo tuyo. Es decir... Eres más el tipo de chica que le gusta ser libre.

Blake: Si... Pero será difícil convencer a mi abuelo que intente buscar otra heredera... O heredero...

Ruby: No te preocupes. Yo voy a estar ahí en medio de todos exigiendo tu libertad -dice con seguridad.

Blake: Jaja... Van a cortarte la cabeza. Literalmente.

Ruby: No si me convierto en lobo y paso desapercibida con mis lindas orejitas.

Blake: Conociéndote, te meterás en peligro y terminarás incendiando todo mi pueblo -ríe entre dientes.

Ruby: Oye, que malvada eres -le da un pequeño empujón con su hombro.

Ruby y Blake se quedaron charlando por un buen tiempo hasta quedarse dormidas.

Los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses. Blake tenía que venir más que antes a la casa de los Roses para ayudarles con la bebé, sólo se calmaba con ella y comía mejor de esa manera. La nombraron, Natsuki. Más bien, la fauno le colocó ese nombre. Summer estaba de acuerdo con que el nombre debía colocárselo la pelinegro. Las otras niñas, eran las patitas de Ruby, la seguían a todos lados, copiando lo que hacía; comían con ella y también dormían sólo con la morena. La pequeña de ojos bicolores fue llamada, Nao; mientras que la niña de ojos celestes, Tsuki.

Cuando Ruby y Blake ingresaron a Beacon, Raven y Summer tenían que llevar a las niñas una vez por semana para que no se alteraran. Aunque ya se llevaban mucho mejor con las otras dos, mejor que al principio. Por lo que no era tan imposible cuidarlas en la ausencia de la fauno y la morena.

-¿Crees que el profesor Oobleck me regañe por no haber hecho la tarea hoy? -indaga Ruby, caminando junto a la pelinegro.

Ambas se encontraban en la biblioteca, buscando libros para sus siguientes estudios.

-Es probable. A no ser que comience una extensa charla sobre algo que le parezca interesante. Ahí puede que te salves -guarda un libro en la repisa y retira otro.

-Ag... si me regaña seguro me dará más tarea -suspira.

-Anoche tuve otra vez ese sueño...

-¿Otra vez?

-Fue un poco diferente. Esta vez, pude notar que su cabello era rubio. Aún no puedo ver bien su rostro, pero escuchaba su voz.

-Vaya vaya señorita Belladonna. Seguro es de esos sueños donde te dicen con quien estarás a futuro -le hace cejitas.

-No seas tonta... ¿Con una chica? Sin ofender a tus madres -se voltea para seguir buscando entre los libros.

-¿Te molestaría estar con una chica? -su voz había sonado un poco diferente con la que solía hablar siempre.

-N-no es que moleste... Tal vez... No es lo que busco.

-Aaah... Lo dices por lo que quieres tener hijos, ¿no?

-Oye... -se gira con el ceño un poco fruncido.

-Pero es así, ¿o no?

-No me gusta hablar de temas así en este momento. Debemos buscar los libros antes de que se haga la hora de ir a clases.

-¿Y si fuese una chica como yo? Podrías tener hijos -busca entre los libros.

-Eres bien insistente...

-Sólo es curiosidad... Imagina si te pasase eso.

-No lo sé Ruby... No me he enamorado. No sabría cómo responderte esas dudas -suspira- Sea chico o chica... La verdad no sé qué pasaría por mi cabeza en ese momento.

-Está bien, está bien... Ya no voy a atosigarte con preguntas cursis -le dice en tono de broma.

-¿Y tú? ¿Qué harás después de finalizar Beacon?

-Pensé que no querías distraerte -la observa con una sonrisa traviesa.

-Ha-ha. Graciosilla... -saca un libro para ojearlo.

-El futuro me asusta un poco. Soy más de las que piensan en lo que está haciendo ahora mismo. Dejo pasar los días.

-¿Le temes al futuro? No pensé que te asustara el tiempo -gira el rostro para verla.

-Un poco... ¿Sabes? Yo también he tenido sueños extraños...

Un pequeño temblor interrumpió a la morena, haciendo que guarde silencio.

-Vaya, llevaba mucho sin sentir un temblor -dice la pelinegro, colocando el libro en su lugar- ¿Ruby?

La morena estaba pálida, como si hubiese visto un fantasma. No alcanzó a advertirle a la pelinegro sobre lo que estaba sintiendo que se aproximaba, ya que aquello llegó antes de poder decirlo. El suelo comenzó a moverse mucho más fuerte, comenzando a provocar pánico en todos.

Continuará.  

Los gritos por el pánico comenzaron a hacer eco por toda la biblioteca, el techo comenzó a quebrarse y un pedazo de éste se vino abajo; la reacción de Ruby fue rápida y se transformó en lobo para cubrir a Blake. El daño había sido leve pero la aturdió por unos segundos, hasta sentir cómo la fauno la jalaba para que se moviese. Ruby intentó tomar furia y aunque no fue suficiente, pudo derrumbar un trozo de pared para que ambas saliesen.

Ya fuera, notaron que no se trataba de un terremoto, sino de un bombardeo.

Blake: No puedo identificar de dónde son esos aviones.

Ruby: No tienen bandera ni color, son terroristas. Tenemos que tratar de ayudar- vuelve a la normalidad y saca su arma.

Blake: Trata de tirar a los aviones, yo intentaré buscar a algún profesor.

La morena asiente y se aleja. Ya subida a un árbol, toma potencia con su arma y envuelve su cuerpo de rosas para derribar uno de los bombarderos. Varios estudiantes ayudaron pero unas extrañas criaturas que contaban con una velocidad difícil de controlar, comenzaron a atacarlos. La morena dejó sus objetivos para ir a buscar a Blake, quien se encontraba con uno de los profesores.

Ruby: ¿Qué son esas cosas?

Geppeto: Me temo que algo que desconocemos...

Blake: ¿Qué haremos profesor? Están destruyéndolo todo -dice preocupada.

Geppeto: Deben salir de aquí, los Grimms no tardarán en sentir la desesperación y la oscuridad que se está apoderando de Beacon. Alguien sabe que Ozpin no se encuentra aquí... -sospecha.

Blake: ¿Quiere decir que es algo planeado?

Geppeto: Es muy probable pequeña fauno -mira a los alrededores- Hay que advertirles a todos, que abandonen Beacon.

Todo se veía envuelto en problemas, hasta que varias de esas criaturas extrañas explotaron a la vez. El rastro de rosas hizo notorio de quienes se trataban; los aviones fueron rebanados con facilidad y los estudiantes pudieron avanzar para hacerle frente a los invasores.

Ruby: ¡Son mis madres y el tío Jhin! -exclama aliviada.

Geppeto: Gracias al cielo. Deben haber sentido el bombardeo- suspira- Iré a revisar a los heridos. Mi hija está en el ala este. Debo ir a asegurarme que está bien.

Blake: Tenga cuidado profesor.

Ruby y Blake se unieron a la batalla y entre todos pudieron aplacar las cosas, hasta destruir a todas las criaturas. Beacon había quedado destrozado y ese día hubo muchas muertes. Se le pidió a los sobrevivientes que volviesen a sus hogares y no regresaran allí hasta poder resolver lo que había ocurrido.

En las noticias mostraban cómo esas criaturas no sólo habían aparecido allí, sino también en varias partes de Remmant.

Raven: ¿Crees que sea otro tipo de Grimms? -indaga, sin dejar de mirar la televisión.

Summer: No lo sé... No parecían serlo. Cada uno de ellos contaba con un aura, tenían vida.

Ruby se encontraba sentada en el piso con los niños, no era de meterse en los temas de sus madres hasta que se le permitiese.

Jhin: Bueno -estira sus brazos- Yo me retiro -toma su abrigo.

Raven: ¿Estás seguro? No sabemos a qué nos enfrentamos.

Jhin: Y así seguiremos hasta que alguien con experiencia busque información.

Raven: No dejaré que vayas solo.

Jhin: ¿Dejarás a tu hija y esposa por seguirme?

Summer: No te preocupes. Estaremos bien -intenta calmar la situación.

La pelinegro se quedó callada y con la mirada baja, suspiró y tomó asiento en el sillón, cruzándose de brazos.

Raven: Haz lo que quieras, hermano...

Jhin: Si no vuelvo en una semana, aseguren esta choza de madera. O vayan a alguna fortaleza, ¿está claro?

Raven: Bien. Pero si no regresas, iré por ti.

Jhin: Trataré de ser el más borracho de las tabernas para que se te sea fácil ubicar mi aroma -se bufa y coloca su sombrero- Tengan cuidado.

Esa fue la última vez que Summer y Ruby vieron a Jhin. Raven había ido por él pero llevaba meses sin mostrar rastros si quiera de que estaban bien. Ruby ayudó a su madre a reforzar la casa pero algunos grimms ingresaban con facilidad. Blake iba a verlas pero también comenzó a ausentarse hasta que ya no regresó a la casa de los Roses. Summer se había puesto más seria pero trataba de no deprimirse para no poner mal a los niños y a su hija.

Nuevamente, otro terrible sueño despertó a la morena. Se llevó una mano al rostro para calmar su respiración, hasta escuchar una pequeña voz.

Tsuki: ¿Mamá?-indaga, mirándola preocupada. Su hermana hizo lo mismo.

Nao: ¿Pesadillas feas? -pregunta un tanto triste.

Ruby: Algo así... -le costaba componerse- Tranquilas... Sólo son pesadillas -intenta sonreírles.

Ya habían pasado cuatro años desde lo ocurrido. Remmant comenzó a dividirse en razas y a tener disputas muy fuertes.

La morena se levantó por un vaso de agua y su madre se encontraba sentada en la mesa con una taza de café, llevaba ojeras y un rostro cansado.

Ruby: Mamá... Llevas muchos días sin dormir bien, ¿quieres que me encargue de Natsuki?

Summer: No es ella... Son pesadillas...

Las pesadillas de su madre habían comenzado a volverse más constantes desde el año pasado.

Ruby: Yo también suelo tener muchas. Pero no dejes de dormir por ello. Puede hacerte daño -se sienta a su lado con un vaso de agua.

Summer: Si... -hace una pausa- ¿Siempre tienes las mismas pesadillas?

Ruby: Algo así... Suelen ponerse tétricas a veces.

Summer: Yo ya no quiero soñar otra vez...

Ruby: Mamá... No digas eso.

Summer: No dejo... De tener la misma pesadilla una y otra vez...

Ruby: ¿Qué clase de pesadillas tienes?

Summer: Raven... Tú... Las veo morir... -comienzan a temblarle las manos- Una y otra vez... una y otra vez...

Ruby: Ya mamá... -se acerca a ella para abrazarla- Mamá Raven volverá... Y yo estoy aquí contigo, estaremos bien. El tío Jhin está cuidándola, eso es seguro.

Summer: Ya van a ser casi cuatro años que ha desaparecido... Ella solía desaparecer pero siempre me daba alguna señal para que no me preocupase. Siempre lo ha hecho... Yo sé que algo no está bien... -se lleva una mano al rostro para tomar sus ojos.

Ruby: Blake tampoco ha aparecido... Natsuki la echa de menos...

Summer: Creo que no es la única... -trata de componer su voz mientras se limpia las lágrimas.

Ruby: Estaré bien...

Natsuki se asoma por la puerta y sale, acercándose lentamente a Summer.

Summer: Lo sentimos pequeña, ¿te hemos despertado? -le acaricia la mejilla.

Natsuki: Hay una chica de pelo amarillo en mi habitación -avisa.

Claro que, a diferencia de la pequeña, Summer y Ruby se alertaron, tomaron sus armas y entraron a la habitación sigilosamente, encendiendo la luz.

Summer: No hay nadie -mira por los alrededores.

Ruby: No huelo nada extraño, ¿segura que había alguien aquí? -observa a la más pequeña, que se encontraba detrás de ellas.

Nastuki: A veces la veo en mis sueños -se sujeta el pijama con sus pequeñas manos.

Las dos morenas suspiraron, pensaban que había podido tratarse de un sueño, por lo que la mayor tomó a la péquela en brazos para sentarse en la cama con ella.

Summer: Sólo ha sido un sueño... Intentaremos dormir las dos, ¿sí? -le sonríe.

La pequeña asiente y se acomoda en la cama.

Natsuki: ¿Y mi mamá? ¿Va a venir cuando salga el sol? -indaga.

Ruby estaba por salir de la habitación cuando escuchó esa pregunta, no quiso quedarse mucho mientras Summer le respondía lo de siempre: Tal vez. Por lo que se retiró y volvió a intentar dormir.

Al amanecer, las niñas salieron al patio con Ruby. Ella las cuidaba mientras jugaban, Natsuki no era de jugar mucho, pero Tsuki solía encontrar la manera de hacer que se les uniese.

Tsuki: Nati, no debes tomar el balón con las manos -le enseña- Lo pateas, ¿ves?

Natsuki se le queda viendo y asiente.

Nao: Sólo sigue siendo una bebé -le saca la lengua y corre alrededor de ambas.

Tsuki: No la molestes... Debemos enseñarle a hacer muchas cosas para que pueda mostrarle a su madre cuando vuelva -explica, moviendo un poco el balón con su pie derecho.

Nao: Su madre no va a volver -se pone de pie para observarlas.

Tsuki: Nao, esas cosas no se dicen. Claro que volverá, ¿verdad Nati? -mira a la más pequeña y le sonríe.

Natsuki: Si... Mi mamá va a venir... Ella-

Nao: No va a venir, bebota -le interrumpe.

La pequeña de cabello negro frunce el ceño y se acerca a la niña de ojos bicolores, para darle un pequeño empujón.

Natsuki: Si lo hará.

Nao: Si lo hará -repite con tono de burla.

Natsuki vuelve a enfadarse y en lo que trata de empujarle otra vez, la peliblanca la esquiva y salta para darle con ambos pies en el aire, similar a un canguro.

Tsuki: ¡Nao! -la empuja al ver tal acto.

Ruby se encontraba alimentando a los animales, pero al escuchar el llanto de Natsuki dejó todo en el piso y corrió a ver qué sucedía. Vio a la menor tirada en el suelo, llena de barro y con las manos un poco lastimadas, limpiándose el rostro.

Ruby: ¿Qué ha pasado aquí? -les indaga, frunciendo el ceño y ayudando a la pequeña a levantarse.

Tsuki: Nao cree que su mamá no va a volver -responde.

Su hermana se escondió detrás de ella al ver el rostro enojado de Ruby.

Ruby: ¿Y por eso está en el suelo? -la alza.

Tsuki: Mm... -gira para ver a Nao, quien seguía escondida.

Ruby: Nao, no es la primera vez que le haces algo así a Natsuki. Debes dejar de lastimarla. Así no se juega -le sacude la ropa- Y mucho menos diciendo cosas malas de su madre.

Nao: Yo no digo cosas malas... -infla las mejillas, replicando.

Ruby: Decirle a alguien que su madre no volverá es algo malo.

Nao: No lo es... -se cruza de brazos.

Ruby: Luego hablaremos de eso -suspira tras la continua respuesta de la rebelde- Voy a lavar a Natsuki, no se alejen de la casa. O se las comerán los ogros, ¿bien?

Amabas asienten y se quedan viendo el recorrido de Ruby hasta que ingresa a la cabaña.

Tsuki: Hiciste enojar a mamá -mira a su hermana.

Nao: Claro que no -se sienta y rasca la cabeza con uno de sus pies.

Tsuki: Si. Puso ojitos de perro enojado.

¿?: ¿Quién puso ojitos de perro enojado?

Las niñas, al ver de quien se trataba, salieron corriendo en dirección a la puerta. Ruby se encontraba lavándole las manos y el rostro a la pequeña de cabello negro.

Ruby: ¿Te duele mucho?

Natsuki: Un poquito... No mucho -niega con la cabeza.

Tsuki: ¡Mamá, mamá! -entra junto con su hermana, embarrando un poco el suelo.

Ruby: Acabo de limpiar ahí -suspira rendida- Y no griten. La tía duerme. Saben lo mucho que le-

La morena se queda en silencio al ver ingresar a la fauno por la puerta.

Natsuki: ¡Mamá! -dice alegre.

Blake: Apuesto que te ha costado más de lo que pensabas cuidar de tres niñas -se acerca y observa a Natsuki- ¿Te has caído? -le mira los raspones de la mano.

Ruby: Bla- ¡Ag! -se lleva un brazo para tapar su nariz.

Blake: Ay que exageras... -se voltea y recibe el abrazo de la más pequeña.

Ruby: Para ti es fácil decirlo... Dime que estás en tus últimos días -se tapa la nariz con los dedos.

Blake: Primeros... Ya me voy de todos modos -avisa seriamente.

Natsuki: ¿Eeh? -la mira tristemente.

Blake: Ruby no me quiere aquí -suspira.

Ruby: O-oye... No le metas esas ideas en la cabeza.

Natsuki: Mi mamá huele rico -trata de entender la situación.

Ruby: No te das una idea -dice con sarcasmo.

La fauno patea a la morena y mira a Natsuki.

Blake: No te pongas triste... No iré a ningún lado sin ti -le acaricia el cabello.

Natsuki: ¿Vamos a pasear?

Blake: Tal vez mañana...

Tsuki: Señora ¿Nosotras también podemos ir? -le jala el pantalón.

Blake: ¿Señora?

Ruby: Hmpf... -trata de cubrir su risa.

Blake: Mira... tú... -le frunce el ceño a la morena- ¿No quieres ir a platicar al establo?

Ruby: No, no, no. Aquí estoy bien -trata de componer su voz por la risa- ¿Te sirvo algo para tomar?

Blake: Si puedes... -baja a la pequeña y saca tres dulces, repartiéndolo- Iré a tomar algo -acaricia los brazos de su hija- Luego podremos charlar todo lo que quieras, ¿sí?

Natsuki asiente y se acerca a las otras dos niñas, disfrutando del dulce. La pelinegro toma asiento y suspira, llevándose las manos al rostro.

Ruby: ¿Todo bien? -indaga, dejándole un vaso de leche mientras se tapaba la nariz con un pequeño trapo.

Blake: Algo así... -rodea el vaso con sus manos- Lamento haber venido... así.

Ruby: No te preocupes -toma asiento- No es tu culpa, son mis tontos instintos.

Hubo un silencio entre ambas. Sólo se podía escuchar la risa de las niñas.

Ruby: ¿Por qué tardaste tanto en volver? Pensé que te había pasado algo malo...

Blake: Ya no puedo volver Ruby... -baja la mirada.

Ruby: ¿Eh?

Blake: No quiero volver a mi pueblo... Desde que Remmant se dividió y formaron nuevas leyes, mi abuelo se puso más estricto... Le dije que no quería ser la heredera. Que no quería sentirme prisionera. Se puso como loco... Duplicó la guardia y ya no quiso que saliese de allí... Hasta se encargó de buscarme un pretendiente y enserio me asusta...

Ruby: ¿Te has escapado?

Blake sólo asiente. Las manos le temblaban.

Ruby: Hey... Tranquila. No voy a echarte de aquí. Sabes que siempre eres bienvenida.

Blake: No en mis días...

Ruby: Ya pasarán... -acerca una de sus manos para apoyarla sobre las del fauno.

Al sentir la calidez de las manos de Ruby, logra relajarse un poco para darle un sorbo a su leche.

Cuando Summer despertó, fue avisada de lo ocurrido y no tuvo problema alguno en dejar que Blake se quedase hasta sentirse más segura. La pelinegro se puso a charlar con la pequeña el resto de la tarde, jugando y viendo sus nuevos libros. Al anochecer, Summer se puso a calentar agua mientras las otras dos tomaban asiento.

Blake: Se duerme tan rápido que es difícil pensar que antes era la que más costaba en dormirse.

Ruby: Tienes suerte -suspira- A mí siempre me cuesta que se duerman.

Summer: A veces se duerme ella primero y después las niñas -ríe entre dientes. Blake también lo hizo.

Ruby: No se burlen. Me suele ganar el sueño.

Las tres conversaron sobre la situación actual. Pero no metían a Raven y Jhin en ello. Las noticias siempre eran algo turbias, pero debían verlas de igual manera para estar informadas. Luego de que Summer terminó su té, deicidio ir a la cama.

Blake: ¿Te sientes mejor? No llevas el trapo en el rostro -mueve un poco la taza.

Ruby: Algo así... Tuve que ir al baño pero eso me ayudó bastante.

Blake: Rayos... No quería enterarme de eso -gira la mirada.

Ruby: Haha Tú solías molestarme cuando te enteraste lo que provocaban tus días en mí.

Blake: Sólo fueron unas pocas veces... Era divertido verte salir corriendo.

Ruby: Ah, claro. Ha-ha -se cruza de brazos.

Hubo un silencio luego de eso. La morena giró el rostro y miraba el suelo o los distintos adornos de su madre. Blake pasaba el dedo índice por la orilla de la taza mientras miraba de reojo a su compañera.

Blake: Has cambiado mucho desde que dejamos Beacon...

Ruby: ¿A sí? Si lo dices por la falda, para mí eso era una tortura.

Blake: N-no me refiero a eso. Has crecido... Antes era más alta que tú.

Ruby: Mm... No me había dado cuenta -sonríe.

Blake: Pareces un chico... -susurra y vuelve a mirarla de reojo.

Ruby: No soy nada femenina a decir verdad. Detesto los vestidos, los zapatos de niña son incómodos, adoro las armas. Suelo tomar cerveza y comer comidas deliciosas -explica.

Blake: Y eres infantil -sonríe al remarcar eso, casi formando una pequeña risa.

Ruby: Un poco... Ya no tanto -observa a la fauno a los ojos- Tú... no has cambiado mucho. Sólo te ves más... como una mujer.

Blake: Haha... Es lo que soy boba... -la observa.

Ruby simplemente le sonríe sin dejar de mirarla. La pelinegro reacciona a los pocos segundos y se pone de pie, dirigiéndose por más té.

Blake: ¿Quieres que te sirva a ti también?

Ruby: Claro. Dos de azúcar, por favor.

Mientras lo prepara toma mal el mango de la pava y se quema un poco.

Ruby: ¿Estás bien? -se pone de pie para acercarse.

Blake: Si... Sólo me quemé un poco. Soy algo torpe -mete la mano al agua fría.

Ruby: No digas eso ¿Acaso no me has visto cocinar? -intenta animarla mientras busca una pomada en el refrigerador. Luego se acerca- Déjame ver -le pide la mano.

Blake: No es tan grave...

Ruby: Bueno, tal vez no ahora pero puede ponerse peor si no se le coloca algo -saca un poco de pomada para pasarla por la quemadura con delicadeza.

Blake había olvidado la última vez que había estado tan cerca de la morena. Podía sentir su respiración, el aroma de su ropa y no podía evitar mirar de reojo esos ojos plateados.

Blake: Realmente... estás más alta que antes... -remarca, al notar que su cabeza no pasaba de más arriba de la barbilla de su compañera.

Ruby no respondió nada, sólo colocó una pequeña sonrisa mientras continuaba untando la crema en la mano del fano.

Ruby: ¿Te molestarás si te beso?

La inesperada pregunta hace que la pelinegro levante la mirada y se sonroje un poco.

Blake: ¿C-cómo?

Ruby: ¿Puedo besarte? -repite, tratando de mostrarse segura y no dejarse llevar por los nervios.

Blake: Creo que mi aroma... está haciéndote actuar extraño... -apoya las manos sobre la mesada, la morena estaba muy cerca de ella. Se sentía arrinconada.

Ruby: No es eso... Lo siento. Lamento si te incomodé -se aparta y toma el recipiente para taparlo.

La fauno no supo de dónde había salido tal reacción, pero al sentir que Ruby se había apartado, no le había gustado. Aún quería sentir la respiración de la morena, la calidez que desprendía su cuerpo y tal vez, experimentar un nuevo deseo. Colocó su mano sobre el brazo de Ruby, haciéndole entender que no quería que se marchase. La muchacha de ojos plateados no dijo nada, sólo se acercó al fauno lentamente hasta lograr unir sus labios. Al principio y al ser algo nuevo, sintieron nervios pero no fueron impedimento para sentir el deseo de profundizarlo más. Solían separarse un poco pero Blake buscaba nuevamente los labios de la morena, hasta notar que se les estaba subiendo la temperatura.

Ruby: Deberíamos parar... -se apoya en el hombro del fauno, agitada.

Blake: ¿Por qué? ¿No te ha gustado? -indaga un tanto triste.

Ruby: No es eso... Es sólo que... Ya sabes... -trata de componer su respiración- Cargo con un instinto animal... No sé hasta qué punto voy a ser consciente de lo que estaré haciendo... Y tú aroma... -trata de explicar con un poco de nerviosismo.

Blake: Bien... Me queda claro. Tranquila, estás muy agitada -le acaricia la espalda- Cambiemos de tema.

Ruby: Por favor... Soy nueva en esto de las sensaciones románticas... No imaginé que me agitaría tanto y tan rápido -se separa de ella en busca de un vaso de agua.

Blake: No eres la única... No creas que no me cuesta contener mi parte animal. Y más estando en mis días, es horrible.

Ruby: No te ves tan mal...

Blake: Me estoy conteniendo a pedirte cosas obscenas -le aclara.

Ruby: O-ok...

Blake: Am... Ruby... -le señala abajo.

Ruby: Oh cielos... -se tapa su parte baja- Cuánto lo siento. Enserio -se voltea.

Blake: No hay problema... -gira el rostro para no incomodarla.

Ruby: Yo... Necesito ir al baño... Lo siento -dice avergonzada.

Blake: No te disculpes. Ve tranquila...

La morena se fue toda sonrojada y apenada por lo sucedido. No esperaba que le pasase algo así. Blake también estaba inquieta, en sus días le llegaban los fuertes deseos de tener intimidad con alguien, pero siempre se ha contenido. No imaginó que podía padecerse tanto aguantarse cuando había entrado en calor.

Para cuando Ruby volvió, la pelinegro se encontraba recostada en el sillón. Mientras la cubría con una manta y su abrigo, escuchó una voz que no pertenecía a la casa. La voz había pronunciado su nombre, al girarse pudo ver la silueta de una muchacha que sólo había visto en sus pesadillas o sueños; de largo cabello blanco y ojos celestes como el hielo. Pero ésta duró unos pocos segundos, dejándose escuchar una segunda voz, esta vez, más familiar.

Natsuki: Tía Ruby, ¿puede darme agua? -mira a su madre dormida.

Ruby: Ah... -trata de despabilarse- S-si... Claro -se encamina en busca del agua sin dejar de mirar a los alrededores.

Mientras la morena le servía agua, Natsuki volteó para ver a quien se encontraba cerca de ella, la miraba un tanto triste pero manteniendo la sonrisa de siempre.

¿?: No es tu culpa... -fue lo único que pudo responderle a la pequeña. Esta vez, Ruby ya no podía escuchar la desconocida voz.

Continuará.   

¿?: Te daremos dos minutos para que hables con ella. Verás que somos de cumplir nuestras promesas mientras cumplas lo que se te pide -dice un joven bien vestido, sonriendo con malicia desde atrás de un escritorio, tocándose la barbilla meticulosamente.

¿?: ¿Sólo dos...?

¿?: No me hagas cambiarlo a uno, joven Ruk.

El muchacho baja la mirada y asiente. Es llevado por dos hombres robustos y de traje negro hasta llegar a un lugar lleno de gritos tétricos. El pasillo era gigante y estaba repleto de entradas con números. Al llegar a la celda correcta, uno de los tipos la abre y empuja al joven dentro de ella, donde se encontraba una mujer de cabello oscuro, llevaba un traje de celda como los demás.

Ruk: ¡Mamá! -se acerca y la abraza con fuerza.

M: Adam... -recibe su abrazo y lo observa- ¿Te has estado alimentando bien?

Ruk: No me llames así madre... Nos cambian el nombre, si sigues llamándome así, te matarán -avisa asustado- Sólo dos minutos, seguro menos.

M: Es tan poco... -dice tristemente.

Ruk: No te preocupes, mamá. Haré todo lo que me pidan, cuando me asciendan, te sacaré de aquí. Lo prometo.

M: Adam... -se acerca a su oído mientras acaricia el cabello del muchacho- Debes irte... No debes escucharlos...

Uno de los hombres ingresa y patea a la mujer.

Ruk: ¡No, por favor! -intenta ayudarla a levantarse pero el otro lo detiene y saca de la celda.

¿?: Se terminó el tiempo.

Ruk: ¡No es cierto! ¡Quedaban segundos!

El muchacho sólo puede escuchar cómo golpeaban a su madre hasta que sale de los pasillos con celdas y es llevado nuevamente con el superior, quien se encontraba acomodando unos adornos en su escritorio.

Ruk: ¡Sus hombres no cumplieron con lo que usted dijo! -le replica.

¿?: No levantes la voz jovencito -sonríe y coloca el caballo de mármol sobre unos libros- Tu tarea es de mucha importancia. Sabes muy bien que estamos perdonándoles la vida.

Ruk: ¿Por ser lycans?

¿?: Por ser monstruos -corrige- No queremos exterminarlos... Sólo que cooperen -explica, tomando asiento.

Ruk: Pero está matándolos en esas celdas.

¿?: Y seguirán muriendo si no haces lo que se te dice -junta las manos y apoya los codos en la mesa de vidrio.

Ruk: ¿Por qué siguen usándome a mí? -indaga, apretando los puños.

¿?: Porque la mayoría intentó escapar o los matan. Ya sabes lo idiota que es su raza -toma unos papales, colocando un poco de saliva en su dedo para pasar las hojas- ¿Tú eres estúpido, Adam? -lo mira de reojo.

Ruk: Pensé que ya no debían llamarme así...

¿?: No. Tu verdadero nombre te lo ganarás cuando hagas bien el trabajo que se te dará durante este tiempo. Tómalo como un adelanto de las esperanzas que deposito en ti. Te daré tres segundos para responder -levanta la mano para dejar ver tres dedos- Uno.

Ruk: O-oye...
¿?: Dos.

Ruk: ¿Qué debo hacer...?

¿?: Ay, no es tan difícil. No pongas esa cara de asustado -se pone de pie con una hoja en la mano para pasársela- Queremos que vigiles a esa muchacha.

El joven toma la hoja e intenta leer las primeras letras de la misma.

Ruk: ¿Summer... Rose? ¿No es la hija de uno de su jefe?

¿?: ¿Tienes algún problema con esa? No me gusta la gente que tiene problemas con lo que pido.

Ruk: No...

¿?: Muy bien. Tu trabajo será que la vigiles. Se te darán nuevas órdenes a medida que me cuentes qué va haciendo en su vida. No me importa si anotas cuántas veces salió de su casa, ¿entendido?

Ruk: ¿Si hago todo lo que me dicen...?

¿?: Dejaremos a tu madre y a ti en libertad -dice esto como algo generoso- Es algo que sólo yo puedo otorgarte... Sino, terminarán en la celda hasta morir ambos -comienza a caminar hasta el escritorio.

El muchacho aceptó el trabajo. Pensó que sería sencillo, pero a medida que avanzaba en estudiar a la muchacha, le pedían acercarse más y más a ella. No fue algo malo. A Adam no le caía mal, Summer era alguien agradable y siempre lo escuchaba cuando solía deprimirse. Le dijo que su madre se encontraba enferma y para ello trabajaba mucho.

Ruk: ¿Qué demonios estás pidiéndome? Esto se va fuera de todo lo que me habías pedido, Hao.

Hao: ¿Acaso dije que tu trabajo iba a estar lleno de flores? -indaga, ojeando un libro.

Ruk: No puedo...

Hao: Con un solo chasqueo de mis dedos puedo mandar a tu madre al tanque de ácido. No es difícil, no eres el único que puede hacer este trabajo -coloca una pequeña sonrisa siniestra- Te daré tres segundos para respondas -vuelve a levantar una mano- Uno.

Adam aprieta la mandíbula y acepta el trabajo.

Hao: Muy bien. Retírate. Tengo más reuniones -coloca los pies sobre el escritorio, acomodando sus manos en el estómago.

El joven de cabello rojo asiente y se retira sin decir nada.

Invitó a Summer a un karaoke, esa noche, la chica se veía bastante deprimida. Lo que provocó que tomara de más.

Ruk: Deberías dejar de tomar tanto...

Summer: Mi padre quiere que haga una demostración de mis dotes frente a no sé cuántas personas tontas -cuenta, con su voz un tanto titubeante por la cantidad de bebida.

La mano de Adam tembló por unos segundos antes de sacar la pequeña botella de su bolsillo, que contenía una droga bastante fuerte.

Ruk: Ten... -se la pasa.

Summer: Oh, pero mira que malvado eres -ríe sin sentido- Tenías algo bueno en tus bolsillos y no lo compartiste -comienza a abrirlo con algo de torpeza.

Mientras la chica le hablaba de sus pesares, Adam simplemente se quedaba sentado con las manos en la frente, tratando de evitar escuchar la voz que le taladraba el alma. Cuando vio que Summer se encontraba lejana a la realidad por los efectos de lo que le había dado, se sentó a lado de ella, tomando un sorbo de vino.

Ruk: No quiero hacer esto Summer... -sus ojos se tornan cristalinos mientras toma otro sorbo.

Se quedó allí unos minutos, tomando y sujetando con fuerza su cabello por los nervios. Sentía que quería desaparecer y a la vez debía quedarse. Su madre no iba a recibir alimentos si el no cumplía con lo que se le pedía y podía ser peor. Trató de emborracharse lo más que pudo hasta poder desnudar a la chica y hacer lo que se le había ordenado.

"Embarazar a Summer para usar al bebé en asuntos privados"

"La vida es muy injusta con quienes hacemos las cosas bien" Fueron palabras de su padre antes de ser ahorcado.

Luego de hacer lo que se le pidió. Adam ni siquiera se presentó delante de Hao, sabía que sus hombres lo perseguían a todos lados para saber si hacía las cosas. Estuvo en su cuarto alquilado por dos semanas, descompuesto y emborrachándose. Uno de los hombres de su superior le llamó para decirle que tenía nuevas órdenes. El joven se presentó todo desaliñado y con ojeras.

Hao: Dejaremos que veas a tu madre. Te daré media hora por tu buen trabajo -acomoda el caballo, girándolo un poco.

Adam no dijo nada. Su cabeza estaba en otro lado. Cuando le dejaron ver a su madre, se encontraba en una celda muy grande y verde, había dos o tres personas como ella. Su madre parecía llevar una sonrisa muy grande hasta que vio el rostro de su hijo.

M: Cielo santo Adam...

Ruk: No me llames así... Por favor...

M: ¿Qué te han hecho? ¿Por qué estás tan delgado? -indaga preocupada.

Ruk: Estoy así por culpa mía. No me han hecho nada... -baja la mirada.

Su madre no supo cómo responder a eso. Se quedó charlando con ella el tiempo que se le indicó y luego retomó sus órdenes. Vigilar nuevamente a Summer. Esta vez, ni siquiera se acercó a ella, hasta que dio a luz y se le exigió convivir con la muchacha. No podía ver esa pequeña bebé sin sentir cómo la culpa se lo traga entero. La chica de caperuza tuvo que dejar varias cosas debido a la nueva bebé y su padre la denigraba con terribles palabras por lo que había hecho, pero cuando se enteró que Adam era un trabajador de alguien con dinero, trató de corregir sus errores comprándole cosas a la pequeña y ofreciéndoles un terreno para que puedan vivir bien.

"¿Por qué las personas sólo se tratan bien cuando hay dinero en medio?"

"¿Cómo pueden ser tan repulsivos?"

"Las personas... me dan asco"

Adam escuchó una conversación privada antes de aparecer en la oficina de Hao, donde se enteró que el bebé iba a ser utilizada para el proyecto "La Plaga" junto con muchos embriones y niños provenientes de seres míticos.

"Sólo somos experimentos futuros. Nuestra especie va a ser denigrada a simples experimentos..."

Adam decayó en negarse a los tratos con Hao y éste lo extorsionó mostrándole cómo azotaban a su madre por sus malas decisiones. Suplicó perdón y a fuerzas solía llevarse a la bebé para lo que sea que la necesitaban.

"¡Sólo soy un simple Lycan!" Gritaba por las noches. Summer intentaba entender el pesar de la persona con la que estaba, pero éste se volvió violento y sólo la quería lejos de él.

"Cada persona que ha estado a mi lado... Ha terminado sufriendo"

"Soy el principio de sus pesares..."

"Si me convierto en un monstruo... Tal vez todo termine. Tal vez... sólo tal vez, tomen distancia"

Adam no supo llevar el trabajo como era debido. Solía golpear a Summer y quitarle a la niña por la fuerza.

Hao: ¿Por qué eres tan violento con ella? Harás que se aleje de ti. No eres muy inteligente, Ruk -sonríe con malicia.

Ruk: Los humanos... No me caen bien -trata de explicar con seriedad.

Hao: Mmm... Tiene sentido -ojea unos papeles- Mientras la persigas a donde quiera que intente escapar. Tu madre seguirá viva -aclara- Tienes tres segundos para abandonar la sala. Estoy muy ocupado. Vete -le mueve una de sus manos- Shu.

Adam aprieta la mandíbula para contener la bronca y sale por la puerta.

El mal trato hacia la caperuza se volvió cada vez más continuo y denigrante. Comenzó a emborracharse y dormir fuera.

"¿Por qué no se aleja de mí?" "¿¡Por qué es tan idiota?!" Solía gritar borracho dentro de las tabernas o en las afueras de su casa.

Desde ese entonces, rara vez veía a su madre.

Ruk: ¿Cuándo podré verla? Llevo muchas semanas ya.

Hao: Cuando hagas algo que me sorprenda -aclara sin mirarlo.

Ruk: ¡Hago toda esta mierda para que sólo me dejes verla! -le grita, dando un golpe sobre la mesa.

El muchacho se arregla su camisa y sin darle mucha importancia, baja la mirada para continuar con lo que escribía. Adam rugió y salió de la oficina.

Cuando Summer se fue a Beacon, fue el momento en el que más experimentaron con la pequeña. La dormían seguido y Adam la despertaba en la casa cuando terminaban. Solían ponerle una inyección para probar el cómo reaccionaba, pero solía dar negativo.

Ruk: ¿Qué demonios intentan hacerle? -mira desde atrás de un vidrio que separaba la sala donde la investigaban.

Hao: No es algo que debas saber.

Ruk: ¡Es mi hija! ¡Al menos podría ser parte de lo que sea que le estén haciendo!

Hao: Pf... Jaja ¿Tu hija? Claro... -gira el rostro y frunce el ceño, mostrándole la sonrisa más despreciable que pudo formar en ese momento- Sólo violaste a esa mujer para los propósitos que se te ordenó. Esta niña no es nada para ti. Ni siquiera debería enterarse que eres su padre. Te despreciaría. Como todos lo hacen.

El instinto de Adam por querer ahorcarlo en ese momento se volvió tan fuerte que los hombres de Hao tuvieron que frenarlo.

Hao: ¡Tienes tres malditos segundos para abandonar esta sala o le volaré los sesos a tu madre! ¡Bestia maleducada! -le alza la voz.

"¡¡Ella y Summer son mías!!" Gritaba mientras salía por la puerta, azotándola.

Cuando la extraña muchacha de ojos rojos y cabello negro apareció en la puerta de su casa, diciendo las cosas que decía, se llenó de ira, no por darse cuenta de que esa nueva Lycan buscaba estar con Summer, sino por envidia a su libertad para hablar.

"¿¡Y todo lo que yo hago?!"

Cuando Raven estuvo por darle el golpe final en la batalla, no fueron sus palabras de cobarde lo que la detuvieron, sino lo que dijo luego de eso.

"Sólo intento ayudar a mi madre..."

Raven pudo ver en Adam, toda esa ira, veneno y depresión interna con sólo verle a los ojos.

El muchacho no apareció por allí otra vez.

Hao: ¿¡Cómo puedes ser tan inútil?! ¡Sólo tenías que matar a una miserable Lycan! -dice enfadado.

Ruk: Mi objetivo es vigilar a Summer Rose... No eliminar a los que les rodean...

Hao se acomoda nuevamente la camisa y toma asiento.

Hao: Al fin dices algo inteligente... Pensé que eras una bestia bruta como todos -lo mira de reojo con su típica sonrisa asquerosa y luego la baja para continuar con su papeleo- Quiero que investigues acerca de esa Lycan que se ha acercado a Summer... -levanta la mano- Tres segundos. Fuera de aquí.

Adam asintió y salió por la puerta. Trató de recolectar toda la información que pudo hasta que un día, Hao se retorció de risa mientras leía una carta que le había mandado alguien de la empresa Schnee.

"¡Al fin!" Exclamaba Hao. Riendo como idiota. Una semana de ese extraño aviso, Adam se enteró que el jefe de Hao había sido asesinado. No dieron con ninguno de los responsables pero pudo darse una idea. Estuvo meses, casi año y medio sólo siguiendo la orden de vigilar el nuevo trabajo que Raven había conseguido. No lograba entender por qué ya no se le pedía vigilar a los Roses, hasta que Hao le dijo algo que le perturbó.

"Esa mujer acaba de usar la máquina del tiempo que el tonto de Geppeto creó. No necesitas saber nada de la máquina. Sólo quiero que captures a nuestra querida Raven... Tiene algo que le pertenece a alguien que pagará mucho por obtenerlo. Si haces bien el trabajo... Dejaré que pases una hora con tu madre" Lo último lo remarcó con su patética sonrisa.

No se le dio más información y sólo prosiguió con la captura del objetivo. La ayudaron los hombres de Hao, le proporcionaron armas para debilitar al Lycan y de esa manera la llevaron a una especie de fábrica abandonada, donde la ataron de pies y manos en una silla, para interrogarla sobre una especie de cura para la plaga. Al inicio, el interrogatorio comenzó normal, pero luego se tornó muy violento cuando la Lycan comenzó a negarse.

¿?: Si no quieres pasar el peor momento de tu vida. Danos la información que se te pide -la amenaza con un palo de metal en la mano- ¿Dónde está la formula?

Raven sólo sonreía para darles la contra y continuaba recibiendo los golpes. Cuando Adam vio que uno de los tipos le quebró un brazo a la Lycan, trató de intervenir.

Adam: Dales lo que piden... Van a matarte -se acerca a Raven, quien agonizaba por el dolor.

Raven: No...

Adam: No van a pensarlo... Van a hacerte daño...

La muchacha de cabello oscuro lo observa y trata de hablarle con claridad.

Raven: Si les doy esto... Ya no habrá cura para mi familia...

Uno de los hombres intervino la conversación, quebrándole el otro brazo a la chica.

Adam: ¡Van a matarte! -se sujeta la cabeza y da unos pasos hacia atrás.

Raven: ¡Es mi familia! -grita entre el terrible dolor.

Adam se dio cuenta de que si intervenía, matarían a su madre de la misma manera o peor. Pero el maltrato que comenzaron a aplicarle a la Lycan fue tan desgarrador, que ya al ver que le arrancaban una pierna, no pudo pensar en su madre, sólo en lo que podían ser capaz ese tipo de personas sólo por llevar acabo sus estúpidos planes donde seguro había dinero de por medio. Se transformó y comenzó a golpear a los hombres de traje negro, los cuales empezaron a pedir refuerzos. Intentaron detenerlo con pistolas eléctricas pero este comenzó a crecer cada vez más, acumulando furia y volviéndose más fuerte. Sintió los helicópteros fuera de la fábrica a los minutos de luchar contra los nuevos tipos que habían ingresado.

Raven: ¡Mátame! -grita entre llantos por el dolor.

Adam se le queda viendo y la cantidad de soldados que desconocía comenzaron a sujetarlo con lazos eléctricos aún más fuertes.

Raven: ¡Debes matarme!

El enorme tigre escuchó que uno de los tipos pedía abortar la misión para que se llevaran a la Lycan, que podía morir desangrada si no la atendían.

Raven: ¡¡Mátame idiota!! ¡¡Si me dejas viva...!! -comienza a toser sangre- ¡La cura! -intenta advertirle- ¡Me usarán para destruir la cura!

Adam estaba tan aturdido por la electricidad que su cuerpo comenzaba a flaquear. No podía mentalizarse para matarla. Pero comenzó a utilizar sus últimas fuerzas para jalar los cables eléctricos que le rodeaban y así llegar hasta la chica de ojos rojos.

Raven: Por favor... -pide llorando- Yo te perdoné la vida... Ahora perdónamela a mí...

¿?: ¡Traigan los dardos idiotas! -grita una voz conocida por Adam.

Ruk: Me pides que te mate pero que perdone tu vida... No tiene sentido...

Raven: Mi familia... -llora mientras comienza a toser sangre. Varios tipos llegan a ella para parar el sangrado.

Hao: ¡No dejen que muera estúpidos!

Si... La voz se trataba de alguien que merecía que le arrancasen las extremidades. Adam logró entender lo que Raven le había querido decir y con un grito lleno de ira, levantó una de sus patas y la bajó con fuerza, incrustando una garra en el pecho de la pelinegro. El silencio cubrió toda la fábrica. Raven gira el rostro y en su último aliento, susurró: Gracias.

Hao: ¡¡Nooo!! ¡¡Pedazo de criatura inservible!! -grita sujetándose la cabeza.

Adam fue dormido y llevado a una celda. Se lo castigó todos los días hasta que desgarraron su espalda por los azotes. Se le informó que su madre había sido asesinada, por lo que realmente ya no le importaba mucho lo que le hacían.

Un día, un nuevo hombre, más robusto y canoso se presentó en la celda de Adam.

¿?: Tráiganlo. Me agrada su arrogancia. Usaremos este primero -lo señala.

Dos hombres entraron a la celda para sujetarlo y llevarlo a un laboratorio, donde le colocaron unos cables y un líquido similar a la sangre a través de una inyección. Lo dejaron ahí la tarde completa. Luego, el mismo hombre que había ordenado llevarlo allí, tomó un pequeño aparato y presionó el botón. Un terrible sonido invadió la cabeza de Adam, no dejó de presionar el botón hasta que el muchacho de cabello rojo comenzó a transformarse, dejando salir espuma de su boca.

¿?: Colóquenle un chip. Este servirá para devolverlo con los Roses. Ya lo conocen. Será más sencillo que se integre. Además, ahora andan en la ruina -le pasa el aparato a un científico.

¿?: Claro Sr. Schnee. Es extraño que hayan caído en la ruina tan pronto -acomoda el aparato sobre la mesa.

Sr. Schnee: La propia hija de la Lycan revelada mató a su tío. La plaga está funcionando a la perfección. Este estropajo ya no recibirá órdenes si no lo obligamos. Quiero un informe completo para mañana.

¿?: Como ordene Sr. Schnne.

Cuando le colocaron el chip a Adam, este perdió casi el total manejo de su cuerpo, el sonido era permanentemente producido y lo obligaba a actuar muy mal cada vez que se le ordenaba realizar un asesinato. Aprovecharon el pedido que le hizo Yang a Ruk por las severas condiciones familiares que había como un medio más fácil para observar y estudiar el comportamiento de las dos portadoras de la plaga. La mayor presentaba una resistencia pero la menor no.

Sr.Schnee: Era sabido. El virus que creé en mi laboratorio ha sido más satisfactorio que el que realizó el engendro de Hao -mira los resultados.

Científico: Al parecer, Adam está intentando resistirse al chip. Trata de manejar su cuerpo y lo que quiere decir -teclea en una enorme computadora.

Sr.Schnee: Hmf -bufa- Hazlo sufrir hasta que su cerebro se agote y vuelve a colocar esos códigos.

Adam solía atar a Ruby a un árbol cuando sentía que todo iba a ir a mal. Rara vez podía manejar lo que decía y la morena entraba con mucha facilidad en un estado peligroso, no sólo para ella, sino para quienes le rodeaban.

"¿Cómo puedo hacer para terminar con mi vida?" Si, Adam intentó matarse numerosas veces, pero no lo dejaban. Su mente comenzó a verse invadida por los códigos que le instalaban en el chip diariamente, sentía que estaba dejando de ser él mismo. Hasta convertirse en algo que ya no pudo controlar. Sólo observaba desde una perspectiva diferente, como en los sueños; en este caso, una pesadilla.

El día que el Sr.Schnee falleció, se le ordenó a Adam matar a Ruby. El científico tenía otros planes para él, donde la morena no estaba incluida.

"¡¡Por favor!!" Suplicó una infinidad de veces que no le hiciesen matar a la hija de Raven, pero nadie respondía, su mente estaba sumergida en códigos que ya casi no quedaba nada de lo que él fue. Sus gritos internos hicieron eco en toda su cabeza cuando vio todo lo que había provocado en la vida de Summer, Yang y Ruby.

¿?: ¿Doctor? -dice uno de los que trabajaban para el científico que una vez estuvo al mando del Sr.Schnee.

Científico: ¿Cómo sigue?

¿?: Está muriendo, el chip casi no responde.

El hombre de bata blanca sólo se acercó al monitor para mirar la situación, sin decir nada.

Adam ni siquiera era consciente de que estaba por morir. Se sentía encadenado por su propia mente, la cual se fue apagando por sí sola.

"Adam"

...

"Adam"

...

Alguien lo estaba llamando, pero él ya no quería abrir sus ojos, hasta comenzar a descubrir de quien se trataba aquella voz.

Adam: ¿Mamá...? -susurra en el suelo, envuelto en un charco de sangre.

--------------------------

¿?: Doctor, aún sigue vivo. Pero no podemos mandar códigos, algo está bloqueando el acceso a su chip.

Científico: ¿Qué? No sean inútiles -lo empuja para quitarlo del lugar y tratar de averiguar lo que ocurría.

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"Mi niño bueno..."

Adam sólo podía visualizar el cielo nocturno, no podía mover ninguna parte de su cuerpo, pero empezó a sentir cómo acariciaban su cabello. Poco a poco logró ver la silueta de su madre, casi transparente; que lo observaba con una sonrisa que reflejaba un poco de dolor.

Adam: No soy bueno... -susurra, dejando caer algunas lágrimas que el calor proveniente de su madrehicieron salir.

"Cuando eras niño, te gustaba leer libros de aventura. En todos había un héroe, ¿lo recuerdas? Yo siempre logro escuchar aquella vocecita que soñaba con ser uno"

Adam: No he podido serlo... Nunca -el sonido de su voz subía pero eso hacía que su vista se nublase- Sólo quería salvarte -solloza- Salvarlas... ¡No he podido hacer nada de eso!

El cuerpo de Adam comenzó a ser invadido por una extraña nube oscura, que comenzó a recorrerlo minuciosamente. La voz de su madre se volvió un susurro y casi imposible de ver.

"Lo has sido para mí..."

Adam: ¡Los héroes no existen! -alza la voz débilmente entre sus sollozos.

"Pero existes tú, Adam"

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Científico:No puedo creer que esté funcionando -su rostro mostraba la sorpresa de ver lo que el monitor mostraba.

¿?: ¿Se activó el virus?

Científico: No sólo eso. Observa -le señala la pantalla.

Su compañero mira sorprendido.

El cuerpo de Adam comenzó a degradarse, en su lugar y con una forma horripilante, la nube comenzó a transformarse. Tomando la figura de una extraña criatura oscura que llevaba una máscara en los ojos. En su pecho podía verse una tenue luz roja.

¿?: No puedo acceder a su chip, doctor- dice un tanto nervioso- Sólo nos deja ver su ubicación. Su ADN e información secundaria... Tampoco es accesible.

Científico: Eso no importa -toma asienta frente al monitor- Aún está moviéndose...

¿?: Es... verdad. Está corriendo a gran velocidad por el bosque.

Ciéntifico: Es bastante grande.

¿?: Y-ya no está allí -teclea rápidamente para ampliar su búsqueda.

Una explosión hizo que todo el personal del laboratorio se pusiese de pie.

Científico: Está aquí -mira por una de las cámaras con una sonrisa que mostraba locura.

¿?: E-eso no es un espécimen mítico nuevo, doctor -le replica, señalando el monitor- ¡Es un Grimm!

Científico: Es mucho más que eso -avisa con la misma sonrisa.

Al ver que su superior no reaccionaba, quien acompañaba al científico salió corriendo junto con todo el personal. Podía escucharse el enorme gruñido de aquello que había ingresado con furia al laboratorio, rompiendo las celdas con una velocidad casi imposible de detectar.

El hombre de bata blanca ingresó un código en la computadora y acariciando el botón de envío dijo.

Científico: Hay cosas que el tiempo no puede cambiar, inútil e ingenuo Geppeto -presiona el botón mientras ríe como un demente.

El enorme lugar había quedado en silencio, las manchas de sangre y los cables rotos eran lo único que se movía minutos después de las explosiones. A los segundos, el científico comenzó a sentir el arrastre de unas cadenas, junto con un chillido extraño que provenía de aquel extraño ser.

Científico: Ven a mí... Yo te he creado -alza las manos- Y habrá más... Devórame para ver el futuro desde el infierno -continúa con su sonrisa cargada de locura.

El hombre parecía inmerso en la idea de querer que la bestia lo matase, pero la sala comenzó a cubrirse por una nube oscura, que empezó a provocarle un sonido espantoso en la mente del científico. Risas espeluznantes y pesadillas que punzaban su cerebro de manera atroz. Su querer morir pasó a convertirse en súplicas para que la bestia se detuviese, pero ésta sólo respondió.

"Te daré sólo tres segundos de paz" Apareció detrás del científico y mostrando los dientes, acomodó una sonrisa para luego comenzar a contar.

"Uno... Dos..." 

Fin del capítulo.

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